Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

miércoles, 17 de marzo de 2021

Poscursillo por Toño Punyed parte 9

LOS SECRETARIADOS

1. Responsabilidad suprema del Movimiento de Cursillos

EI Movimiento de Cursillos de Cristiandad nació en el seno de la Iglesia, fue aprobado y bendecido repetidamente por la Iglesia, y ha sido reconocido por ella misma como instrumento valido para ayudarla en su misión de implantar el Reino de Dios en el mundo.

Es, por consiguiente, la Iglesia misma la suprema responsable de su eficaz funcionamiento.

Por ser Obra netamente diocesana, habrá de ser siempre el Obispo, último responsable de toda acción pastoral que se desarrolle en su Diocesis, a quien corresponda por derecho propio el aceptar, usar y dirigir en ella el Movimiento de Cursillos.

Claro está que el Movimiento tiene una mentalidad, finalidad y núcleo básico metodológico propios, que han probado su bondad y eficacia a través de tantos años y en países tan dispares, que habrán de ser siempre respetados por quienes quieran utilizarlo como tal en la Pastoral de la Iglesia. Reformados según el parecer de cada Pastor en sus Iíneas esenciales, lógicamente los Cursillos dejarán de ser tales y habrán de pasar a llamarse de otro modo.

Por otra parte, la experiencia prueba suficientemente que el Obispo recibe la mayor eficacia de este instrumento pastoral, cuando se Ie acepta y se Ie hace funcionar respetando sus Iíneas esenciales, aunque los «modos concretos» de lograr esa finalidad y esencia propias puedan y deban variar en cada lugar y situación específica. Es precisamente aquí donde el Movimiento habrá de tener siempre una actitud atenta, abierta e insatisfecha, que Ie haga captar las realidades concretas de la Iglesia y del mundo donde vive, con miras a una proyeccion pastoral más efectiva en cada circunstancia.

Es, pues, sobre los Obispos, a nivel diocesano, y sobre las Conferencias Episcopales, a nivel nacional, sobre quienes recae la plena autoridad y responsabilidad del Movimiento, tanto para conservar íntegros los elementos que aseguren su autenticidad, como para hacer o autorizar las necesarias adaptaciones que exija su inserción en la realidad concreta en que se desenvuelvan.

2. Responsabilidad delegada

Los Obispos vieron tanto a nivel de Diócesis como a nivel de País la necesidad de establecer los SECRETARIADOS DIOCESANOS Y NACIONALES, como organismos mandatarios suyos para la promoción, desarrollo y dirección del Movimiento en las Diócesis y en la Nación.

3. Naturaleza de los Secretariados

Como definición los Secretariados:

SON LOS ORGANISMOS ESPECIFICOS QUE, POR ENCARGO DIRECTO DE LA JERARQUIA, TIENEN LA MISIÓN, AUTORIDAD Y RESPONSABILIDAD DE PROMOVER, DESARROLLAR Y DIRIGIR EL MOVIMIENTO DE CURSILLOS EN UNA DIÓCESIS O PAIS (según sean Diocesanos o Nacionales) DE TAL FORMA QUE, SIN PERDER NUNCA SU PROPIA IDENTIDAD, LOGRE INSERTARSE EFICAZMENTE EN LA PASTORAL DE LA IGLESIA.

4. Aptitudes y actitudes

Las personas que integren los Secretariados del Movimiento deberán poseer ciertas actitudes y aptitudes necesarias y deseables:

a) Sentido de Iglesia: Suprema imperiosa y comprometida actitud de todo dirigente del Movimiento de Cursillos habrá de ser siempre y antes que nada el sentirse miembro vivo y servidor responsable del Pueblo de Dios y constructor del Reino del Padre en el mundo.
EI Movimiento de Cursillos no podrá nunca ser con- siderado ni atendido como fin, sino como medio e instrumento que asegure la realización eficaz de esa suprema aspiración. Jamás podrá ser ni funcionar, si no quiere traicionar prácticamente su propia esencia y finalidad, como obra aparte, independiente. Es esencial, en quienes lo manejen y dirijan, la conciencia de su necesaria integración al servicio del hombre y del mundo en la Iglesia local o universal.

b) Espíritu comunitario: EI Movimiento descubre y hace vivencia gozosa el principio de que «el Cristianismo no puede ser vivido, si no es conviviéndolo». Difícilmente, más aún, «practicamente será imposible, que el Secretariado se convierta en una realidad dinámica dentro de la única gran comunidad, de no existir en él un verdadero espíritu comunitario». Si a todas las estructuras del Movimiento de Cursillos debe exigírseles ser «testimonios vivos de espíritu comunitario» -auténtico «clima» de Reunión de Grupo -, por razones muy particulares y obvias habrá de exigirse esto con mucho mas motivo a los Secretariados.

En el Secretariado; sin mayor dificultad, casi como consecuencia necesaria, brotará el inapreciable tesoro de la auténtica amistad humana, que tanto contribuye a estrechar la vinculacion e integración de quienes constituyen un Equipo de vida y trabajo.

Por ser el Movimiento de Cursillos Obra «ECLESIAL», la comunidad que integre los Secretariados habrá de ser siempre igualmente «eclesial»: sacerdotes y seglares, hombres y mujeres, de tal forma que se posibilite por un lado el necesario ejercicio de las responsabilidades propias en los laicos y la no menos necesaria asistencia sacerdotal.

c) Acción en equipo: Los Secretariados deberán trabajar «EN EQUIPO»:

- «Donde decir la verdad con caridad no solo sea posible, sino agradecido:

- Donde, al detectarse divergencias, no sufra la amistad ni la disposición de lIegar a un acuerdo;

- Donde, exista más preocupación por la unión de todos en Cristo, que por la coincidencia en todo entre los miembros del Grupo» (“ldeario”).

Las tareas son comunes a sacerdotes y seglares en el Movimiento de Cursillos y deben realizarse constantemente en cuanto sea posible, por una auténtica amistad.

Leyes fundamentales de este trabajo en Equipo, habrán de ser:

- Libertad de opinión,

- Sincera aportación de iniciativas y personales puntos de vista,

- Decisión siempre conjunta,

- Y, sobre todo, lealtad incondicional a lo conjuntamente decidido por el Grupo.

5. Funciones

Las funciones de todo Secretariado del Movimiento de Cursillos habran de agruparse siempre en una doble vertiente:

a) Hacia el Movimiento mismo.

Esta primera función exigirá siempre en quienes integran los Secretariados un suficiente conocimiento, una entrañable estima y una prudencial experiencia del Movimiento. Como responsables con la Jerarquía, deben tener conciencia de que están manejando una herramienta apostólica preciosa y precisa, que no es de ellos, y que sólo podrán usarla eficazmente si han dado pruebas tangibles de competencia y amor al Movimiento.

Un posible doble peligro, en el que frecuentemente hemos caído, podría concretar más estas funciones del Secretariado “hacía adentro” del Movimiento mismo:

- EI peligro de querer arriesgar nuestra propia identidad en la busqueda de adaptaciones precipitadas e irreflexivas, impondrá a los Secretariados el deber de conservar con fidelidad, tanto a nivel de diócesis como a nivel de nación, la “mentalidad” que originó e informó y debe seguir informando al Movimiento, la “finalidad” que debe pretender y el “núcleo básico, metodológico” que propiciará el logro que se desee alcanzar.

- EI peligro de creer que en el Movimiento todo está logrado y perfecto, les impondrá un segundo deber: la responsabilidad de revisar y comprobar constantemente si el estilo, la temática y el fun- cionamiento del Movimiento van del todo acordes con las actitudes fundamentales de la Iglesia y del mundo de hoy, y con las realidades circunstanciales de cada lugar y tiempo.

b) Hacia la Iglesia toda, y hacia su acción pastoral de conjunto, que entendemos como la coordinación y complementación de todos los esfuerzos apostólicos que la Iglesia -local, diocesana y nacional- realiza para responder en forma eficaz a la realidad concreta del mundo en que se desenvuelve.

En el I. Encuentro Latinoamericano, celebrado en de Cursillos es un agente con función específica dentro de la Acción Pastoral de Conjunto” y declaramos que “el Movimiento está dispuesto a colaborar en la planificación y ejecución de los planes pastorales diocesanos”.

Por otra parte, reconocimos en el mismo Encuentro que, “dada la situación actual del Movimiento y la necesidad de una Pastoral de Conjunto, creemos deber recalcar la urgencia de que los Secretariados reconozcan la importancia de su misión de relación, tanto interna en el Movimiento, como externa con los demás Movimientos de la Iglesia”.

Años después, en Tlaxcala e Itaicí, se volvía a insistir en este deber esencial de los Secretariados por incrustar de una manera real y eficiente al Movimiento de Cursillos en la Acción Pastoral conjunta de la Iglesia.

Todos los Secretariados estaran obligados:

- Constante relación con la Jerarquía: informando al Prelado puntualmente de la marcha y de las incidencias del Movimiento; consultando sus deseos Pastorales y las prioridades de los mismos; manifestandole, con el respeto, la libertad y la confianza que conviene a los hijos de Dios, las necesidades, deseos y aspiraciones de los responsables del Movimiento; consultandole, sobre las dificultades que hayan podido surgir...

- Relación con los demás responsables de la planificación Pastoral: Los Secretariados deben brindarse generosamente para tomar parte activa en la elaboración de la misma. Si este ideal no se consiguiera, siempre pesará sobre el Equipo del Secretariado y sobre la Escuela, como uno de sus deberes esenciales, el procurar tener la mas completa y actualizada información de dicha planificación.

- Relación con otros Movimientos, Obras Apostólicas y Organizaciones de la Iglesia para que ellas, en esa necesaria acción de conjunto pastoral, conociendo nuestra propia mentalidad, finalidad y método, puedan pedir al Movimiento lo que debe dar, y para que los Secretariados y Escuelas conozcan los múltiples campos de posible realización apostólica que presentarán a quienes hagan la experiencia de un Cursillo con respeto siempre a la vocación apostólica personal. 

Continuará parte 9

No hay comentarios:

Publicar un comentario