Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

domingo, 11 de septiembre de 2022

(12) Cristo en la política


Maestro, sabemos que eres sincero... Dinos, pues, tu parecer: ¿Es lícito pagar tributo al César o no?
Jesús dijo: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
(Mt.,22, 16 s.)

- Cada uno trae el agua a su molino. Es interesante saber apoyar los propios egoísmos en la doctrina de Cristo. Puede ser el egoísmo de no hacer nada, de no dejar hacer, de imponer el propio módulo de hacer... Todos los hombres aportamos algo específico a la construcción del mundo (en el campo familiar, social, cultural, político...). Cristo enseña a aportar lo mejor de nosotros mismos y aportarlo con amor. Esto no es teoría, esto cuesta porque supone “negarse” (para darse).

- Pero algunos confunden las cosas. Lo que cada uno ha de aportar es siempre limitado. Cristo le exige que, por amor, aporte su limitación. Pero ¿por qué confundir la propia limitación (su opinión), con la doctrina de Cristo? Aporta tu limitación, en juego limpio, y no confundas; respeta la aportación de los demás en todos los campos. La limitación reclama la cooperación. Cooperar es amar: corrigiendo, exponiendo, retractando, instando. Dando siempre a cada uno lo suyo, se da a Dios lo que es de Dios.

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