Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

viernes, 7 de enero de 2022

PUNTUALIZACIONES SOBRE EL METODO DE CURSILLOS

Tan actual como cuando se escribió este documento por los abajo firmantes a la ocación del IV Encuentro Mundial de Dirigentes de Cursillos de Cristiandad en julio de 1988.

A veces se critica los Cursillos de Cristiandad y no se critica a la idea originaria, sino a una parodia de los mismos que ha hecho a fuerza de desaguisados algún Secretariado Nacional, donde más que estudiar y comprender su esencia, que ésta es la razón de su creación y de su actividad, se ha intentado cambiar las cosas al ritmo y al talante de los que, sin entenderlos, han querido meter baza.

Lo que evidencia que no se tiene clara la idea originaria, o que se pretende desviar el Movimiento hacia otras metas, son las "actualizaciones" que modifican o prescinden de elementos del Cursillo, manipulándolos de tal forma, que difícilmente pueden servir a su genuino fin.

Por ejemplo:

El precursillo no puede hacerse en serie, por unas personas que enseñan y otros que aprenden. El precursillo es simplemente el inicio de una amistad que generan, cuando no se distorsionan, la Reunión de Grupo y la Ultreya.

La disposición con que acuden los cursillistas hoy, es más humana y más sincera que antes, pero en pequeños matices.

La óptica religiosa siempre fastidia, hay que hablar a los que van a un Cursillo desde la óptica de la fe.

El retiro introductorio no pretende ser una exposición básica de la fe cristiana.

 La primera Meditación es un paro en el vivir de uno, para que reflexione y se encuentre consigo mismo.

En la segunda meditación se trata de intentar reunir los haces dispersos que el que acude a un Cursillo pueda tener de lo trascendente, y polarizarlos hacia la imagen del Padre, que sabe fundir en un abrazo de comprensión, de perdón y de ternura todo un distanciamiento, algunas veces culpable, y otras fruto de superficialidades ejecutadas más por distracción y despiste, que por maldad.

La palabra "acogida", además de paternal, es tremendamente cursi; el que acoge al cursillista es Cristo, el que se deja acoger por otros, evidentemente, no suele ser el más apto para ir a un Cursillo.

Ciertas presentaciones que, además del nombre y los apellidos, añaden profesiones o títulos, produce cierta incomodidad a los que a lo mejor no tienen ni lo uno ni lo otro.

El rollo de "Ideal", más que abrir el camino a lo Trascendente, tiene que abrirlo a lo trascendente.

Es una falta de sentido común y de caridad, avasallar el primer día al cursillista con cuatro rollos píos, sobre todo hemos visto algunos que a lo mejor estarían bien para un retiro de novicias atolondradas, pero no para unos hombres que, por vivir su vida de otro modo, tienen unos conceptos y unos valores, que tamizan las verdades a su manera, siempre muy distanciada del mundo clerical.

Si se pesca en el mar de la vida, de la vida que viven los más, los "peces" que acuden a la cita de un Cursillo, a no ser que el reclutamiento haya apuntado hacia "personas de Iglesia", acuden con sus agallas y con sus espinas que, si, de entrada, se les procura una circunstancia donde cada uno puede manifestar a su modo estas agallas y estas espinas, se sueltan dudas y se cuentan hazañas, lo que crea un clima incómodo, por haber pensado que la libertad de decir lo que se piensa, favorece el clima que se pretende crear en el Cursillo.

El Cursillo, hoy más que nunca, tiene que estar firmemente asentado, en la fe que viven, quieren vivir o les duele enormemente no vivir los dirigentes, que tiene que dirigir necesariamente el Cursillo hacia su finalidad. Dirigidos a la vez estos por un rector que, en todo momento, en unión estrecha, cordial y amistosa con todos, pero principalmente con los Directores Espirituales y los demás dirigentes, ha de orientar, sin mandonismo ninguno, conunción, con santo real miedo, con asombro continuado, con la sobrenatural naturalidad, no de creer saber, sino de saber creer.

Los dirigentes no han de dedicarse a aclarar y disipar dudas, es muy corriente en la clausura oir decir a más de un cursillista: "Vine cargado de problemas, de dudas, de dificultades, aquí he eliminado bastantes, y me voy con una confianza enorme para irlas superando."

El encuentro de los que no tienen fe, o no saben ver la que tienen, al contacto y al contagio de unas personas que la viven y la encarnan, que les sirven sin servilismos, que les tienden con entusiasmo, no sólo con desinterés, sino siendo para ellos un gusto, que se portan en todo momento como amigos, y que quieren serlo de verdad, y no solo en los tres días de Cursillos, es el estímulo más acuciante, atractivo e interesante que podemos brindarles.

Es del todo necesario que el cursillista sepa que todos en la Iglesia nos vamos convirtiendo. Es una verdad básica que nos hermana a todos por la base.

Llamar a los dirigentes responsables es una expresión además de poco afortunada, inexacta, porque responsables lo somos todos en la Iglesia.

Resulta muy cristiano que un hombre de humilde profesión pueda en el Cursillo ser Jefe de uno que siempre lo ha sido y lo es en su vida profesional. Más que una cura de humildad, es una cura de verdad que necesitamos todos.

No rellenar las hojas de aficiones y suprimir los periódicos murales, es echar por la borda dos maneras muy eficaces para conocer mucho mejor "a Juan".

La palabra "compromiso" es palabra incómoda. Alguien ha dicho que "Creer es comprometerse", y no tan sólo creer, sino aún el sólo hecho de vivir es ya comprometerse. Y para que un hombre hecho y derecho, le de la realísima gana de comprometerse, ha de saber bien por qué.

Hay palabras en lo que hoy llamamos comportamiento cristiano que por los méritos contraídos en sentido contrario de lo que significan, suelen despistar y confundir, ya que el diccionario nos dice lo que la palabra significa y la vida nos muestra, en vivo y en directo lo que la cosa o el acontecimiento es.

Un hombre normal, desde su acera, ve al "cristiano comprometido" siempre entre comillas, como el hombre agobiado por compromisos secundarios que siempre lo tienen enredado, y que le queda muy poco tiempo para estar con su familia, salir con la esposa, hablar con los hijos o jugar con los niños, porque tiene siempre una multitud de actividades que solicitan su presencia y su dedicación.

Llamar "formación" al rollo de "Estudio" es despuntar su finalidad, no se trata de ningún tipo de lo que entendemos por formación, sino la simple aplicación de la inteligencia para captar de la manera más sencilla posible el don de Dios y su proyección en su entorno.

La celebración comunitaria de la Penitencia es un acto cien por cien clerical, que no haría más que estorbar el proceso del Cursillo. Hay mucha gente que lleva mucho tiempo en la Iglesia y sigue siendo alérgica al folklore de las celebraciones de esta clase. Pretender que lo entiendan los novatos, es tan arcangélico como creer que con la exposición fríamente ordenada de unas verdades se va a conseguir que ordenen su vida con ellas al momento.

Una conversión creciente no se puede enseñar ni realizar.

Ni el segundo ni el tercer día es oportuno avasallarles con expresiones triunfales sobre la Iglesia. La amamos demasiado para pensar que sea fácil asimilar unos conceptos que tan sólo la fe, la esperanza y la caridad en acto, vivida, encarnada y expresada pueden contagiar.

La historia de los Cursillos nos ha venido demostrando que la auténtica conversión, que ha de ser perenne y continua en todo cristiano, no necesita ni de tres días, ya con medio segundo, tiene Dios más que bastante.

La Gracia no actúa más allá de todo proyecto, sino que como es algo vital, da nervatura y calibración evangélica al proyecto.

El "Seglar en la Iglesia" se ha quitado, precisamente el rollo clave que mejor aclara que el seglar no es para hacer cosas, hacer hacer cosas, asistir a actos, hacer asistir a actos, sino para que creciéndose y desarrollándose donde Dios le ha plantado, con fe, con esperanza y con caridad, hecha vida por su conexión con Cristo, puedan ser manantial inagotable de sentido, emisores de autenticidad, e impulsores de energía y alegría evangélica en su familia, en su trabajo y en su diversión.

Esto es la aportación germinal, radical, básica, esencial y vital que el hombre seglar ha de aportar al mundo. Unicamente desde esta raíz que debe de ser el indispensable punto de partida, puede llegarse a todo lo demás.

Precisamente el Cursillo no es ni puede ser en manera alguna una "comunidad fugaz", pues de serlo, todo lo descubierto en el Cursillo sería mentira. Los Cursillos no han sido jamás individualistas, ni han estado jamás a la defensiva.

Los moldes de los Cursillos los han roto los Secretariados Nacionales no fieles al cometido de ser fieles a la finalidad y al método.

Firmado:
Rvdo. Don Francisco Suárez, Delegado episcopal
Juan Aumatell Tuneu, El Presidente
Rvdo. Don Antonio Pérez, Director Espiritual de Cursillos de Cristiandad, Presidente del Cabildo. Catedral.

Del Grupo de Iniciadores del Movimiento:
Eduardo Bonnín, Rector del 1er. Cursillo de Cristiandad
Bartolomé. Riutort, Dirigente del 1er. Cursillo de Cristiandad
Guillermo. Estarellas, Dirigente del 1er. Cursillo de Cristiandad

jueves, 6 de enero de 2022

LA FORMA PRÁCTICA DE PLANEAR

Introducción.

EN EL MOVIMIENTO DE CURSILLOS

Bernardo Cantú Flores, México

Hace tiempo escribí un tema que se llamó “Planeación: una herramienta útil para el MCC”.

Algunos Dirigentes que lo leyeron me comentaron que al tema le había faltado hacerlo más práctico y si es posible con algunas experiencias.

El problema que se presenta al hacerlo así, les comentaba, es que el Movimiento de Cursillos está para sugerir líneas y conceptos generales para que ellos (los Dirigentes o miembros del Secretariado) se formaran su criterio y en especial que discernieran y sacaran sus conclusiones.

Mis argumentos no fueron muy bien aceptados y finalmente me comprometí a hacer más extenso y práctico este tema de planeación, con riesgo de críticas hasta cierto punto fundadas, por andar manipulando, de alguna manera, la planeación en el MCC.

Con esta aclaración dispongámonos a clarificar y detallar hasta donde sea posible las etapas prácticas de la planeación.

En el primer tema “Planeación: una herramienta...” definimos lo que era planeación estratégica, el objetivo y los cuatro pasos de la planeación, por lo que obviando estos conceptos, nos vamos directamente a especificar y explicar las etapas de planeación más ampliamente.

Otra aclaración, este servidor no es un experto en el tema, pero para lo que se va a exponer no se requiere serlo. Esto requiere un poco de lectura sobre el tema, un poco de sentido común y un poco de experiencia en el servicio dentro del M.C.C.

Y por último, estas etapas de planeación te pueden ayudar en tu vida diaria, ya que puedes aplicarlas en tu trabajo, en tu familia y en cualquier actividad en que estés involucrado. Si así fuera, el más satisfecho y honrado, sería este servidor tuyo.


ETAPAS DE LA PLANEACIÓN

1. PENSAR.

2. REUNIRSE Y COMPARTIR.

3. PREPARAR UN PLAN DEFINITIVO. 

4. ORGANIZAR EQUIPOS.

5. PROGRAMAR.

6. SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN.


ETAPA 1.-

PENSAR

  Momento de reflexión, de oración.

 Analizar los objetivos.

 Situación del Secretariado actual.

 Selección de Equipo de trabajo.

En Cursillos enseñamos que siempre que vayamos a hacer una actividad, iniciar el día, etc., lo primero que hay que hacer es ponernos en las manos del Señor. Para este caso es imperativo y primordial la oración, el momento de intimidad con Dios, el hablarle de nuestro compromiso, pedirle luces, invocar al espíritu de amor para que derrame sus dones, que nos aliente, nos fortifique y mueva nuestra voluntad; nos active, nos haga creativos, humildes, en fin, tantas cosas que pedirle y agradecerle. Esto nos dará una motivación especial para el feliz éxito de nuestra encomienda.

Un elemento de análisis es el objetivo que perseguimos. Debe ser claro y específico. En este caso de un Secretariado, Escuela o área de trabajo son muy claros. Lo pueden leer en las Normas o Estatutos Nacionales o en sus propias Normas, si es que las tienen, y si no, aquí mencionamos algunos que pueden servir de base para determinar sus propios objetivos.

OBJETIVO DE UN SECRETARIADO.

1. Coordinar, impulsar y servir al MCC en la Diócesis (o en la Escuela, o en el centro o en un área determinada, según sea el caso).

2. Ser custodios de la identidad del Movimiento.

3. Promoción, desarrollo y orientación del MCC.

(Ver Ideas Fundamentales No. 574 al 579).

De estos objetivos generales pueden nacer algunos objetivos particulares.

Dentro de esta etapa consideramos la situación en que se encuentra el Secretariado, Escuela, etc., en cuanto a recursos humanos, materiales y espirituales (esto nos servirá para sentar las bases de lo que tenemos y lo que queremos).

Si suponemos que es un Secretariado, Centro, etc., que va a iniciar sus actividades, el responsable deberá seleccionar su equipo de trabajo.

Aquí se debe tomar en cuenta a aquellos elementos que estaban en los anteriores Secretariados y que hicieron una labor positiva para tratar de dejarlos en su puesto o en otro que sea idóneo.

Sería idóneo poner en los puestos a gente culta o de regular posición económica, pero la experiencia nos señala que éstas personas siempre están muy ocupadas y desatienden sus obligaciones apostólicas. Siempre es más conveniente tener gente que aporte tiempo, que quiera al Movimiento y que tenga voluntad para trabajar (le eche ganas) en lugar de llamar a los mencionados arriba.

ETAPA 2.-

REUNIRSE Y COMPARTIR

  Discusión de ideas, compartir experiencias (lluvia de ideas).

 Se esbozan uno o varios planes preliminares.

En esta etapa el responsable reunirá a su equipo compartiendo ideas y experiencias sobre el plan a seguir, esto como una lluvia de ideas que se van depurando hasta llegar a uno o varios planes preliminares.

ETAPA 3.-

PREPARAR PLAN DEFINITIVO

 Su duración.

 Razonablemente realizable.

 Que señale prioridades.

 Que se fijen responsables.

Es ya el momento de concluir el plan definitivo, cuál será su duración, etc., tomando en cuenta que sea razonable y sobre todo realizable. Es preferible iniciar con un plan no tan ambicioso porque muchas veces se vuelve difícil y si no se llega a feliz término, el equipo puede desilusionarse. Señalar prioridades y fijar responsables.

 ETAPA 4.-

ORGANIZAR EQUIPOS

 De acuerdo al plan general, cada área o sección seleccionará su equipo de trabajo.

 Se les adiestrará en el trabajo a realizar.

El plan general nos indicaría los equipos que tenemos que

formar (Escuela, Precursillo, Tesorería, etc.).

Aquí hay que tener cuidado de no estarse peleando a los Dirigentes para que integren determinada área. Hay que invitarlos y que ellos seleccionen libremente dónde quieren trabajar. Eso sí, el responsable deberá adiestrarlos en el trabajo a realizar. Se da el caso de Dirigentes que están en Precursillo o Poscursillo y no saben en qué consiste su área.

ETAPA 5.-

PROGRAMAR

 Un plan puede contener varios proyectos.

 Un proyecto puede contener varios programas.

 Un programa puede contener varias líneas de acción.

 Cada área o sección tendrá sus proyectos, programas y líneas de acción considerando:

- Los recursos humanos.

- Los recursos materiales.

 Dependiendo el caso los programas, proyectos y líneas de acción deberán contener:

- Cómo se va a hacer.

- Quién o quienes lo van a hacer.

- Cuándo inicia y cuándo termina.

En el mundo de la administración y planeación muchas veces se confunden las palabras plan, proyecto o programa. Algunas personas a los proyectos les llaman planes y viceversa y su lenguaje puede ser justificable.

Nosotros vamos a definir de acuerdo a nuestro criterio estas palabras y en especial su alcance.

El plan es todo el universo que se planea en forma general. Ejemplo: El plan general del Secretariado Diocesano.

Dicho plan puede tener varios proyectos.

Ejemplo: El plan general del Secretariado contiene un proyecto de tesorería, precursillo, poscursillo, etc.

Cada proyecto puede contener varios programas de trabajo. Ejemplo: El proyecto de Tesorería contiene los siguientes programas:

- Colectar fondos.

- Estudio del costo de cada Cursillo.

- Venta de libros.

- Edición de libros, etc.

Los programas pueden llevarnos a líneas de acción. Ejemplo: Para colectar fondos se puede:

- Hacer eventos de varios tipos.

- Rifas o sorteos.

- Pedir cooperaciones, etc.

Es prudente comentar que en algunos casos se pueden obviar los proyectos o programas e ir directamente a la acción. Esto depende del plan formulado y de la forma particular de planear.

ETAPA 6.-

SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN.

 En períodos cortos de tiempo el responsable de área informará sobre el avance de su proyecto o programa.

 En períodos más largos (un año) se evaluarán los resultados.

Nota: En caso de que surjan problemas en alguna etapa (casi siempre los hay) el programa o plan se tendrá que modificar.

La unidad y la comunión no se dan por decreto

Todos somos testigos de una fuerte disparidad de ideas entre los dirigentes que lideran el OMCC, con el P. Beraldo a la cabeza y los seguidores del pensamiento de los fundadores del MCC, con Eduardo Bonnín como figura sobresaliente.

A decir verdad, cuando yo me fui empapando de todo esto, el camino ya estaba bastante andado, pero algunos documentos me fueron sumamente esclarecedores y me impulsaron a tomar parte inclinándome hacia una de estas corrientes, debo rendir especial reconocimiento al P. Dufaín y al al P. Beraldo, porque sus escritos fueron los que me hicieron adentrar en la situación que vivía el movimiento a nivel Mundial y pude entender la insistencia de Eduardo Bonnín por temas que, desaprovechando imperdonablemente su presencia, tocaba reiteradamente cuando estuvo en Argentina y especialmente cuando pudimos compartir con él un almuerzo en casa, hace ya varios años.

Ahora bien, yo como tantos otros, me pregunto, ¿Por qué se intenta ignorar esta situación desde los organismos internacionales? ¿Es bueno que todos tengamos que leer entre líneas unas cartas (me refiero a las mensuales del OMCC) que siempre están contestando y aclarando ideas a alguien o abriendo el paraguas por algo, en lugar de tomar el rumbo de la sinceridad, sencillez, franqueza, y fraterna oposición de ideas, como las que se cruzaran tiempo atrás el Padre Cesáreo Gil Y Eduardo Bonnín, cuando no teníamos Internet ni cosa que se le parezca?

¿Por qué se ignora lo que todos sabemos? Resulta chocante que en las cartas y escritos del OMCC, uno no encuentra un solo renglón que enfoque este dilema con franqueza y sencillez, con transparente intención de mostrar ambas caras de la moneda y de tratar de alentar a trabajar a todos en pos de encontrar los puntos de coincidencia más relevantes y de señalar los conflictivos, los no resueltos y pedir que se creen grupos de reflexión, para que trabajen buscando líneas de esclarecimiento y por sobre todo y a mi entender, de sentir desde el corazón que este es el camino más viable hacia la tan mentada y querida “unidad”...

Cuando uno lee esos escritos, todo parece ya dirimido y solucionado, estamos todos ante “La Verdad”, que es por supuesto: “nuestra verdad”, la de los que estamos de este lado... y que por ser tan verdadera, no merece ser asaltada por la temida embestida de quienes se atreven a ver “Otra Verdad” ... Repito, ni un solo renglón que apunte con sencillez a decir, esto nos pasa y no estamos en coincidencia unos y otros.... o, estamos viendo como acercar posiciones sobre algo que vemos de forma muy distinta unos y otros, aunque amamos todos a Cristo y al Movimiento.

Pero sin embargo, uno encuentra si, renglones y renglones, que pretenden empujar a todos a que aceptemos, como clarísima e incuestionable una de las dos corrientes de pensamiento (la del OMCC) y que aceptemos que así se logrará la deseada y soñada: “unidad” y “comunión” en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad....

Resulta evidente que para el P. Beraldo y los demás integrantes del Comité Ejecutivo, la comunión y la unidad son muy fáciles de lograr, basta con que todos aceptemos, lo que se propone con insistencia que sea aceptado por todos...??? ¿Se dan cuenta que sencillo es? Se dan cuenta como esos escritos mensuales empujan y se esfuerzan, para que todos nos decidamos a atravesar la puerta de un único mensaje: “Consolidar al Estatuto recientemente aprobado, revalorizar a Ideas Fundamentales y escuchar a los encuentros Mundiales, que son los que nos van a decir a todos, con autoridad y en verdad, que es cursillos y que no”. Y toda intromisión, pensamiento no alineado, deseo de acercarse a la posición sustentada por otros (que es una sola, no son dos, ni tres... solo la otra línea de pensamiento, apegada a lo fundacional) es un movimiento en pos de la ruptura, la división, la discordia, la confusión... hasta el punto de corre el riesgo de convertirnos, si a esos pensamientos nos sumáramos, en “piedra de escándalo” ..... (ver carta mensual de Abril del OMCC:.. “Sobretodo porque, ahora, el OMCC ya tiene su Estatuto aprobado por la Santa Sede y, por lo tanto, todas las conclusiones que sean aprobadas por un encuentro Mundial, se harán obligatorias para todos los Grupos Internacionales, Secretariados Nacionales y Diocesanos, bajo la pena de ruptura de la comunión. Y todos estamos muy concientes de que, al acontecer tal ruptura, el MCC acabará por convertirse en escándalo para el Pueblo de Dios y en un pésimo testimonio para el mundo...-”

Si esto no es así y solo es una ilusión óptica de este hermano cursillista, de este recóndito rinconcito del Cono Sur, ¿Por qué tanto esfuerzo por hacer entender a todos que hay que alinearse tras los Estatutos recientemente aprobados por el Pontificio Consejo Para Laico? ¿Por qué tanto esfuerzo por hablar de unidad, sin mencionar nada, pero nada, sobre los puntos en discusión que alejan ese ideal de unidad? ¿Por qué no figura en la Página Web del GLCC, en la lista de pensadores del MCC, los escritos de Eduardo Bonnín, Forteza, Valls, Punyed o Cascone entre otros? ¿No es más ético, corrijo, no vale lo de ético, no es más evangélico, incluir en la búsqueda de la verdad a mis hermanos pensadores, aun cuando me sacudan un poco sus pensamientos, frecuentemente contrarios a los míos? ¿Es evangélico, iniciar cada carta con una cita evangélica, para tras cartón quitado lanzarnos a embanderar nuestras ideas ignorando las del prójimo... de que sirve citar el Evangelio, si lo que escribo a continuación ya sea por la forma o por el contenido, no agrada al Espíritu que lo ilumina? ¿Rompe la unidad mi hermano si no piensa igual que yo o igual a los que han ganado la última votación.... no sabe nada de comunión, quien no comulga con mis ideas? Que me perdonen los que viven sintiéndose molestos, porque nos molestan estas cosas, pero es en verdad lo que sentimos cuando tenemos en nuestras manos esos escritos.

¿Por qué se ha hablado tan poco y escrito menos y lo poco que se ha escrito ha sido carente de toda calidez, sobre el encuentro que han tenido en Mallorca las autoridades del OMCC con Eduardo Bonnín, el único sobreviviente de los iniciadores y fundadores de los Cursillos de Cristiandad? ¿Habrá sido tan ríspido el encuentro que lo más positivo haya sido acordar un pacto de silencio? Estas preguntas nos las hacemos, los simples cursillistas que nos interesamos por lo que pasa con nuestro Movimiento, un poco más allá de nuestra Diócesis y nos duelen y nos preocupan.

Otras preguntas que nos solemos hacer pasan por el: ¿Qué lugar ocupan la reunión de Grupo y la Ultreya en el pensamiento de los hermanos que conducen el OMCC?¿Es verdad que le restan valor a la Reunión de Grupo y piensan que sirve sólo como una tertulia entre amigos que terminan tomando un cafecito y nada más, o no es así y piensan que tiene un incuestionable valor como herramienta del poscursillo ¿Se pretende impulsar, desde el OMCC, la creación de otras estructuras fuera de las tradicionales Escuela y Secretariado?¿Tienen los laicos un papel preponderante en la conducción del Comité Ejecutivo o es un mero acompañamiento a una conducción fuertemente clerical? ¿Que opinan de los cursillos mixtos... y de los de solo dos días? ¿Piensan ustedes que los cursillos han sido pensados para la conversión de la persona o del mundo? ¿Deben los cursillistas contentarse con vivir su Fe, apuntalándola en la Piedad, el Estudio y la Acción o deberían sumarse siempre a un concreto Plan Pastoral?

Son muchas las cosa que nos gustarían que nos aclararan, por sobre la puntualización de unos Estatutos, que han sido paridos en plena discordancia entre “pensadores” y que gracias a Dios vemos que lo han sido “ad experimentum” por algunos años.

Cuando desde un órgano de “servicio y coordinación”, una idea intenta ser impuesta a todos y cuando para ello se recurre al archigastado método de despreciar, descalificar, desautorizar o incluso ignorar (observen que va en negritas) toda otra idea que se oponga a la misma, estamos hablando de manipulación de ideas. Sí, aunque no nos guste escuchar que se diga eso, aunque prefiramos ponerle el disfraz de: oportuno intento de esclarecimiento, esfuerzo por servir desde esta estructura a la unidad, apasionado interés por evitar la dispersión, cumplimiento del deber en aras de preservar la Esencia, la Mentalidad y la Finalidad....

¡Que fácil es pedir que seamos todos uno, tras nuestras ideas!... Que fácil es descalificar y señalar como disgregador y falto del sentido evangélico de comunión, al que no piensa en línea con mis pensamientos... al otro, al que considero opositor....

Con tristeza vemos plasmado este método en personas que deberían ser fuente de armonía y de unión. Fuente de búsqueda de comunión, de tolerancia y de apertura al diálogo. La unidad y la comunión no se dan por decreto, ¿No lo sabían?

La vida y en especial la vida conyugal, nos enseña lo que significan las palabras unidad y comunión y también la palabra reconciliación, sin necesidad de muchas explicaciones.

Esta última palabra, reconciliación, merece incluirse en este cúmulo de argumentos, por que no es ajena al problema, yo la veo más como precediendo a las palabras “unidad y comunión”, que quedan como descolgadas si no hay reconciliación.

Me refiero a la vida conyugal porque se presta al dedillo como ejemplo. Con Susana llevamos más de 30 años de casados, nos queremos y somos concientes de que hemos dado siempre, a nuestras hijas, familiares y amigos un buen testimonio de amor conyugal. Pero más de una vez Susana y yo... hemos tenido lo nuestro, hemos discutido y aunque en muy contadas ocasiones, recuerdo habernos ido a dormir sin hablarnos, enojados y sin reconciliarnos, sinceramente no recuerdo los motivos de la pelea, debe ser porque nunca hubo algo de mucho peso, pero seguro que ambos estábamos dolidos, nos sentíamos ofendidos, lastimados... por el otro. Y cuando el que ofende es un ser querido, cercano, la herida es más grande y duele más.

Yo no me imagino, pasada la noche, cuando después de la pelea comienzan las primeras ideas de reconciliación, un intento por parte de alguno de los dos que se expresara en esta línea. –“ Mirá Susana, te recuerdo que vos y yo estamos casados por Iglesia y que nos une un sacramento y no cualquier cosa... Que ambos recibimos ese sacramento con plena libertad y estando en sano juicio y que el matrimonio te obliga, por haberlo prometido ante el altar, a amarme y respetarme hasta que la muerte nos separe. Quizá se te haya olvidado y te remito a “Familiaris Consorte”, que el matrimonio es indisoluble, que este tipo de disputa no se condice con lo prometido y debilita el vínculo conyugal, que todo acto que hiciere peligrar la unidad en el matrimonio, se transformaría para nuestras hijas en piedra de escándalo y estaríamos dando un pésimo ejemplo para con ellas y para con la comunidad de cursillos que nos cuenta entre sus dirigentes y miembros de la escuela... y te recuerdo que de continuar en esta línea te estarás oponiendo a lo que la Santa Iglesia Católica obliga y te estarás autoexcluyendo de tu condición de esposa cristiana...”

¿Ven ustedes alguna posibilidad de reconciliación acumulando argumentos como estos, por más acertados que sean? Y comparando el ejemplo con la realidad que enfrentamos en el Movimiento de Cursillos, ¿Ven ustedes alguna razonable intención conciliatoria en la carta de Agosto del OMCC? Los remito a ella y no se las transcribo, por que siento vergüenza ajena... Sinceramente, creo que si un grupo de personas quisieran intencionalmente provocar una ruptura y división en el Movimiento de Cursillo a nivel mundial, no lo podría hacer mejor que nuestros hermanos empeñados tan enfáticamente por forzar una unidad... ¿Nadie ve esto en el Comité Ejecutivo del OMCC? ¡La unidad y la comunión no se dan por decreto!

La unidad y la comunión suelen ser fruto del mancomunado esfuerzo por amasar con humildad, amor, tolerancia, respeto, delicadeza y mucho evangelio, eso que quiere darse para el bien de la Iglesia, aprovechando al máximo las posibilidades que el carisma de nuestro Movimiento le ofrece. Pero fuera de ese contexto...¡hummmm!, verde que te veo verde...

En reiteradas oportunidades las cartas mensuales del OMCC, intentan inyectar la idea, errónea para muchos, de que el grupo que lidera el OMCC y que todos conocemos enfrenta las ideas fundacionales del MCC, es el portador de la verdad, de la única verdad y que toda otra verdad que se oponga a “esa verdad”, es fuente de ruptura, de escándalo eclesial y de inaceptable desobediencia. Esa forma, ese trato poco evangélico, es el que me impulsó a buscar y adentrarme en las raíces del Movimiento, en los escritos de Forteza, en las reuniones de Calas Figueras y en los pensamientos de Eduardo Bonnín. Todo lo cual me ha hecho gustar de las ideas fundacionales a las que tan olvidadas y en parte ignoradas, tenía.

Cómo laico, no puedo menos que sentirme escandalizado por este retroceso que, sin darse cuenta y por torpeza, descontando sinceramente toda posibilidad de mala intención, impulsa el OMCC, en el cual se destaca como nunca, en lugar del servicio humilde y la apertura al diálogo, el gusto por el fuerte manejo del timón, que se mueve y trabaja permanentemente, eludiendo todo pensamiento, idea, argumento, bibliografía, etc. que muestre un lado de la verdad, que se oponga a la que el OMCC embandera como “única y obligada verdad” y no logro entender los esfuerzos “autoritarios” que se ejercen desde el mismo, para alinear a los cursillistas del mundo entero, cual ovejas sin pastor, tras el camino que el Organismo considera correcto, silenciando todo otro pensamiento, incluso proveniente de una de las mentes más preclaras, sino la más preclara, que ha tenido el MCC, como lo es la de su fundador Eduardo Bonnín. Que desde hace tiempo viene señalando los desvíos a los que se arriesga someter el MCC y el sesgo clericalista que se pretende imponer al mismo desde sus estructuras Internacionales.

Hermanos del Comité Ejecutivo del OMCC, cuando uno camina por el camino correcto, no se lo tiene que pasar dando explicaciones del por qué de cada paso que se da.

Un ejemplo de la vida cotidiana nos puede mostrar que hay más evangelio en los valores que lo mundano ha ido instalando en la sociedad, que el que ponemos “los conversos”, los hijos de la luz, en los asuntos de Dios. Soy médico anestesiólogo y en los innumerables congresos, meetings..., reuniones y eventos científicos a los que he asistido, nunca he visto a un expositor presentar una técnica anestesiológica, ni a un nuevo fármaco, ocultando ex profeso las opiniones que contradicen las bondades de ese fármaco o de esa técnica. Eso en medicina es inaceptable, es inmoral, es poco ético, es ocultar información y por lo tanto es inaceptable, violatorio de todo rigor científico y se considera “manipulación intencional de la verdad”, un hecho desdeñable y objeto de descalificación para la comunidad científica.

Hoy vemos con ojos atónitos como desde el OMCC, se ofrece una vertiente del pensamiento esencial de los Cursillos de Cristiandad, con un absoluto ocultamiento de la otra vertiente, con un absoluto oscurecimiento de la misma y un descabellado intento de “llamar a la unidad”, enfilando a los hombres y mujeres cursillistas del mundo, tras “la verdad que yo deseo sea aceptada por todos como la única y real verdad”.

Si las palabras poco ético o inmoral, en el terreno científico, le suenan al hermano lector como muy duras, ni que pensar de esta que nos cala más hondo en el terreno eclesial y que les pongo “en negritas”: “poco evangélico”. Porque no hay en lo evangélico nada que lleve al hombre a aceptar por imposición lo que debe acoger por conocimiento o por fe.

No hay piedra de escándalo en los que disienten sobre el pensamiento de otros con nobleza de corazón y por convencimiento, lo hay cuando se intenta violentar la libertad de los hijos de Dios a pensar, discernir, discutir y buscar la verdad intentando: imponer, dominar y obligar a aceptar una verdad que todos sabemos y entendemos, está en el tapete y debe ser tratada por eso con una delicadeza, prudencia y respeto que deje ver, en las formas y el modo, la bondad y consideración de los hijos de la luz... Porque si así se mueven los hijos de la luz, que podemos esperar de los de la oscuridad...???

El joven rico, era un fiel cumplidor de reglas, normas, estatutos, mandamientos, leyes... etc, etc....pero ni su nombre quedó registrado en el Evangelio, San Francisco vendía los bienes de su padre y se los entregaba a los pobres... pero por amor a Dios y a los pobres y no por amor a las faltas. Y no nos quepa ninguna duda, Francisco conoció a Jesús y sirvió a Jesús mucho mejor que el joven rico...

A propósito de las cartas que puntualizan el deber que tenemos todos de aceptar lo que produce el OMCC que ha sido elegido por legítima elección y mayoría de votos, me viene el recuerdo de una escena evangélica: la tarde en que Pilatos pidió al pueblo que “votara” sobre quién debía dejar en libertad para crucificar al restante, el pueblo elegido, el pueblo judío, logró que Barrabás ganara por amplia mayoría... Pero a Dios le debe haber importado un bledo ese recuento de votos, seguro, pero seguro, que hubo un grupo pequeño que no adhirió, porque estaba del lado de Jesús o porque estaba lo suficiente confundido sobre que decidir como para no comprometer la vida del acusado.

Les he escrito esto con un lenguaje muy sencillo, porque no tengo otro y con un inocultable apasionamiento, porque así soy yo y porque así me entregaron “el mensaje” mis hermanos hace ya 25 años cuando viví esa experiencia inigualable de un cursillo y tanto, tanto se los agradezco.

Les pido por favor a los que he molestado con estos argumentos que no consideren a nadie alineado con los mismos, a lo sumo un puñado de amigos que se que son de este parecer, entre los que debo incluir por especial encargo, a mis hermanos del Secretariado de la Arquidiócesis de Resistencia y mucho menos a mis hermanos de la Mesa Nacional de Argentina, a los que aprecio y no deseo molestar, pero que me han hecho sentir tan orgulloso de ellos, cuando leí el manifiesto que hicieron conocer al mundo entero en el comienzo de este año.

Y además, después de todo, hay que tener en cuenta que uno escribe con mucha libertad y un poco de ligereza cuando sabe que nada de lo que dice tiene valor canónico (ver carta mensual del OMCC de Octubre del 2004 y más recientemente Agosto 2005).

Que mi corazón y el de mis hermanos que no comparten este parecer, aprendan juntos a latir sin endurecerse y que el Espíritu de Dios los vaya trabajando cada día para hacerlos permeables a las ideas de los demás, sin perder convicción, ni intentar someter ni dominar a nadie, para beneficio del Movimiento que tanto queremos y para merecer ser considerados por Cristo Jesús, como obreros de su mies.

Y que el lema del próximo Encuentro Mundial,”Que todos sean uno...para que el mundo crea”, no sea solo un lema, sino un humilde punto de inflexión y de arranque en pos de su consecución.

Horacio “Bocha” Rivero

Pres. Secret. MCC. Arquidiócesis de Resistencia Chaco Rep. Arg.