Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

martes, 11 de enero de 2011

Continuación de Lo Fundamental Cristiano de Eduardo y Francisco Forteza

6° - LA VOCACIÓN DE TODO CRISTIANO LO FUNDAMENTAL CRISTIANO


 

Hecho vida viva, consciente y activa, potencia las cualidades de la persona y le ayuda en la insoslayable decisión personal que implica desde siempre ser cristiano, que es el ser fiel a la invitación de Cristo al decir: «toma tu cruz y sígueme», que para cualquiera que quiera seguirle, significa que hay que tomar vuelo en dirección contraria a toda circunstancia crucificante que tenga o se le presente en su vivir. Esto quiere decir, que desde el lugar donde está uno tiene que ser cristiano, lo primero de todo y antes que otra cosa.


 

Cuando lo FUNDAMENTAL CRISTIANO es captado por personas generosas, suelen sentirse llamadas a darlo a conocer y ello les impulsa a llevar la cruz de los demás, pensando muchos de ellos que esto sin más, es ya lo FUNDAMENTAL CRISTIANO. Tal decisión es sin duda buena, mientras no sea con la intención de dejar aparcada su propia cruz. Ello tendría su peligro, porque a veces se toma más interés en «hacer el bien», que en tratar de ser buenos en espíritu y en verdad. Hasta en no pocas ocasiones -a eso llegamos los hombres- a tratar de hacer el bien para dispensamos de ser buenos.

Continuará…

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