LAS REUNIONES
Llamaremos Reuniones de Grupo a las efectuadas por un Grupo de
Cristiandad para compartir lo que se es, lo que se hace y lo que se hará,
siguiendo el ESPIRITU de la “Hoja” y llamaremos reuniones a secas a todas
aquellas otras, que aunque guiadas por el mismo espíritu, son previas o ajenas
a un grupo de cristiandad. Trataremos de explicar su intención, su contenido y
su mecánica.
Lo primero que quizás nos sorprende es la afirmación, por una parte,
de que en la Reunión de Grupo se pretende el compartir todo lo que se es, lo
que se hace y lo que se hará, y por otra, ver que, llegada la hora de la
Reunión nos interrogamos solamente con respecto a la Piedad, el Estudio y la
Acción, que solemos entender como prácticas o sucesos más o menos
ocasionales.
Entendida así, la Hoja de Reunión de Grupo resulta limitativa; y cuando en realidad, lo que pretende es el englobar en
forma sintetizada, para una revisión rápida, nuestra vida toda, en todas sus
posibles manifestaciones cristianas.
Creemos que una de las expresiones que más han obstaculizado su clara
comprensión ha sido el concepto de Trípode. Al afirmar que “nuestra vida
cristiana debe de estar asentada sobre un Trípode cuyas patas son Piedad,
Estudio y Acción”, estamos afirmando que estás son algo distinto a la vida
misma. Son, sin embargo, manifestaciones de una misma vida. Presentamos como
tres cosas distintas lo que son simplemente tres aspectos de una sola realidad:
Nuestra Vida Cristiana. Sin quererlo, la presentamos como “cosas que hay que
hacer”: prácticas piadosas, lecturas, apostolados, que, así vistas,
constituyen desde luego un aspecto muy parcial de nuestro ser y actuar.
Nosotros concebimos la Piedad, el Estudio y la Acción, no como actos
aislados, sino como expresión de una actitud de conversión progresiva, cuya
revisión semanal acrecienta y perfecciona esa misma conversión. La Piedad, el
Estudio y la Acción, en cuanto ACTOS, son solamente expresión y consecuencia
de esa actitud.
Al revisar Piedad, Estudio y Acción pretendemos en el fondo revisar
nuestra actitud de conversión progresiva. Expliquémonos: El cristianismo
supone un “algo” que penetra toda nuestra personalidad, nuestra vida toda,
nuestras potencias todas, el hombre todo.
Como fusión de sus varias definiciones deseamos proponer la siguiente
definición de Piedad:
PIEDAD es, nuestra vida, toda,
orientada hacia Dios, a la luz del Evangelio, en unión vital con Cristo.
Nuestra vida (la única que
tenemos), no una paralela y distinta; toda: todo yo, todo mi conocer,
querer y actuar, en todas partes, en todo lugar, en toda circunstancia; orientada hacia Dios (hacia quien peregrinamos
indefectiblemente), pero a la luz del Evangelio, Palabra de Dios, que es
dónde y cómo se expresa Su voluntad; y en unión vital (que incluye
pero no se identifica con la unión sacramental) con Cristo, sin el cual
no existe cristianismo.
1) Un contrastar lo que somos con el ejemplo de lo que debemos ser (Cristo) y a
tratar de ser cada día más lo que debemos;
2) Contrastar nuestra realidad externa con el Plan de Dios para reajustarla a
él.
a) Evangelización para que los hombres conozcan, amen y sigan al Señor.
b) De re-estructuración del orden temporal, cumplimiento de los deberes de
estado, fermentación cristiana de los ambientes, y transformación de las
estructuras.
Así entendida, la Piedad supone e incluye el Estudio y la Acción, como
también los incluían las definiciones del Manual: “Cristianismo
auténticamente conocido, vivido y propagado”. “Vida de Gracia consciente,
creciente y difundida”, “Plenitud de Vida Cristiana”.
Pero el Estudio revisado como acápite, aparte no nos interesa como un
leer, saber o aprender más, sino como un instrumento para la configuración de
TODO NUESTRO SER según su voluntad y ejemplo. Es por ello que el rollo
primitivo de Estudio se centraba en la frase de San Agustín: “Conózcate a Ti,
Señor, y que me conozcan a mí”. Conocer más a Dios, pero para amarlo más y
servirle mejor; y conocernos mejor a nosotros mismos.
Por todo ello forman parte del Estudio: el Examen de Conciencia que te
dirá qué piensa Cristo de ti. La Meditación que te dirá que quiere Cristo
de ti, y la Dirección Espiritual, para ir logrando cada día más la
orientación de tu vida a la luz de todo el Evangelio, que es donde se
manifiesta Su pensamiento, Su voluntad y Su amor.
La ACCION, por otra parte, no se concebía en los Rollos primitivos de
Palma, como un “hacer apostolado”. Era:
El ejercicio de la potencia de la caridad (Amor a Dios y Amor al
Prójimo por Dios) que al actuar sobre nuestras potencias todas (las cualidades
naturales y sobrenaturales señaladas en el Rollo de Dirigentes y en el Rollo
de Ideal) orienta todos nuestros actos hacia la extensión del Reino de Dios en
la tierra.
Era, pues, el amor cristiano potenciando toda nuestra personalidad y
orientando todos nuestros actos hacia la dilatación del Reino de Dios. Se
trataba pues de ser apóstoles, no de hacer apostolados. El hacer como
consecuencia del ser.
La raíz de todos los males es el egoísmo; y la solución a todos
ellos, el amor. Pero no el amor afectivo y abstracto, sino el efectivo y real,
que en última instancia no es el “amor”, sino el hombre que ama. Quizá por
ello Dios, que es Amor, para salvarnos, se encarnó y se hizo hombre.
Vistos en su totalidad, Piedad, Estudio y Acción son pues simples
matices de un todo apostólico en el que la Piedad y el Estudio buscan
primordialmente poner el Reino de Dios dentro de nosotros mismos; y la Acción,
llevar el reino de Dios a los demás; que son precisamente los pasos que
recomendaremos luego en el Rollo de Estudio del Ambiente, y que seguimos en el
Grupo, cuya finalidad es un crecimiento interior, que tiene como consecuencia
una protección hacia fuera.
Si además entendemos por Reino de Dios donde Dios reina, que es donde
se escucha Su Palabra, se cumple Su voluntad y se glorifica Su nombre (éste es
el Esquema del Padre Nuestro), comprenderemos también por qué el Apostolado
no puede limitarse a la Evangelización o a las obras de caridad, sino que
exige la re-estructuación del orden temporal y todo aquello que forma parte
del Plan de Dios.
En conclusión, si dentro de la única realidad de nuestra vida
cristiana distinguimos:
La Piedad, como orientación de toda la vida... El Estudio, como
instrumento para la configuración de todo nuestro ser...
Y la Acción como el cristianizar todas nuestras potencias y orientar
todos nuestros actos...,
La revisión de los tres constituye una manera simple, pero integral, de
evaluar la personalidad toda en su actitud de conversión progresiva.
Analizada en su intención, la Reunión de Grupo resulta a la vez un
instrumento extraordinario de conversión progresiva y un termómetro eficaz
para medirla.
La hoja de Servicios siempre se presentó en forma de tríptico que
incluía el Estudio y la Acción, aunque el común de los cursillistas la ha
revisado generalmente en términos de un número de prácticas piadosas.
En lo relativo a la mecánica de la Reunión creemos que, más que una
búsqueda de nuevas formas, debe interesarnos una compresión e interpretación
más clara de su espíritu y de su intención. Opinamos con I Encuentro
Latinoamericano de Bogotá que:
1. Se considera eficaz la fórmula que conocemos.
2. Igualmente se consideran válidas como Reuniones de Grupo aquellas
que contengan los tres pasos fundamentales de compartir la vida de piedad, un
progresivo conocimiento de Cristo (y de nosotros mismos) y una intersección de
cristianismo en las estructuras.
3. Muchos fallos y el desprestigio de la Reunión de Grupo se producen
al dar mayor importancia a la mecánica que al espíritu; y que una Reunión de
Grupo no cumplirá su función, si los componentes no forman parte de un grupo
de cristiandad.
Con respecto a las clases de reunión insistimos en la conveniencia de
llamar Reunión de Grupo solamente a aquellas reunión propias de un grupo de
cristiandad. Las demás serán simplemente reuniones.
El número de los participantes, sin embardo, deberá ser reducido, con
miras a un compartir más completo dentro de las limitaciones de un tiempo.
LOS FORMATOS
Su intención y contenido
Sentadas las bases necesarias,
pasamos ahora a estudiar la inteción y contenido de los formatos de Reunión
de Grupo y Hoja de Servicios.
En vez de explicar uno a uno la
Reunión y de la Hoja de Servicios, nos ha parecido más simple el presentar
una explicación que refleja más claramente la intencionalidad de las Hojas
como instrumento de conversión progresiva.
Esta Hoja que deberá titularse
“Mi programa de Superación Personal“, las preguntas tradicionales deberían de
responderse en nuestro examen de conciencia DIARIAMENTE, en el silencio de la
intimidad; pero iluminarán las respuestas que dicen darse semanalmente en la
Reunión de Grupo.
Creemos que la primera “PATA“ del
trípode, la Piedad, requiere una mayor explicación. La Piedad, definida en el
Manual como Vida de Gracia (consciente, creciente y difundida), se explica el
Tercer Día (Rollo de Vida en Gracia) en términos de Vida de Fe, de Esperanza
y de Caridad. Esta triple vida es expresión y consecuencia de la Vida
Sobrenatural (Vida de Gracia) que brota de la Unión Vital con Cristo, porque
el sarmiento para tener vida debe estar unido a Cristo que es Vid y Vida.
El compartir esta vida de Gracia
en sus manifestaciones vitales (Vida de Fe, de esperanza y de Caridad) resulta
más simple y eficaz. La vida se conoce siempre por sus manifestaciones. La mejor
manera de juzgar si algo está vivo, es ver si da “señales de vida“.
Las prácticas piadosas (Misa,
Comunión, Visita, etc.), también adquieren una nueva dimensión al
presentarse como expresión y consecuencia de nuestro Amor a Dios.
No amamos a Dios, porque
comulgamos y rezamos; es PORQUE lo amamos que le hablamos, le escuchamos, le
visitamos, le recibimos y le obsequiamos.
Así vistas, las prácticas,
piadosas no corren ya el peligro de confundirse con el amor mismo, sino que son
su expresión y consecuencia. El amor lleva a las prácticas, pero las
prácticas también acrecientan el amor, de la misma manera que los alimentos, sin
ser la vida, la acrecientan. Las relaciones interpersonales con Cristo PERSONA,
mediante estas prácticas, aumentan a la vez que expresan nuestra amistad con
El. Son la reunión y el trato con Cristo que aumentan nuestra amistad con El.
El contacto con Cristo y el contacto con los hermanos tienen pues en común los
mismos frutos: nuestras reuniones con El y con ellos provocan, aumentan y
expresan nuestra amistad. En resumen tenemos estas llamadas prácticas de
piedad (reuniones con Cristo) porque somos amigos, para ser amigos y para
seguir siendo amigos de Cristo; consecuencia, expresión y alimento de una
amistad.
Así concebidas y practicadas, el
énfasis no está ya en el COMO de estas prácticas, sino en su intención. Lo
importante no será ya HACER visitas meditaciones, etc., sino el unirse y
reunirse con Cristo Hermano, para hacerlo cada día más Amigo.
La revisión de la Hoja de
Servicios en el seno de una Reunión de Grupo, más que una revisión más
(puesto que debe revisarse diariamente), será un “revisar si hemos venido
revisando“. Lo más importante de la Hoja es el vivirla, no el compartirla,
convendrá lo hagan enseñándose mutuamente la forma de realizar estas
prácticas.
Para quien diariamente ha
revisado su amor a Dios, y el acápite siguiente de Amor al Prójimo,
consecuencia y termómetro del primero (puesto que quien dice amar a Dios y no
ama al projimo es mentiroso) le será más fácil detectar y compartir con
acierto su Momento Más Cerca de Cristo en la semana.
El Encuentro con Cristo es
condición indispensable para una conversión a Cristo.
La toma de conciencia de un
Momento más Cerca de Cristo tendría que ser normal en quienes se mantienen en
comunión con El. Es un tomar conciencia de su presencia viva en nuestras vidas
y en el mundo. Tomar conciencia de que Cristo se nos acerca contínuamente. Que
toda la historia de la salvación no es sino el relato de cómo Dios se acerca
al hombre. Es volver a tomar conciencia de que Cristo es una persona y de que
está cerca, porque ha venido, porque resucitó y porque quizo quedarse con
nosotros. Es una revisión de Amor de Dios por nosotros, actualizándose en un
suceso, que siempre despierta en nosotros un mayor amor por El.
La segunda “PATA” el ESTUDIO, es
el que ofrece más variante; pero el que quizás necesita menos explicaciones.
Centrado en el “conózcate a Tí, Señor y que me conozca a mí“, equivale también
al “conocer Tu Ideal y conocer Tu Realidad“, cualidades que debe tener el
Dirigente.
Aunque centra el Estudio en el
conocimiento de Cristo, no identifica el Estudio con la lectura. Estudio de nosotros
mismos se centra en un mayor conocimiento de nuestra Realidad Interna, y en la
observación de los Signos de los Tiempos para el conicimiento de nuestra
realidad Externa.
Revaloriza el Examen de
Conciencia, la Meditación y la Dirección Espiritual como instrumentos para el
descubrimiento de nuestra propia vocación y normalidad, y en general explica
el Estudio como elemento esencial a una actitud de conversión progresiva.
Así entendido, el Estudio
tendría que revisarse en la Reunión de Grupo de una manera distinta. Más que
preguntarnos si hemos estudiando, o compartir lo que estudiamos, podría
centrarse en dos preguntas:
¿Qué has aprendido de Cristo en
esta semana?
¿Qué has descubierto de ti mismo
esta semana?
Que equivaldrá siempre a:
Todas las semanas nuestro PLAN
PERSONAL tendría que ser un reto a superar las lacras que hemos descubierto en
nosotros, y a incorporar a nuestras vidas algo del “modo de ser“ de Cristo,
aprendido en la semana: Superación de la ira, la gula, la impaciencia, el
orgullo y el ejercicio de un mayor desprendimiento, humildad, misericordia, compresión,
etc. Así entendido, el Plan Personal tiene también un enorme valor como
elemento dinámico de corversión progresiva.
En la tercera “PATA“ de la ACCION
se conservan las preguntas de siempre:
1. Mostrar que el apostolado es
consecuencia, expresión y termómetro de una vida crsitiana auténtica. La
falta de lo uno acusa una falta de lo otro.
2. Ilustrar el apostolado en sus formas de:
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