¿Quién pretendes ser?... Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien decís vosotros que es vuestro Dios. (Jn.,8,53 s.)
- Jesucristo habla como quien dice la verdad. No se busca a sí mismo ni su propio interés. Quien se fija mucho en sí mismo, no es del todo veraz. Cristo deja transparentar siempre al Dios escondido que se manifiesta en Él. Quien ama a Dios descubre a Cristo. Amar a Dios es amar a su imagen que es el prójimo. Quien escucha a Dios en su corazón, sabe que Cristo dice la verdad. Pero hoy no se estila amar sinceramente a Dios. Por eso no se palpa el amor al prójimo ni el diálogo con Dios...
- Aceptar la mitad de las palabras de Cristo, no es postura honrada. Algunos aceptan de Cristo sólo lo que está de moda. Y si alguna afirmación suya no se cotiza en el mercado, prefieren tergiversar las afirmaciones claras de Cristo. Eso es de cobardes, que ni creen ni dejan creer. Cristo dijo que es Hijo de Dios. Sin aceptar esta afirmación, no se acepta a Cristo. “Si Cristo no ha resucitado, dice S. Pablo, nuestra fe es sin sentido y somos los más tontos de todos los hombres”. Pero Cristo ha resucitado y es Hijo de Dios. Creo, Señor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario