Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

lunes, 19 de septiembre de 2022

(20) Los cobardes contagian y un loco hace cientos


Por esto el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Otra vez se suscitó desacuerdo, muchos decían: ha perdido el juicio, ¿por qué le escucháis?
Otros decían: estas palabras no son las de un endemoniado.
(Jn.,10,17 s.)

- Cristo expuso su tema central: ha venido para amar hasta morir, y luego resucitará para comunicar esta vida a los creyentes. Los que no creen de veras, obran a escondidas o se agrupan para contagiar a otros. Necesitan convencer, porque de otro modo, su afirmación, saben que no tiene fundamento. Las palabras, las obras, la persona de Cristo, son transparentes, pero tropiezan con intereses creados...

- Cristo es un problema. Si no se cree en Él, toda la existencia humana es un contrasentido. Si se cree en Él, hay que adoptar una postura de cambio, de decisión. Cristo sabe muy bien que hay muchos, a veces “anónimos”, que se deciden valientemente. Pero Cristo espera algo más: una juventud (en años o en espíritu) que se lance decididamente a construir un mundo en el amor a los demás. La sociedad actual no puede gustar a un espíritu joven. Se necesitan hombres que se decidan a imitar a Cristo, sin tapujos, hasta dar la vida amando... Esta es la mejor señal de que Cristo vive entre nosotros...

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