Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

domingo, 4 de septiembre de 2022

(6) Apoyarse en la “Religión” para rechazar a Cristo


(6) Apoyarse en la “Religión” para rechazar a Cristo

Otros decían: Este es el Cristo; pero otros replicaban: ¿Acaso el Mesías puede venir de Galilea? Y se originó un desacuerdo en la multitud por su causa. (Jn. 7, 41 s.)

- Es curioso observar la discrepancia de opiniones respecto a Cristo. Siempre sucederá lo mismo. Porque Cristo es “piedra de escándalo”. Lo malo es que algunos lo rechazan en nombre de la “religión” (en este caso, en nombre de la Escritura). La “religión” que cada uno se fabrica a su medida, separa del verdadero Dios, como separa del verdadero amor a los hombres. Y, por tanto, separa de Cristo. La religión de Cristo (y toda postura religiosa auténtica) es una postura de fidelidad a Dios Amor que ha dejado su fisonomía en todo hombre...

- Muchos “saben” bastante acerca de Cristo. Como quien sabe una asignatura que no compromete. Pero no saben nada de la persona íntima de Cristo. Es una cuestión de amor. Como la relación entre dos amigos o dos esposos. Y entonces se puede dar el caso de que Cristo sea un problema insoluble aún para los que han oído hablar mucho acerca de Cristo o han leído, “practicado”, y hasta polemizado... Pero Cristo es “otro”... Los “pobres”, los disponibles, los que saben sufrir, no hallan complicación en el encuentro con Cristo.

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