San Pablo fue obediente hasta la muerte.
La vida de San Pablo es un brillante ejemplo de obediencia a la voluntad de Dios que se manifestó de muchas maneras por él. Dios le ordenó que predicara el Evangelio a todo el mundo, y él obedeció dócilmente. San Pedro le aconsejó que dejara de predicar en Tarso, y Pablo obedeció; se le dijo que partiera en viajes apostólicos, y Pablo obedeció. No dudó un instante en hacer la voluntad de Dios, a pesar de que su objetivo e intenciones eran a menudo diferentes, a pesar de que sabía que se encontraría con persecuciones y sufrimientos.
Vamos a imitar a San Pablo en su obediencia inmediata y constante, y decimos con él: "Señor, ¿qué quieres que haga?"
El apóstol nos dice que obedezcamos con prontitud: "Hijos, obedezcan a sus padres; los siervos sean obedientes ... como al Señor, y no a los hombres". Además, San Pablo nos dice que obedezcamos la ley de Dios y que permanezcamos firmes en nuestra fe, sin permitir que prevalezcan opiniones falsas para que su reproche a los gálatas no se aplique a nosotros: "Oh gálatas insensatos, que te he hechizado: ¿Que no debes obedecer a la verdad? Y en otro lugar advierte que si un ángel del cielo les dijera algo diferente de su enseñanza, no deberían creer. "No te conformes con este mundo, pero sé reformado en la novedad de tu mente."
Practiquemos las enseñanzas del Apóstol y evitemos a los malos compañeros, especialmente a aquellos que promueven falsas interpretaciones de las enseñanzas de Cristo, interpretaciones que han arruinado a muchas familias y naciones.
CONSIDERACIÓN
¿Cómo es nuestra obediencia? ¿Siempre listo para hacer la voluntad de Dios? Tengamos cuidado con las falsas doctrinas, y recordemos que solo los obedientes lograrán la victoria.
ORACIÓN
Oh, Apóstol San Pablo, predicador de la verdad, Doctor de los gentiles, ruega a Dios por nosotros y por todos los cursillistas.
Ora uno Padre nuestro, Avemaría, Gloria al Padre
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