Respondieron los alguaciles: Jamás hombre alguno habló como éste. Pero los fariseos les replicaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar? ¿Acaso algún magistrado o fariseo ha creído en Él? (Jn.,7,46 s.)
- “Los pobres son evangelizados” Y los “pobres” son hoy los que dicen que no creen, los que no practican... También ellos pueden encontrar a Cristo, y a veces mejor que los que se adornan de cristianismo. Esos pobres alguaciles supieron descubrir la verdad de Cristo, tal vez casi como los discípulos de Cristo, pero, desde luego, más que los sabihondos acerca de Cristo. Los verdaderos creyentes son el “pueblo” sencillo que acude a las reuniones cristianas y, a veces, algunos que no acuden porque nadie les ha enseñado... Sólo creen los que están disponibles para escuchar a Cristo y cambiar de parecer y conducta...
- Y luego viene la burla. Es el primer premio que Cristo reserva a sus amigos. Primero se burlaron de Cristo, luego se burlan de sus amigos. Se trata de compartir la misma suerte. Por esto Cristo tiene pocos amigos. Ser abucheado a nadie le gusta. El abucheo más ordinario es el de ser ladeado. Pero en realidad, Cristo vive en esa su Iglesia de los “pobres”. La fuerza de Cristo resucitado continúa en los suyos: los enfermos, los necesitados, los disponibles, los que cumplen su deber, los que mueren en el surco, los que construyen amando, los despreciados por la propaganda; el pueblo verdadero...
No hay comentarios:
Publicar un comentario