Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

jueves, 18 de agosto de 2022

Una mirada abierta al Movimiento de Cursillos


A mis veinticuatro años fui invitado, por la Iglesia que está en Girona, a un Cursillo de Cristiandad. En él, al tercer día, acepté seguir a Cristo vivo, normal y cercano y los medios que el Movimiento de Cursillos y mi propia Iglesia me ofrecía.

Aquel mismo día, antes de terminar, nos hablaron muy claro: “si os hubiéramos iniciado en el camino del Ideal y no ofreciésemos en el Cursillo la posibilidad de seguir en él, el Cursillo sería una farsa, una tomadura de pelo, una bengala que deslumbraría sin alumbrar, y que sólo proporcionaría el desengaño y la angustia propia del que se ha sentido atraído por una fantástica perspectiva, para luego descubrir que todo ello no es más que una utopía”. Y me lo creí.

Hoy cumplidos los ochenta y cuatro años de edad, contemplo agradecido como la mayor parte de mi vida ha estado informada por esta vivencia de Cursillos, con sus aciertos y desaciertos.

Mi camino, ha pasado por la vivencia en aquellos primeros años llevados por el Espíritu, y en los años siguientes, en la cercanía a la vivencia del llamado Carisma Fundacional de Cursillos. Dios lo ha querido así.

A finales de los setenta se empezaron a hacer cambios sensibles al método de Cursillos sin conocer su mentalidad, esencia y finalidad. En 1981 Eduardo Bonnín y Francisco Forteza publicaron el ‘Manifiesto’ en el que se comprueba el ángulo iniciado, cuyos vértices exteriores, la idea original y el resultado de los cambios, no han dejado de irse agrandando, porque los cambios continuaron. Hoy este hecho se ve muy claro, mientras nuestra Iglesia busca entre los agentes de Evangelización una eficacia que los Cursillos tienen en su método originario.

Los Cursillos fueron inspirados para llegar preferentemente a los ‘alejados’, la parte mayoritaria de nuestra sociedad, a los que no llegan nuestros ambientes parroquiales. Es cada persona, cada cristiano laico, el que llega a los ambientes del mundo, con su presencia en sus ambientes personales, a los que no llegan los demás.

El sacramento de Cursillos es la amistad, y cada uno o una puede hablar a Dios de una persona, y en amistad hablar a la persona de Dios, e invitarla, si lo considera oportuno, para su bien, a un Cursillo de Cristiandad de tres días. Los hay para hombres y los hay para mujeres.

Descartada cualquier forma de proselitismo ¿qué puede encontrar la persona en un Cursillo?

El Cursillo es una vivencia y se tiene que vivir. La vivencia colectiva de los asistentes, profesores laicos, sacerdotes y los propios cursillistas, reunidos en pequeña Iglesia, posibilitan en clima de amistad el encuentro con uno mismo, el encuentro con Cristo, y el encuentro con los demás, y sitúan a la persona en el camino de su felicidad.

El mensaje del Cursillo al cursillista, desde sus orígenes se fue perfilando así:

¿Qué es el Cursillo? = Preliminar.
¡Conócete a ti mismo! = Primera meditación.
¡El Amor del Padre! = Segunda meditación.
¡Tres miradas de Cristo! = Tercera meditación.
¡Sé persona! = Ideal.
¡Sé persona cristiana! = Gracia habitual.
¡Sé Iglesia! = El seglar en la Iglesia y en el mundo.
¡Acepta el Plan de Dios! = Gracia actual.
¡Con la Gracia de Dios! = Piedad.
¡La figura de Cristo! = Cuarta meditación.
¡La Verdad es para vivirla! = Estudio.
¡Encuéntrate con Cristo en la Iglesia! = Sacramentos.
¡Impulsado por el Amor! = Acción.
¡El pecado, obstáculo al plan de Dios! = Obstáculos a la Vida de Gracia.
¡Inserir en tu propio metro cuadrado! = Dirigentes.
¡Mensaje de Cristo al cursillista! = Quinta meditación.
¡Estrategia para la transformación del mundo! = Estudio del ambiente.
¡La Piedad, el Estudio y la Acción, el Amor de Dios en ti! = Vida en Gracia.
¡No puedes ‘ser ni caminar solo’! =Cristiandad en acción.
¡Te ofrezco un ‘Seguro total’ en amistad! = Reunión de Grupo y Ultreya.
¡Te aseguro que ello es posible! = El cursillista más allá del Cursillo.

Del ‘Libro de los rollos’ recojo esta cita: ‘Si, como es evidente, ningún rollo del Cursillo puede ser estandarizado y se renueva cada vez al adaptarse a la personalidad del rollista, a la circunstancia que está viviendo, y a la mentalidad y los problemas de quienes le escuchan, sin cambiar su esencia, el rollo ‘Cristiandad en acción’ tiene esta característica centuplicada, porque él, es, en su misma entraña, el testimonio de la vida de una determinada Cristiandad, que será siempre distinta, aunque siempre translucirá la realidad perennemente nueva y jubilosa de unas vidas realizadas en cristiano’. La actualización de los rollos está en la vida de los rollistas.

Lo importante es que el Cursillo se puede vivir toda la vida. Para ello el Movimiento de Cursillos ofrece al cursillista dos encuentros para compartir la Fe y el apostolado en el poscursillo: La Reunión de Grupo y la Ultreya ambos con su formato propio, donde como en todos los actos del Cursillo prima la amistad.

El Movimiento de Cursillos es diocesano. Quien autoriza el Movimiento de Cursillos en una diócesis es el Obispo. El Secretariado Nacional de un país es un órgano de servicio. A mi parecer también lo es el OMCC. Nadie puede privar a obispos, sacerdotes y dirigentes de Cursillos, de buscar constantemente la conformación del Método con la Mentalidad del Carisma Fundacional. El criterio es saber en cada momento lo que hay que hacer.

Apelar a ‘Ideas Fundamentales’, es acudir a un libro orientativo, con carencias importantes, en el cual no se habla de muchos aspectos que afectan a la aplicación del método. Díganme sino cómo aparecieron cursillos mixtos, cursillos de dos días, cómo se modificaron los rollos, se prohibieron las Reuniones de Grupo, se llamaron Ultreyas a actos que no lo son, y hablando del precursillo y del poscursillo qué se hizo de la amistad, y cómo se trató la libertad de los hijos de Dios.

Pero ¿qué sucede cuando el método de Cursillos se aparta del Carisma inicial?
Se adapta el método a los problemas en vez de los problemas al método.
Cambiando el método se cambia la esencia y finalidad.
No se recupera la creatividad para hacer muchos Cursillos aún en laborables.
A falta de precursillos se crearon cursillos mixtos de tres o dos días.
Se cambia el acercamiento en amistad por proselitismo.
Modificado el método inicial no se llega a los alejados.
Sin jóvenes apóstoles no se llega a los jóvenes.
Suprimiendo la Reunión de Grupo se deja al cursillista solo en la vida.
Si no hay poscursillo en amistad falta el acompañamiento en amistad.
Al no retornar cada persona a su ambiente se mandan a las parroquias.
Cambiando el formato de Ultreya se minimiza el apostolado en amistad.
Sin una caja de reserva los pobres no son evangelizados.
A falta de acudir a los orígenes, se deriva en desviaciones.

¡En la Mentalidad originaria de Cursillos nos podemos encontrar todos! El objetivo es la verdad de Cursillos, y las personas a las que se podría y debería llegar con una unidad aceptable en la mentalidad y el método, fieles al Carisma Fundacional. 

Roguemos al Señor para que nos dé una mano en ello.

J.Arpí, Diciembre de 2021.


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