Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

viernes, 5 de marzo de 2021

EL POSCURSILLO por Toño Punyed



Muy buenos días amigos. A partir del día de hoy estaré compartiendo, en capítulos, el libro escrito por Toño Punyed, viviendo su 5to. Día,

EL POSCURSILLO

AMIGO CURSILLISTA

En este librito encontrarás las estructuras operacionales del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (M.C.C.) y además las herramientas que te dieron en el Cursillo de Tres Días, para ir alcanzando la finalidad que pretende el Movimiento: ser persona, sentirse amigo de Cristo y siendo testigo de esta amistad, invitar a cuantos encuentres para que lo conozcan.

Con ellos irás logrando tu santidad y la Evangelización de tus ambientes (Vertebrar Cristiandad).

¡PROCURA QUE TU POSCURSILLO (CUARTO DIA), SEA ALGO FASCINANTE!!

“UN CURSILLO PERENNE”

DE COLORES”

ANTONIO PUNYED


INTRODUCCIÓN

Si la esencia y metodología de Cursillos no se pueden valorar y comprender si se conoce su finalidad y se le acepta como meta hacia la cual va todo dirigido, tampoco se puede comprender ni valorar la importancia de cada una de las estructuras del Poscursillo, sino en función de la finalidad del Movimiento, explicando cómo y en qué medida cada una de esas estructuras colaboran para conseguir al final lo que se pretende alcanzar.

Si es cierto que la finalidad del Movimiento suele ser de todos conocida (aunque no siempre aceptada por quienes quisieran los Cursillos para otros fines), su estrategia para conseguirla no suele estar tan clara. Por ello nuestro punto de partida quiere ser una exposición breve de esa estrategia.

El concepto Vertebración de la Cristiandad definido indistintamente como “impregnar de evangelio los ambientes”, “estructuración cristiana de la sociedad”, “cristianización de los ambientes y de las estructuras”, etc., se identifica plenamente con la misión misma del seglar:

“...Iluminar y organizar de tal forma los asuntos temporales a los que están estrechamente vin- culados, de modo que se realicen contínuamente según Cristo” (LG, 31).

“...Contribuir desde dentro a la santificación del mundo a modo de levadura” (LG, 31).

El Movimiento de Cursillos es, pues, en su proyección, un movimiento eminentemente seglar, y la vertebración de la cristiandad supone una proyección en el mundo y sus estructuras, que no puede reducirse a una mera actividad intraeclesial.

Su meta es la trasformación de las personas en el mundo, pero su estrategia para lograrla contrasta con otras posibles opciones:

1. Contrasta por ejemplo con quienes persiguen directamente un cambio (es decir substitución) de las estructuras existentes; hacer una revolución, botar un gobierno. Aún donde esto sea necesario, suponiendo su legitimidad, no será nunca suficiente. Al cambiar las estructuras se corre siempre el peligro de cambiarlas por otras iguales o peores. Sólo un cambio profundo EN los hombres que las hacen y manejan, su conversión a una escala de valores, garantizan un auténtico cambio en las estructuras del mundo.

2.Tampoco buscan los Cursillos la creación de nuevas estructuras (cristianas): Universidades Católicas, Revistas Católicas, Radios Católicos, etc. Sin menospreciar su importancia, rechazamos esta opción por no estar al alcance del común de los cristianos.

3. Existe, sin embargo, una tercera alternativa que sí es práctica, porque está al alcance de todos, y que la experiencia ha demostrado un simple ejemplo que tomamos de Eduardo Bonnín:

Pensemos en el impacto que sobre la sociedad tendría una revista auténticamente cristiana, de la calidad y difusión de la revista “Life”. Decididos a tenerla se nos presentarían dos alternativas: La primera, supondría la inversión de muchos millones en equipos, el montaje de una organización monstruo, y el reclutamiento del elemento humano necesario. Algo totalmente fuera de nuestro alcance. La segunda resultaría mucho más fácil y eficaz: Detectar quienes son los hombres que escriben y deciden lo que se escribe en “Life”, cristianizarlos, es decir, convertirlos a Cristo, pero de veras, y tendríamos entonces una auténtica revista católica de la influencia y difusión de “Life”.

La historia de cursillos está llena de casos similares. Sabemos que es posible no porque nos han dicho, sino porque nosotros mismos lo hemos constatado. Si donde dice Revista “Life” leemos Sindicato, Ministerio, Universidad, Cámara, Industria, Gremio, Radiodifusora, Prensa, etc., comprenderemos su eficacia y revalorizaremos de paso la importancia capital de Precursillo para la consecución eficaz de la finalidad misma del Movimiento.

El objetivo central de la estrategia de Cursillos es por lo tanto: la Conversión integral de quienes hacen y manejan las estructuras del mundo, o influyen decisivamente en ambientes que repercuten sobre la sociedad. Pero este objetivo contiene a su vez varios matices que conviene explicitar:

1. Se trata de transformar en cristiano al hombre, pero para trasformar en cristiano al mundo.

2. Nos interesan únicamente aquellos hombres que tienen capacidad de vivir en cristiano.

3. Nos interesan todas aquellas estructuras o ambientes que repercuten decisivamente en la sociedad.

4.Nos interesan únicamente aquellos hombres que, teniendo capacidad de vivencia cristiana, están inmersos en tales estructuras, con capacidad de influir sobre ellas.

5. La transformación de estas estructuras debe lograrse desde dentro, transformando cada uno la suya propia.

6. La transformación en cristiano de cada estructura dependerá directamente de la profundidad y autenticidad de nuestra propia conversión.

7. La conquista simultánea de varias estruc- turas exige un Cursillo heterogéneo en sus asistentes.

8. Por estructuración cristiana de la sociedad debe entenderse la cristianización de las estructuras ya existentes y no la creación de nuevas estructuras “cristianas”. El mundo ya está estructurado. Sólo falta cristianizarlo.

9. No nos interesa el inventar nueva acciones, sino el cristianizar acciones ya existentes. El que los cursillistas “hagan algo” es enteramente un problema de precursillo.

10. Los Cursillos son agentes de una Pastoral de Elites, entendiendo por élite los agentes del cambio social, sin distinción de clases, de educación, etc.

La repercusión que sobre el Precursillo tienen estas afirmaciones es evidente. Como es evidente también que la finalidad del Movimiento sólo puede conseguirse a plenitud, cuando éste está estructurado en sus tres elementos: 

Precursillo,
Cursillo y
Poscursillo.

Nos compete, sin embargo, señalar sus repercusiones en el Poscursillo, y se nos ocurre las siguientes:

1.    La función primordial y permanente del Poscursillo deberá ser ante todo la de renovar, acelerar y perfeccionar la conversión de cada uno de los asistentes a un Cursillo, por cuanto esta conversión es un proceso progresivo pero siempre inacabado, y por cuanto la trasformación de los ambientes se logrará sólo en la medida de nuestra propia conversión. En consecuencia, las estructuras del Poscursillo deben ser eminentemente kerigmáticas en su intención.

2.    Si la transformación de los ambientes y estructuras debe lograrse desde dentro, debe evitarse el desubicar o reubicar a las personas, y el Poscursillo deberá posibilitarles el descubrimiento, aceptación y ocupación responsable de su lugar en el mundo.

3.    Si los candidatos salieron de ambientes, estructuras y actividades diversas, debe evitarse el asociarlos o agruparlos para la consecución de metas parciales y concretas, comunes a todos, por cuanto ello frustraría la consecución de la finalidad que se pretende. Lo importante no será que todos hagan lo mismo, sino que cada uno haga lo suyo.

4.    Si no se pretende crear nuevas estructuras, sino cristianizar las existentes, se evitará en el Poscursillo la creación de nuevos compromisos, procurando solamente la realización en cristiano de nuestro mismo compromiso temporal.

5.    Si el candidato nos interesó por su reper- cusión en el mundo y sus estructuras, cuya transformación es la meta misma de Cursillos, su proyección no será necesariamente intraeclesial, sino eminentemente “intramundana”.

6.    Para asegurar la conversión progresiva de quienes por otra parte deben permanecer inmersos en ambientes y estructuras con frecuencia hostiles a la vida de la gracia, el Poscursillo deberá facilitar una CIRCUNSTANCIA SANTIFICANTE. El término santificante debe entenderse en su sentido más dinámico que supone no sólo el permitir o conservar la santidad, sino el procurarla, acrecentarla y perfeccionarla; y el término circunstancia, como una realidad envolvente, estable en la normalidad de nuestras vidas.

Todo lo anterior coincide exactamente con los siguientes pasos:

1.    (Buscar y) Forjar las piezas.

2.    Situarlas en su justo lugar,

3.    Vincularlas organícamente entre sí.

En donde:

FORJAR LAS PIEZAS: No consistirá primordialmente en que los Cursillistas sepan más, sino en que sean mejores, procurando su conversión integral (de toda la persona) y progresiva (cada día mayor) por la orientación de su vida toda a la luz de todo el evangelio y la configuración de toda su personalidad conforme la ilusión del Padre y el ejemplo del Hijo.

SITUARLAS EN SU JUSTO LUGAR: No consistirá en encuadrarlos o asociarlos, ni en distribuir tareas o repartir responsabilidades.

Situar es hacer lo que las acomodadoras en las salas de cine: salirles al encuentro en la oscuridad con una lámpara en mano, para ayudarles a encontrar el justo lugar que les corresponde, porque ellos mismos han escogido o porque Cristo lo ha escogido para ellos.

Situar será ayudarles a encontrar y ocupar con responsabilidad su lugar en el mundo como iglesia a la luz de Cristo y de los hermanos.

Situar no es comprometer, sino procurar que SE comprometan. A veces por COMPROMETER no sólo no logramos que cada uno ocupe su lugar, sino que con frecuencia los desubicamos y al transplantarlos les privamos de su eficacia como fermento. Si llevamos a Cursillo a un editorialista, porque escribe influye, solo debemos esperar que a; salir “piense” distinto, no que “haga” algo distinto. Lo importante será que siga escribiendo para que siga influyendo ahora en cristiano.

Solo nos compete procurar:

Que SE comprometan... TODOS.

Que SE comprometa en lo propio... CADA uno.

Que SE comprometa en su medida y nivel... DE HOY. 

Que SE comprometa cada día mas... SIEMPRE.

Sólo cuando cada uno se compromete en lo propio y en su medida se logra la eficacia, porque entonces el compromiso es:

1.    Ineludible, porque es intransferible.

2.    Eficaz, porque responde a sus carismas.

3.    Gozoso y continuado, porque responde a su vocación.

4.    Auténtico y normal, porque responde a su madurez. 

5.    Cada día mayor, porque brota de su insatisfacción interior.

Lanzar a lo de “otros” resulta ineficaz:

1.    Porque al ser inmaduro en vez de comprometerse se retira.

2.    Porque al ser transferible se suele transferir.

3.    Porque el hacerlo de otros sirve con frecuencia de excusa para no hacer lo propio.

4.    Porque el éxito de los demás nos hace satisfechos, al disimular nuestras propias omisiones.

5.    Porque el hacer lo ajeno no es normal ni suele ser auténtico.

Los Cursillos de Cristiandad son un Movimiento apostólico para líderes.

Adultos
libres y
responsables

Por lideres y por adultos suelen tener ya compromisos previamente contraídos (con frecuencia mas de los que pueden realizar). No es necesario ni práctico, a veces ni siquiera posible, reclamarles un nuevo compromiso sino solo una nueva actitud en la realización de su mismo compromiso temporal. Esta nueva actitud brota del descubrimiento de nuestro compromiso bautismal; compromiso que se contrae en el bautismo; y en el Cursillo sólo se descubre, porque los Cursillos no crean ni deben inventar nuevos compromisos para nadie.

En resumen: no nos corresponde sino procurar que descubran y que quieran lo que el Señor quiere de ellos.

Situar será procurar la aceptación de nuestra normalidad entendida como el hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace.

VINCULARLOS ORGÁNICAMENTE ENTRE SÍ: No consistirá en “asociarlos” para la persecución de fines o compromisos ajenos o distintos al propio compromiso temporal, sino el reunirlos, procurando que se agrupen, para encontrar en la Vida Comunitaria esa Circunstancia Santificante que posibilita la conversión integral y progresiva que tendrá por consecuencia la fermentación cristiana de los ambientes y estructuras en donde están situados.

Vincularlos ORGÁNICAMENTE entre si tendrá pues como primordial (¿única?) finalidad la Santificación Común, conversión integral y progresiva de sus miembros.

Esta conversión se manifiesta en términos de un cristianismo CONSCIENTE, CRECIENTE Y DIFUNDIDO.

En general, podemos afirmar que llegamos a Cursillos en una situación de inconsciencia y subdesarrollo espiritual. Nuestra vida nos había resultado muy distinta de lo que Dios esperaba de ella. Más aún, distinta de lo que nosotros mismos habíamos planeado, si es que una vez lo planeamos. Mas bien habíamos sido arrastrados por la vida. En vez de cambiar al mundo, llegamos a Cursillos convertidos en lo que el mundo había hecho de nosotros. Llegamos convertidos en masa los llamados a ser fermento; mediocres los llamados a ser perfectos; esclavos los llamados a ser libres. La causa de todo ello fue que no supimos ir haciendo “altos” en el camino de la vida. Que no supimos detenernos para comprender nuestra vida, revisarla y planearla de modo que fuese todo aquello que Dios o nosotros queríamos que fuera.

El Cursillo en cuanto respuesta a esta situación, fue entre otras “un alto en el camino”; revisión de o que habíamos sido, desde la “película” de la primera noche; planificación de lo que queríamos, poniendo los medios para lograrlo (Seguro Total).

Si el Cursillo fue entre otras cosas una Revisión de Vida, para que nuestra vida fuese un Cursillo perenne tenia que ser también un contínuo revisar. Pero como el Cursillo se hace una sola vez en la vida, necesitaríamos de otras formas mas asequibles y, para ello, mas breves y frecuentes de revisión y planificación de vida; y el Cursillo, método practico, también nos las ofrece. Nos ofrece tres instrumentos complementarios para tomar conciencia y control de nuestras vidas:

1.    Para una revisión diaria e individual la HOJA DE SERVICIOS, cuyo extraordinario valor como instrumento de conversión progresiva explicaremos a su debido tiempo, al estudiar su intención y contenido.

2.    Para una revisión comunitaria y semanal: la REUNION DE GRUPO, cuyos acápites, según explicaremos mas adelante, engloban toda posible manifestación cristiana; y, por ello, su revisión es una manera simple pero integral de evaluar nuestra personalidad toda, en actitud de conversión progresiva.

3.    Para un reajuste mensual de nuestra vida: la DIRECCION ESPIRITUAL, que, bien atendida y entendida, es posiblemente el instrumento mas eficaz para el descubrimiento, aceptación y realización de nuestra vocación cristiana.

De cada uno de ellos hablaremos detenidamente en su oportunidad.

En general podemos afirmar también que vivíamos en un estado y actitud de pecado. Vivimos en un mundo que ha dejado de ser cristiano, en un mundo en situación de pecado y en el estábamos solos o mal acompañados. Los “malos” encontrábamos fácilmente de ser peores; los menos malos encontrábamos difícil el ser “buenos”; los “buenos” rara vez lo eran de veras; y a los de veras se les hacia difícil ser mejores.

Nos faltó una Circunstancia Santificante. Aunque los medios de santificación existían (la Iglesia los ha tenido siempre) no llegaban a nosotros en la forma de una circunstancia envolvente, estable, parte de la normalidad de nuestras vidas.

En cuanto circunstancia envolvente y estable, el Poscursillo no consistiría en un “ir a la iglesia”, realizar ciertas prácticas, algo ocasional y transitorio; sino, en ser iglesia, y vivir en y como iglesia: Koinonia, santificación en común, vida comunitaria, comunión de los santos.

Esta circunstancia santificante se concreta en el Poscursillo en la forma de: 

1.    Una unión vital de Cristo;

2.    Un contacto con Cristo-Sacerdote: y

3.    Una comunión con los hermanos, Reunión de Grupo “Grupo de Cristiandad”; y con la Ultreya, en cuanto comunidad espiritual de cristianos en actitud de conversión progresiva.

En resumen: no éramos apóstoles, porque des- conocíamos la obligación en el Cursillo mismo, el Poscursillo tenía que ayudarnos a:

1.    Aceptar esa obligación.

2.    Descubrir nuestra forma concreta de ser apóstoles según el plan personal de Dios para con cada uno de nosotros.

3.    Capacitarnos para serlo con eficacia.

4.    Impulsarnos a serlo cada día más y mejor.

Y lo lograría:

1.    Mediante la Ultreya, en donde se nos presentan como en un inmenso abanico de posibilidades, las innumerables acciones y opciones apostólicas de una cristiandad comprometida con Cristo y con el mundo. Cada “vivencia” es un “cómo” apostólico concreto, ejemplo de una posibilidad y reto del Señor quien nos susurra “Ve tú y haz otro tanto”.

2.    Mediante la Reunión de Grupo, que une a la posibilidad y al reto de ser apóstoles el impulso y apoyo para serlo.

3.    Mediante la Escuela de Dirigentes, donde se madura la decisión, se centran los criterios, se capacita a las personas.

Del análisis anterior resulta evidente que el Poscursillo y sus estructuras tienen como finalidad el renovar y perfeccionar el proceso de conversión iniciado en el Precursillo y continuado en el Cursillo, en la forma de una:

1.    Orientación de toda la vida a la luz del evangelio. 

2.    Proyección apostólica; y

3.    Santificación en común.

En el: 

    a) La triple forma de Revisión de Vida posibilita que nuestro cristianismo sea mas                CONSCIENTE.

    b) La Vida Comunitaria como Circunstancia Santificante lo HACE CRECIENTE;

    c) La preparación para el apostolado lo hace DIFUNDIDO.

Así entendido, podríamos definir el Poscursillo como:

 

La vida comunitaria del cristiano en actitud consciente y responsable de conversión integral y progresiva, y aquellos medios que como circunstancia santificante hacen que todo esto sea posible.

Parte 1, continuará...

 




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