Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si permanecéis en mi palabra, seréis en verdad discípulos míos y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Respondieron: de nadie hemos sido jamás siervos. (Jn.,8,31 s.)
- El hombre de hoy queda electrizado ante todo valor humano. Y tiene razón. Sólo que corre el riesgo de quedarse en la superficie y perder el humanismo completo y auténtico. Porque Cristo ha venido para ayudar al hombre a encontrarse en toda su integridad. Por esto Cristo puede hablar de la libertad completa: el estar disponible para amar, como Dios Amor.
- La realidad humana es muy otra. Se habla de paz, libertad, progreso, civilización... Y existen pueblos enteros sacrificados, familias sin pan ni cultura ni fe. Cristo ha señalado un camino de auténtica revolución (que no hace daño a nadie y es perfectamente eficaz): reconocer el propio egoísmo y disponerse a cambiar. Cristo ha ido delante, concede su ayuda, se pone a tiro de todos cuantos quieren dialogar con Él y transformarse en Él... Cristo no expone teorías abstractas; ama y se compromete, pero apunta a las raíces...
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