Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

lunes, 15 de marzo de 2021

El Poscursillo por Toño Punyed parte 8

 


5. LA ESCUELA Y EL CURSILLO

La Comunidad de la Ultreya demanda y encomienda al Secretariado y éste a la Escuela la realización del Cursillo. EI Secretariado escoge un grupo designado y preparado por la Escuela para dirigir el Cursillo. La Escuela realiza el Cursillo para que la Ultreya lo utilice integrándolo en el Movimiento.

EI Cursillo no es un fin. EI proporciona, usando el testimonio y la palabra, la vivencia de lo Fundamental Cristiano. Proporciona, es decir, crea las condiciones para que se dé la vivencia.

Obra carismática en la que se ejerce la acción del Espíritu, el Cursillo requiere en su brevedad e intensidad, una preparación cuidadosa. AI Secretariado junto a la Escuela Ie incumbe el estudiar y promover todo el conjunto de factores y acciones que componen la realización del Cursillo, sin perder jamás de vista la perspectiva de los objetivos que se encuentran más allá, en el cuarto día.

Para la Escuela constituida como auténtica unidad, con perfecta conciencia de su sentido de servicio, y basada en la amistad, en la comunión, en la humildad, en el respeto y en la admiración mutua, la realización del Cursillo es algo que Ie resulta enteramente natural.

EI grupo destacado para ese servicio está plenamente mentalizado para la misión, que Ie incumbe.

La proclamación que va a hacerse en el Cursillo, si es cierto que vale por la Verdad que encierra, penetra en los que la escuchan, gracias al testimonio individual y comunitario de los que la comunican.

6. LA ESCUELA Y LA ULTREYA

EI quehacer de la Ultreya es una maravillosa aventura; se trata de la edificación o de la vivificación de una comunidad cristiana. Esta tarea compete a todos, tanto si frecuentan, como si no frecuentan la Escuela. Con todo, la Escuela tiene una responsabilidad bien determinada en esta misión, pues para ella y por ella existe.

En el esquema de la Escuela la materia “ULTREYA” debe ocupar un lugar especialísimo, no sólo para mentalizar todos sobre lo que es la Ultreya, sino para mentalizar sobre la misión de los Dirigentes en la Ultreya.

La Escuela ha de entregarse a una profunda reflexión sobre todo lo que hace referencia a la comunidad, a la que sirve; debe estudiar sus problemas, su vida, su evolución, sus signos y sus anhelos.

En el grupo de la Escuela los que asisten aprenden y ejercitan lo que van a practicar en el grupo de la Ultreya o fuera de ella.

Y como la Ultreya es mucho más un proceso en marcha, que una sucesión de reuniones, su quehacer no puede ser obra de la improvisación o de casualidad, sino resultado de una larga reflexión.

También, por no ser solamente “una reunión de reuniones de grupo”, sino un encuentro de todos con todos, una vivencia comunitaria de promoción cristiana, esto obligará al Dirigente a entregarse con el máximo empeño a esta tarea apostólica.

Y toda esta acción edificadora ha de apoyarse en una estrecha colaboración de sacerdotes y seglares, señal y fundamento de la propia Iglesia. De esa colaboración íntima de esa corresponsabilidad, depende la eficacia de la Escuela, la solidez del Cursillo, la realización plena de la Ultreya y la reflexión para una progresiva evolución.

7. LA RESPONSABILIDAD DEL DIRIGENTE

Los Dirigentes pueden y deben descubrir otros lideres en sus grupos, y promoverlos con la certeza de que todos son dirigentes. De hecho, sin dirigir, sin controlar, pero promoviendo a cada uno de los elementos de un grupo fundamentado en el ideal común -Cristo-y en una fuerte amistad cristiana, el Dirigente ayuda al grupo a dinamizarse y a adquirir adultez. Entonces es cuando los nuevos Dirigentes se hacen aptos para volver a sus ambientes (masa esclavizada y despersonalizada), para promocionar a otros hombres que esperan su liberación.

Tres veces pregunta Cristo a Simón Pedro: “¿ME AMAS?”

Cuando Dios nos hace esta pregunta, está preguntandonos:

-¿TE DEJAS CONDUCIR POR MI ESPIRITU?

-¿TE FIJAS EN LA MANERA COMO MI ESPIRITU CONDUCE A AQUELLOS DE LOS QUE TU ERES RESPONSABLE?

Cristo no dio a Pedro ni una situacion social, ni una vara de mando, ni un título honorífico. Le encomendó un servicio de amor “APACIENTA MIS OVEJAS”. Apacentar es estar al servicio de aquellos que el Señor puso en tu camino (metro cuadrado). No es otra la responsabilidad de los Dirigentes en la Iglesia y en el Mundo, a través del Movimiento de Cursillos. Para eso deben ser promovidos en la Escuela.

8. INTENDECIA

Todas las acciones que emprenda el Secretariado, la Escuela y el Movimiento en general serán inspiración del Espíritu mediante la INTENDENClA, el trabajar con espíritu de Intendencia.

EI Dirigente integrado en la Escuela tiene que vivir necesariamente en espíritu de Intendencia, por su disponibilidad, por su humildad, por la disciplina, por su aceptación (incluso de no sentirse debidamente aprovechado), por la atención y constante servicio de la Comunidad, que es la Ultreya.

Continuará, parte 9

 

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