Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

miércoles, 31 de agosto de 2022

(2) Tarjeta de identidad


(2) Tarjeta de identidad

Los judíos tomaron la palabra y le dijeron: ¿Qué señal das para obrar así? Respondió Jesús y dijo: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”. (Jn. 2, 18; cfr. Lc. 20, 2.)

- Jesucristo es desconcertante. Ama hasta dar la vida, pero, precisamente por ello, quiere barrer la hipocresía, la rutina, el conformismo perezoso. Arrojó a los que profanaban el templo y topó con intereses creados. Ama y quiere arrancar la roña, aunque duela. Por esto Jesucristo sigue siendo problema. Es buena señal darse cuenta que Cristo es problema, que compromete. Lo peor que puede suceder a un hombre es el ir tirando... ¿hacia dónde?

- ¿Garantías que presenta Cristo? Sólo una: haber amado hasta dar la vida esperando en la resurrección. Cristo dijo que resucitaría y viviría con nosotros. ¿Pruebas? Los testigos de Cristo, los que aman porque creen en Cristo resucitado, los que han cambiado de ruta... y de conducta. Quien ama de veras, encuentra a Cristo. ¿Y si Cristo no hubiera resucitado? No sé, no me he planteado nunca esta hipótesis irreal; pero se puede pensar en “otra solución ante el dolor: la angustia, la desesperación, la huida, el olvido, el mito... Yo creo en Cristo resucitado porque he encontrado testigos fidedignos.

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martes, 30 de agosto de 2022

(1) ¿Treinta años inútiles?

(Mayo de 1969: “Seréis mis testigos” de Juan Esquerda Bifet, es un conjunto de escritos del propio autor, que contesta a la pregunta: ¿Existen testigos de la presencia de Cristo entre nosotros? En la contraportada, expresamente insiste: “Un servicio a los Cursillistas de Cristiandad” El fragmento que se reproduce a continuación es uno de ellos).

(1) ¿Treinta años inútiles?

Decían: ¿no es éste el hijo de José?...
Se llenaron de cólera y levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad para precipitarle de allí; pero Él, atravesando por medio de ellos, se fue.
(Lc.4,22; cfr.Mt.13,54s; Jn.6,42)

- Cristo convivió treinta años con sus paisanos de Nazaret. Comió su mismo pan y mascó su misma miseria. Se había “encarnado” hasta las últimas circunstancias. Amó, sin más. Y el que ama está condenado a ser juzgado como si no amara. Como el granito de trigo, Cristo se escondió en el surco, sin poesía. Sudor, trabajo, ansiedad, hambre y hasta miseria, injusticias... Entonces, como ahora, pensaba en cada uno de nosotros. El amor al Padre y a los hermanos le llenaba las aspiraciones grandiosas de su ser. Pero cuando descorrió el velo de su secreto, se encontró con la incomprensión. Como ahora. Porque Cristo sigue amando a cada uno, aún (y más si cabe) a los que no creen, a los que huyen o quieren olvidar. La venganza de Cristo es seguir amando y dejar en nuestro corazón el sinsabor de quien, en el fondo, sabe que Cristo tiene razón.

- No puede ser que Dios ame tanto... Jesucristo amó sin satisfacer las aspiraciones propagandísticas y nacionalistas de los nazarenos. Les amó de veras, de la manera que ellos no podían sospechar, de la mejor manera posible: habiéndose hecho uno de ellos, pero sin ceder ante aspiraciones de gallinero. Por esto protestaron. El “hijo de José”, el carpintero, no podía ser el “Cristo” ... Ahora pasa lo mismo: no puede ser que Dios nos ame en nuestra misma circunstancia, no puede ser que Cristo se esconda aquí, en el prójimo, en el dolor... ¡Sí puede ser! Porque Dios es Amor... ¿Pasará Cristo de largo para no volver?

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lunes, 29 de agosto de 2022

Presentación de una serie del libro “Seréis mis testigos”

Estimados amigos:

Los Cursillos de Cristiandad que nacieron en Mallorca y tuvieron de primer iniciador y testigo de la primera hora a Eduardo Bonnín Aguiló, fueron en los primeros veinte años como un viento del Espíritu que impulsó la vivencia apasionada de la Fe, en muchos lugares, a miles de laicos que recordamos con emoción y amistad, los cuales, hoy, ya en la Casa del Padre, nos contemplan y ayudan.

Entre los muchos testimonios escritos que nos dejaron, deseo compartir en esta ocasión, parte del mensaje de Juan Esquerda Bifet, de su libro “Seréis mis testigos”, editado en 1969, que contesta a la pregunta: ¿Existen testigos de la presencia de Cristo entre nosotros? En la contraportada expresamente insiste: “Un servicio a los Cursillistas de Cristiandad”. Estoy convencido que desde la Casa del Padre, en este quinto día, Juan estará muy contento de contemplar cómo le recordamos, y cómo su mensaje llega a los más posible.

Los mensajes del libro “Seréis mis testigos” se dividen en diez grupos:
1A Jesucristo como problema A) Cuando no se le busca o cuando se le rechaza.
1B Jesucristo como problema B) Cuando se le busca o se le encuentra.
2 Pedro, testigo de Cristo.
3 Pablo testigo de Cristo.
4 Mateo, testigo de Cristo.
5 Marcos testigo de Cristo.
6 Lucas testigo de Cristo.
7 Juan testigo de Cristo.
8 Iglesia primitiva, testigo de Cristo.
9 Iglesia del Vaticano II, testigo de Cristo.

Cada grupo tiene un escrito de presentación, que son los que en primer lugar compartiré.

El objetivo pretende ser que el mensaje de Cristo y del Dios Amor de nuestra Fe, llegue a los más posibles, como pretende el autor de los mensajes, y a cuya difusión quedáis invitados.

Un abrazo, Joaquín Arpí M

jueves, 18 de agosto de 2022

El primer Cursillo de Cristiandad de la historia


“Lo que queríamos al principio, y seguimos queriendo aún, es que la libertad del hombre se encuentre con el espíritu de Dios.

Todo giraba en torno a esta idea central y estábamos convencidos de que gran parte de su eficacia consistía en encontrar el modo para facilitar este feliz encuentro.

Y así, el primer Cursillo lo celebramos en agosto de 1944 en un chalet de Cala Figuera de Santanyí, con catorce asistentes y de acuerdo al esquema que tienen hasta nuestros días, salvo dos Rollos (el primero y el último) que se incorporaron en los años cincuenta.”

Por otra parte, Eduardo introdujo como pieza metodológica, que resultó muy relevante, la celebración del «Viacrucis» según texto del Padre Llanos, como primer acto del Retiro.

Las primeras dificultades de Bonnín para que le dejaran poner en práctica su novedoso método, se centraron en su pretensión de que un mismo sistema hubiera de servir para personas de diferentes niveles culturales y sociales, y para gentes descreídas y gentes con fe.

La polémica sobre dividir los grupos por su nivel económico, religioso y cultural seguía viva y para Eduardo ya era algo irrenunciable.

Se celebró el primer Cursillo de Cristiandad de la historia según los esquemas de Eduardo Bonnín en un «chalet» de Cala Figuera de Santanyí, en Mallorca, entre el 19 y el 23 de agosto de 1944.

El Director Espiritual de este primer Cursillo de Cristiandad de la historia fue el Reverendo D. Juan Juliá, actuando de «rector» Eduardo Bonnín y de «profesores» Jaime Riutort y José Ferragut.

Los asistentes fueron 14: Sebastián Mestre, Antonio Binimelis, Leopoldo Febrer y Bartolomé Obrador, Francisco Oliver, Salvador Escribano, Damián Bover, Antonio Mesquida, Francisco Estarellas, Antonio Obrador, Antonio Mas y tres que viven en la actualidad; Miguel Rigo, Onofre Arbona y Francisco Grimalt.

 


Sin duda, el Cursillo de Cala Figuera, bajo el nombre de V Cursillo de Jefes de Peregrino, fue un auténtico cursillo de cristiandad también por sus frutos de conversión personal y proyección ambiental. Y sin duda, los demás dirigentes de la Acción Católica diocesana pensaron que era simplemente un nuevo Cursillo de Jefes de Peregrinos más corto, con una serie de innovaciones muy en línea con «las cosas de Eduardo», que en la práctica se habían revelado más eficaces que «las cosas de Madrid», y, por tanto, eran dignas de repetirse; aunque se mantuvo la polémica de si debían especializarse los Cursillos por la cultura y la religiosidad de sus asistentes, Para Bonnín, como queda dicho, la experiencia abierta e interclasista que le había supuesto su servicio militar, convertía este punto en esencialísimo e irrenunciable.

“El hombre ha de encontrarse con Cristo en el vacío de su silencio interior, y ésta es la razón de que, desde siempre la diana de nuestros esfuerzos haya sido «llegar desde la piel del hombre hasta dentro del hombre», y ahí está lo novedoso del Movimiento de Cursillos, lo que lo distingue de otras cosas que pueden ser muy buenas, pero que no son lo mismo, ni consiguen lo mismo. Ésta es su característica genuina y lo que ha posibilitado que el mensaje de Cristo llegara a los alejados por no informados, por desinformados o por mal informados”

“Lo que hoy llamamos Cursillos de Cristiandad, fueron concebidos por un grupo de seglares, y la idea, su finalidad, su estructura y la disposición de los rollos fue seglar y sólo seglar; ahora bien, cuando éstos fueron presentados a la jerarquía, le entregamos todos los rollos, notas y apuntes. Entonces, accediendo a nuestra petición, y porque entendíamos que necesitábamos sentirnos más Iglesia, pedimos que se nombraran, como así se hizo, unos sacerdotes, gracias a los cuales (dicho sea, en honor de su gran comprensión y a la libertad con que nos dejaron actuar), pudo conseguirse que el movimiento de Cursillos tuviera una infancia feliz y sin mayores preocupaciones que las normales de un movimiento nuevo que rompía, y sigue rompiendo, muchos esquemas”.

Extracto de http://www.feba.info/?page_id=370#cursillo_1944


Una mirada abierta al Movimiento de Cursillos


A mis veinticuatro años fui invitado, por la Iglesia que está en Girona, a un Cursillo de Cristiandad. En él, al tercer día, acepté seguir a Cristo vivo, normal y cercano y los medios que el Movimiento de Cursillos y mi propia Iglesia me ofrecía.

Aquel mismo día, antes de terminar, nos hablaron muy claro: “si os hubiéramos iniciado en el camino del Ideal y no ofreciésemos en el Cursillo la posibilidad de seguir en él, el Cursillo sería una farsa, una tomadura de pelo, una bengala que deslumbraría sin alumbrar, y que sólo proporcionaría el desengaño y la angustia propia del que se ha sentido atraído por una fantástica perspectiva, para luego descubrir que todo ello no es más que una utopía”. Y me lo creí.

Hoy cumplidos los ochenta y cuatro años de edad, contemplo agradecido como la mayor parte de mi vida ha estado informada por esta vivencia de Cursillos, con sus aciertos y desaciertos.

Mi camino, ha pasado por la vivencia en aquellos primeros años llevados por el Espíritu, y en los años siguientes, en la cercanía a la vivencia del llamado Carisma Fundacional de Cursillos. Dios lo ha querido así.

A finales de los setenta se empezaron a hacer cambios sensibles al método de Cursillos sin conocer su mentalidad, esencia y finalidad. En 1981 Eduardo Bonnín y Francisco Forteza publicaron el ‘Manifiesto’ en el que se comprueba el ángulo iniciado, cuyos vértices exteriores, la idea original y el resultado de los cambios, no han dejado de irse agrandando, porque los cambios continuaron. Hoy este hecho se ve muy claro, mientras nuestra Iglesia busca entre los agentes de Evangelización una eficacia que los Cursillos tienen en su método originario.

Los Cursillos fueron inspirados para llegar preferentemente a los ‘alejados’, la parte mayoritaria de nuestra sociedad, a los que no llegan nuestros ambientes parroquiales. Es cada persona, cada cristiano laico, el que llega a los ambientes del mundo, con su presencia en sus ambientes personales, a los que no llegan los demás.

El sacramento de Cursillos es la amistad, y cada uno o una puede hablar a Dios de una persona, y en amistad hablar a la persona de Dios, e invitarla, si lo considera oportuno, para su bien, a un Cursillo de Cristiandad de tres días. Los hay para hombres y los hay para mujeres.

Descartada cualquier forma de proselitismo ¿qué puede encontrar la persona en un Cursillo?

El Cursillo es una vivencia y se tiene que vivir. La vivencia colectiva de los asistentes, profesores laicos, sacerdotes y los propios cursillistas, reunidos en pequeña Iglesia, posibilitan en clima de amistad el encuentro con uno mismo, el encuentro con Cristo, y el encuentro con los demás, y sitúan a la persona en el camino de su felicidad.

El mensaje del Cursillo al cursillista, desde sus orígenes se fue perfilando así:

¿Qué es el Cursillo? = Preliminar.
¡Conócete a ti mismo! = Primera meditación.
¡El Amor del Padre! = Segunda meditación.
¡Tres miradas de Cristo! = Tercera meditación.
¡Sé persona! = Ideal.
¡Sé persona cristiana! = Gracia habitual.
¡Sé Iglesia! = El seglar en la Iglesia y en el mundo.
¡Acepta el Plan de Dios! = Gracia actual.
¡Con la Gracia de Dios! = Piedad.
¡La figura de Cristo! = Cuarta meditación.
¡La Verdad es para vivirla! = Estudio.
¡Encuéntrate con Cristo en la Iglesia! = Sacramentos.
¡Impulsado por el Amor! = Acción.
¡El pecado, obstáculo al plan de Dios! = Obstáculos a la Vida de Gracia.
¡Inserir en tu propio metro cuadrado! = Dirigentes.
¡Mensaje de Cristo al cursillista! = Quinta meditación.
¡Estrategia para la transformación del mundo! = Estudio del ambiente.
¡La Piedad, el Estudio y la Acción, el Amor de Dios en ti! = Vida en Gracia.
¡No puedes ‘ser ni caminar solo’! =Cristiandad en acción.
¡Te ofrezco un ‘Seguro total’ en amistad! = Reunión de Grupo y Ultreya.
¡Te aseguro que ello es posible! = El cursillista más allá del Cursillo.

Del ‘Libro de los rollos’ recojo esta cita: ‘Si, como es evidente, ningún rollo del Cursillo puede ser estandarizado y se renueva cada vez al adaptarse a la personalidad del rollista, a la circunstancia que está viviendo, y a la mentalidad y los problemas de quienes le escuchan, sin cambiar su esencia, el rollo ‘Cristiandad en acción’ tiene esta característica centuplicada, porque él, es, en su misma entraña, el testimonio de la vida de una determinada Cristiandad, que será siempre distinta, aunque siempre translucirá la realidad perennemente nueva y jubilosa de unas vidas realizadas en cristiano’. La actualización de los rollos está en la vida de los rollistas.

Lo importante es que el Cursillo se puede vivir toda la vida. Para ello el Movimiento de Cursillos ofrece al cursillista dos encuentros para compartir la Fe y el apostolado en el poscursillo: La Reunión de Grupo y la Ultreya ambos con su formato propio, donde como en todos los actos del Cursillo prima la amistad.

El Movimiento de Cursillos es diocesano. Quien autoriza el Movimiento de Cursillos en una diócesis es el Obispo. El Secretariado Nacional de un país es un órgano de servicio. A mi parecer también lo es el OMCC. Nadie puede privar a obispos, sacerdotes y dirigentes de Cursillos, de buscar constantemente la conformación del Método con la Mentalidad del Carisma Fundacional. El criterio es saber en cada momento lo que hay que hacer.

Apelar a ‘Ideas Fundamentales’, es acudir a un libro orientativo, con carencias importantes, en el cual no se habla de muchos aspectos que afectan a la aplicación del método. Díganme sino cómo aparecieron cursillos mixtos, cursillos de dos días, cómo se modificaron los rollos, se prohibieron las Reuniones de Grupo, se llamaron Ultreyas a actos que no lo son, y hablando del precursillo y del poscursillo qué se hizo de la amistad, y cómo se trató la libertad de los hijos de Dios.

Pero ¿qué sucede cuando el método de Cursillos se aparta del Carisma inicial?
Se adapta el método a los problemas en vez de los problemas al método.
Cambiando el método se cambia la esencia y finalidad.
No se recupera la creatividad para hacer muchos Cursillos aún en laborables.
A falta de precursillos se crearon cursillos mixtos de tres o dos días.
Se cambia el acercamiento en amistad por proselitismo.
Modificado el método inicial no se llega a los alejados.
Sin jóvenes apóstoles no se llega a los jóvenes.
Suprimiendo la Reunión de Grupo se deja al cursillista solo en la vida.
Si no hay poscursillo en amistad falta el acompañamiento en amistad.
Al no retornar cada persona a su ambiente se mandan a las parroquias.
Cambiando el formato de Ultreya se minimiza el apostolado en amistad.
Sin una caja de reserva los pobres no son evangelizados.
A falta de acudir a los orígenes, se deriva en desviaciones.

¡En la Mentalidad originaria de Cursillos nos podemos encontrar todos! El objetivo es la verdad de Cursillos, y las personas a las que se podría y debería llegar con una unidad aceptable en la mentalidad y el método, fieles al Carisma Fundacional. 

Roguemos al Señor para que nos dé una mano en ello.

J.Arpí, Diciembre de 2021.


VIGET-SALUBRITER

Autor: Rodolfo Letona C

El breve pontificio mediante el cual el Papa Pablo VI nombró a San Pablo Patrono de los Cursillos de Cristiandad, fue, a no dudar, otra inspiración del Espíritu Santo para consolidar la vigencia del MCC en la Iglesia. La figura de San Pablo llamado el “apóstol de los gentiles” por su actividad evangelizadora, debe de inspirar constantemente la vertebración de las ideas y acciones prevalecientes en el “metro cuadrado móvil” de cada cursillista.

Durante esta sexta semana de Pascua, en la lectura de los Hechos de los Apóstoles, especialmente en la narración de San Lucas sobre el Concilio de Jerusalén, en cual se acordó que los gentiles cristianos no pasaran por las normas del judaísmo como medio de obtener la salvación, se destaca la figura del patrono y la de su acompañante, Bernabé. En Hechos 15 se describe ricamente este acontecimiento.

En una de las homilías que escuché, se mencionaba que la solución propuesta por Santiago no fue efectiva inmediatamente debido a que los “judaizantes” marchaban a la zaga de San Pablo, prácticamente desconcertando a las personas con un mensaje contrario y confuso. En este sentido citaba especialmente el capítulo 3 de la carta a los Gálatas. La expresión que utilizó San Pablo para recriminarles es impresionante: “¡Qué tontos son ustedes gálatas! ¿Cómo se han dejado hipnotizar después de que se les presentó a Cristo Jesús crucificado, como si lo vieran?”

Esa homilía me hizo meditar sobre lo que ocurre actualmente en nuestro querido movimiento. Si el cursillo al que asistimos llenó su objetivo: “encuentro con uno mismo, encuentro con Cristo, encuentro con los hermanos”, todo ello bajo la invocación al Espíritu Santo, ¿cómo es posible que ahora se atienda a los modernos judaizantes? Digo modernos judaizantes porque considero que, quienes se han dedicado a denostar la figura de Eduardo como único fundador de los cursillos, actúan de la misma forma que aquellos que deseaban ser circuncidados y que lo fueran sus seguidores.

Querer negar que fuera Eduardo la persona escogida por el Espíritu Santo para depositar en él Su inspiración para darle vida a Cursillos de Cristiandad equivale, en mi apreciación, a querer “circuncidar” a los cursillistas, hacerlos volver a lo de siempre, con los de siempre, para seguir haciendo lo de siempre. En igual forma en que actuaban los judaizantes en la época de San Pablo, actúan ahora quienes representan a los que, desde un principio, en palabras de Eduardo, “secuestraron el movimiento”.

¿Será que de veras se le quiere corregir la plana al Espíritu Santo? Ya se ha repetido varias veces que esto en sí constituye un grave pecado. Me pregunto si los hermanos judaizantes del momento han tomado conciencia de tal cosa. Quienes estamos en la otra orilla, los autobautizados leprosos, no podemos ni debemos permitir que esto siga ocurriendo. Vayamos valientemente a estos hermanos nuestros con el ímpetu de nuestro patrono y hagámosles ver su gran error, no caigamos en la apatía o en el “no se puede hacer nada”.

DECISIÓN PAPAL Y EL MCC


Autor: Rodolfo Letona C.
17/07/2022

No ha dejado de ser noticia la decisión del Papa Francisco de reducir la posición del OPUS DEI en cuanto a desandar el camino abierto por San Juan Pablo II al otorgarle a esa institución el privilegio de contar con un Prelado dependiente exclusivamente del Vicario de Cristo. De ahora en adelante el OPUS DEI tendrá que obedecer y rendir cuentas de su actuación al Obispo Diocesano en donde esté incardinado.

Además de esa decisión el Papa Francisco hizo un llamado al Opus Dei para que retome el carisma otorgado por el Espíritu Santo al fundador, Monseñor Juan María Escrivá de Balaguer, ya elevado a los altares. Monseñor Escrivá reducía el carisma de ese instituto secular a “la santificación a través del trabajo”. La enciclopedia de referencia católica, volumen III, define un Instituto Secular así: << Sociedades clericales o laicales, cuyos miembros tienden a la perfección mediante la observancia de los consejos evangélicos y el ejercicio del apostolado en el mundo. >>

Es interesante leer que estos institutos seculares nacieron en la mitad del siglo XVIII, pero que solo obtuvieron plena aprobación pontificia en 1947, con la constitución apostólica Provida Mater de Pio XII. En este documento leemos que “los miembros de estos institutos participan en la tarea de evangelización de la Iglesia, “en el mundo y desde el mundo”, donde su presencia obra a manera de fermento”. Su “testimonio de vida cristiana” mira a “ordenar según Dios las realidades temporales y a penetrar el mundo con la fuerza del Evangelio”. (Ver #929 del Catecismo de la Iglesia Católica).

Del numeral 877 del Catecismo de la Iglesia Católica se extrae los siguiente: “[…] todo obispo ejerce su ministerio en el seno del Colegio Episcopal, en comunión con el obispo de Roma, sucesor de San Pedro y jefe del colegio; los presbíteros ejercen su ministerio en el seno del presbiterio de la diócesis bajo la dirección del obispo”. Cabe resaltar que al final del numeral 833 de la obra citada, que define la diócesis, se lee: […] Estas Iglesias particulares están “formadas a imagen de la Iglesia Universal. En ellas y a partir de ellas existe la Iglesia Católica, una y única”. (LG 23).

De lo anterior, salvando mejor opinión, se puede concluir que la decisión papal no ha hecho otra cosa que consolidar la razón de ser de la diócesis, Iglesia particular, en función de constituir la base de la Iglesia Universal.

Considero muy importante trasladar esta decisión papal a la situación actual que vive nuestro querido Movimiento de Cursillos de Cristiandad. 

La historia nos refiere que Cursillos nació en la diócesis de Mallorca, España, en la década de los 40 del siglo XX, con la venia del obispo, Monseñor Miralles; posteriormente, con la toma de posesión de Monseñor Juan Hervás, fue él quien bendijo “no con una sino con dos manos”, a nuestro Movimiento, oficializando así su incardinación en la Diócesis. De allí en adelante Cursillos fue aceptado en innumerables diócesis alrededor del mundo hasta sobrepasar actualmente las 800 iglesias particulares en donde funciona, arropando a cerca de 4.5 millones de cursillistas. 

La historia también nos ilustra sobre la progresiva conformación de los Secretariados diocesanos; según los países, se originaron los Secretariados nacionales y por una decisión propia de los integrantes del MCC en cada época y para facilitar la comunicación entre países de una región dada, fueron constituyéndose los Grupos internacionales hasta congregarse en el Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad, OMCC, unidades todas de servicio y comunicación, sin autoridad alguna sobre el movimiento y menos sobre los cursillistas.

Por una inexplicable razón, desde que la sede del OMCC se trasladó a México según lo establece el ordenamiento vigente en el Estatuto de ese organismo, los dirigentes a cargo del Comité Ejecutivo del OMCC, CE-OMCC, tomaron una actitud contraria al espíritu de servicio y coordinación, iniciando la búsqueda de un cambio en dirección para constituir al OMCC en una torre de mando. Los argumentos utilizados no se sostienen desde ningún punto de vista que sea congruente con las ideas fundacionales ni con las funciones establecidas en el propio estatuto, que lo es del OMCC, aunque se le ha querido interpretar como la aceptación del Movimiento por el Vaticano.

En el proceso iniciado se ha visto involucrado el Dicasterio para los laicos, la familia y la vida, entidad que cuenta con sus propios estatutos ninguno de los cuales se puede interpretar como autorización para intervenir directamente en las decisiones que tomen quienes son los dirigentes transitorios de los movimientos laicales iniciados y aprobados en las diócesis.

La decisión papal explicada antes es importante en esta coyuntura puesto que el Santo Padre nos está indicando claramente el camino a seguir.  LOS MOVIMIENTOS APROBADOS POR LAS DIÓCESIS FORMAN PARTE DE LA IGLESIA UNIVERSAL. […] “En ellas y a partir de ellas existe la Iglesia Católica, una y única”. (LG 23). Cursillos no constituye una excepción, de allí que no pueda existir ninguna autoridad fuera de la ejercida por el Obispo y, por extensión, del Colegio Episcopal. (Ver numerales 833 y 877 del Catecismo, citados antes).

En tal virtud, las pretensiones del CE-OMCC no tienen asidero legal ni moral. Por ende, considero que lo más prudente es solicitar que depongan esa actitud; que vuelvan al cauce que marca el estatuto vigente; que entreguen los cargos detentados a quien corresponde según la calendarización establecida. Si algún país o Grupo Internacional, GI, desea promover algún cambio, éste debe ser previamente consensuado y propuesto ante un Encuentro mundial de dirigentes del MCC, según está estipulado, para su discusión y consideración.

DE COLORES.

martes, 9 de agosto de 2022

CRISTIANÍA EN DIÁLOGO (segunda parte solamente)


TERCERAS CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA

Antonio Pérez Ramos (qepd)

Segunda parte 

LO AQUÍ PRETENDIDO BAJO “CRISTIANÍA EN DIÁLOGO”

2.1. EL PENSAMIENTO DE EDUARDO

En un homenaje puntual a su memoria, trayendo aquí y ahora a colación un tema que él intuyó y vivió, y sobre el que se pronunció con gran agudeza y precisión, al tiempo que con la sencillez y humildad de un “aprendiz de cristiano”. Todo ello partiendo de sus contactos con incontables hermanos en la fe – un medio centenar – cabalmente en los Estados Unidos de Norte-América.

Empiezo por la precisión de Eduardo, en su especie de greguerías a lo Gómez de la Serna, respecto del Ecumenismo, distinguiendo el de “puertas adentro” y el de “puertas afuera”. 

Resultando de ahí que, tanto en nuestros CURSILLOS, como en los MOVIMIENTOS que integran el ECUMENISMO de referencia, las personas a las que van dirigidos: “Se acercan; se conocen; DIALOGAN; se respetan y hasta se admiran (Historia de un carisma, p.198).

Asimismo, en el libro “Signos de esperanza” (Madrid, 1998, pp.67-70), se refiere la pregunta dirigida por el Cardenal CORDES a Eduardo: “ ¿En que relaciones está Vd. con quien no tiene fe o que pertenece a otra religión u otra confesión cristiana?”.

A lo que el interrogado respondió, sin titubear:

“Óptimas, mejores que con los CRISTIANOS DE SIEMPRE que se creen – quiero creer que de buena fe – que ya han llegado y están convencidos de que las prácticas religiosas son una meta y no un medio para poder llegar”.

“Que les cuesta creer que un cristiano tenga que convertirse un poco cada día.”

“Que todo lo que se refiere a Dios se comprende mejor sabiendo creer que creyendo saber.”

Y proseguía EDUARDO:

“Una cosa por la que no acabo de dar gracias a Dios, y ciertamente uno de los regalos más bellos que me ha hecho, es el haber sido invitado repetidamente por nuestros hermanos protestantes de los Estados Unidos. Hermanos que yo llamaría hermanos deseados.

“Me han invitado varias veces, y siempre he aceptado, para que les explicase qué es y qué quiere nuestro Movimiento de Cursillos. Todas las veces se ha registrado una cálida y fructuosa convivencia que ha hecho bien a todos. He podido hablar con plena libertad.

2.2. Resonancias del mentado criterio de Eduardo:

Primera: Se afirma en el libro colectivo de varios autores, titulado “Esencias. Nervio teológico de los Cursillos de Cristiandad, año 2002, p.199”:

“El mundo avanza y si bien la esencia y mentalidad de los Cursillos de Cristiandad, por lo que tiene de Fundamental Cristiano, permanece siempre vivo y actual; avivando y actualizando todo lo que se deja penetrar por su espíritu, no podemos dejar de notar que su mismo nombre de “Cristiandad” suscita hoy comprensibles suspicacias.

Sin duda cuadraría mejor con lo que se quiere conseguir y se va consiguiendo con ellos, llamarles CURSILLOS DE CRISTIANÍA”.

Segunda: ALBERTO MONTEAGUDO, en “Volviendo a las fuentes”, pp.89-90 ha escrito. “Es curioso que tanto protagonismo cambiador con que se ha pretendido complicar, adulterar, edulcorar, clericalizar y tergiversar el Movimiento de Cursillos, desde su nacimiento, a nadie se le haya ocurrido que, precisamente es el nombre lo que debiera ser cambiado, ya que, hoy por hoy, la palabra CRISTIANDAD no precisa ni da a entender lo que el Movimiento de Cursillos es, persigue y consigue”.

Tercera: SUÁREZ DEL REAL, en “Eduardo Bonnín, Aprendiz de cristiano, Madrid, 2001, p.52, transcribió, tomándolo de su singular entrevistado:

“Cuando se habla de renovación, puesta al día, creo que los Cursillos han de empezar por renovar el nombre. Lo de Cristiandad tiene connotaciones que dan a entender que lo que se quiere es un retorno a lo que fue el cristianismo oficial, aceptado sin más por todos…La palabra CRISTIANÍA expresa mucho mejor y da a entender con más claridad de lo que se trata. CRISTIANÍA es algo personal: de alegría viva…”