Preguntado por los fariseos sobre cuándo llegaría el reino de Dios, dijo: No viene el reino de Dios aparatosamente... el reino de Dios está dentro de vosotros. (Lc., 17, 20.)
- Todos queremos aparato. Ante la propaganda, la ostentación, todo el mundo inclina la cabeza. La masa corre hacia donde hacen más ruido. Todo el mundo espera la salvación de donde no puede venir. Es una manera bonita de vivir de la fantasía y de huir de la realidad. Porque Cristo vive entre nosotros, sin aparato ni altavoces. Señal de salud, espiritual y mental, es no escapar de la realidad. Pero la realidad es tan “ordinaria” ... El hoy, el ahora y el aquí, es lo más sublime...
- Cristo ha dejado unas garantías para descubrirle. Preguntar al mismo Cristo por otras garantías, es una pregunta inútil. Más inútil sería preguntarle por “otro” Salvador. Las credenciales de Cristo están en un libro histórico que se llama Evangelio, y están en un libro no menos histórico y real: los que creen en Él de veras..., son un Evangelio viviente.
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