Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

sábado, 19 de septiembre de 2020

La conversión de dos condenados a muerte

Para ayudar a desmitificar la historia de los dos condenados muerte, comparto con ustedes este relato de Eduardo Bonnín como sucedieron los hechos. Buena lectura.

Cárcel provincial de Palma de Mallorca, 28 de Enero de 1949 (iglesia de Los Capuchinos)

Dos jóvenes condenados a muerte vivían ese día su última noche, y lo que ocurrió demuestra que Cuando una comunidad puede contar con un grupo unido y activo de cristianos dispuestos a soplar donde convenga, gente con el espíritu tenso de buenos y rápidos reflejos, son inmensas las posibilidades que tiene Dios allí, porque esas personas propagan vida de una manera decisiva e incontenible.

Una muestra de lo que esto significa es lo que sucedió en Mallorca 21 días después de haberse iniciado el Cursillo de San Honorato, el primero numerado. En esas fechas, dos jóvenes, uno de Ibiza y otro de Mallorca, habían sido sentenciados a muerte, a garrote vil, por un Consejo de Guerra, a causa de un doble asesinato cometido en el pueblo mallorquín de Montuiri.

Faltaban sólo 24 horas para la ejecución y sus almas inquietas no estaban en condiciones de presentarse al Padre de los Cielos. Es más no había muestras de arrepentimiento, ni deseos de morir en paz con Dios. El Sacerdote de la entonces Prisión Provincial de la ciudad de Palma, (hoy Iglesia de los Capuchinos), viendo que sus intentos por hacerles entrar en razón eran inútiles, se puso en contacto con Eduardo Bonnín que era en ese momento Presidente de los Jóvenes de la Acción Católica, y le pidió a ver si alguien podía ir a la cárcel a hablar con ellos, ya que ellos eran jóvenes y los presos también.

Eduardo se puso en contacto con los cursillistas de cursillos anteriores y les pidió palancas con la misión de apoyar a los dos que irían a la cárcel a entrevistarse con los presos. Muchos de estos cursillistas se pasaron toda la noche rezando el rosario por las Avenidas de Palma, ya que la ejecución estaba prevista para las seis de la mañana. Luego Eduardo llamó a Andrés Rullán, dirigente destacado y vicepresidente, y fueron los dos a la cárcel, convirtiéndose en protagonistas y testigos de excepción de aquel acto.

Los condenados eran Ribas y Trobat que cumplían su última voluntad comiéndose una paella, con revistas ligeras y acompañados de varias cajas de puros. Cuando Eduardo relataba posteriormente el detalle de los puros, mencionaba que recordaba que al entrar en el recinto donde estaban los dos condenados, se fijó que Trobat tenía hasta 16 puros medio empezados… El aspecto de los presos podría parecer despreocupado, pero en el fondo se veía que las risotadas y los chistes no les salían de dentro, sino que con ellas pretendían disimular el drama interior que estaban viviendo.

Eduardo y Andrés llegaron muertos de miedo, con el objetivo de hacerles ver la Verdad., y Eduardo, con el crucifijo dando vueltas entre sus manos, empezó a hablarles con estas inspiradas palabras:

«Sois los tíos con más suerte de este mundo. Cuando una persona es importante le salen amigos de todas partes para usar su influencia. Yo he venido aquí para pedir vuestra influencia. Estáis en una posición fenomenal con respecto a los demás, porque nadie sabe el día en el que va a morirse. Sin embargo, vosotros sí..»

Los condenados se quedaron extrañadísimos.

“Vosotros sabéis que mañana por la mañana, a primera hora, seréis ejecutados. Pensad que si una persona -cuando llega su hora- está en gracia de Dios, todo está salvado; y si no lo está, todo está perdido.

Hoy podría repetirse lo del buen ladron que acompañaba al Señor en la Cruz. Si os ponéis en gracia de Dios, en una palabra, si os confesáis, estaréis en condiciones de repetir aquello que pasó en el Monte Calvario, – cuando el Señor dijo al buen ladrón: ‹‹hoy estarás conmigo en el Paraíso››

Se os ofrece el Cielo en bandeja y estáis haciendo el mejor negocio de vuestra vida.»

Al principio, pensaron que todo aquello era muy bonito , para ir comprendiendo que todo aquello además de bonito, era verdad. Llegada la madrugada al final se convencieron, se confesaron y se despidieron uno de otro….contentos e ilusionados, diciendo: «¡Hasta ahora en el cielo!«

A la hora de la ejecución, dijo Trobat: «Eduardo, Eduardo…dame el Crucifijo.» Y murió con el crucifijo de Eduardo en sus manos.

Uno de ellos dejó escrita esta carta para su madre:

Palma de Mallorca 12 noche del 28 enero de 1949

Queridísimos padres y hermanos del alma:

Estas líneas que escribo son las últimas que van a recibir de un hijo y hermano.

Les escribo más que con la pluma, con el corazón. Las inspira el cariño filial y deseo que las conserven todos los días de su vida.

Estoy en capilla, quiero decir: me restan unas horas para abandonar este mundo de miserias y de lágrimas, pero que Dios depara en su gran misericordia para que arregle mi alma y la prepare para una felicidad imperecedera.

Después de una vida azarosa y de ser víctima del ambiente, Dios me concede la Gracia inmensa de que reconozca mis pasadas culpas con una confesión sincera, la cual me abre de par en par las puertas del Cielo.

Sólo me resta pedirles perdonen los disgustos que les haya podido ocasionar con mis desviaciones y recomendar a mis hermanos, a quienes quiero con toda el alma, que no se aparten nunca del camino del deber, el que Vdes. queridísimos padres, nos han inculcado con los buenos consejos.

Nunca como en estos momentos les recuerdo con todo el cariño y quisiera sirvieran estas líneas que escribo en los momentos más culminantes de mi vida, para desagraviarles de todos los disgustos que les he podido ocasionar en toda mi vida; y para mis hermanos que les sirva también como recomendación que tengan presente toda su vida, para que vivan como Dios espera de sus más fieles servidores.

He llegado al final de mi carrera.

Gracias sean dadas a Dios, que me ha deparado estos momentos para subsanar mi pasada vida y morir como mueren los hombres que tienen fe.

Rodeado estoy de personas que se desviven por aliviar mi pena. Sólo la fe da alientos y energías para sobrellevar tamaña tribulación. Si quieren conocer detalles de mis últimos momentos escriban a nuestro capellán, que se llama José M.Fabián Rubio, el cual les pondrá al corriente de las últimas horas vividas en este mundo.

Tengan por seguro que yo me voy al Cielo. Allí viviremos felices por toda la eternidad.

Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío.

Firmado de mi puño y letra.

Mi último pensamiento en la tierra es para Vdes. Adiós. Hasta la eternidad.

Su hijo y hermano que en el Cielo les espera.

Fuente: http://www.feba.info/?page_id=370#los_condenados