25 de enero DÍA DEL CURSILLISTA NOVENA A SAN PABLO DÍA 7

"Yo soy tu padre...."

Abiertamente San Pablo proclama que él es nuestro padre, habiéndonos engendrado en el Evangelio de Cristo. Él, por lo tanto, guardó todo en su corazón y repitió: "¿Son ellos hebreos? ¡Yo también! ¿Son israelitas? ¡Yo también! ¿Son ministros de Cristo? Yo soy más. Pero con mucho gusto me esforzaré y me dedicaré a tus almas".

¡San Pablo es verdaderamente un conquistador y gran amante de las almas! ¡Y estamos muy en deuda con él! Déjanos, entonces, estar agradecidos, orar, e imitarlo; leamos su vida y sus cartas, y difundamos nuestra devoción hacia él. Conozcamos mejor su espíritu amable y afectuoso. No, él no es el santo severo y sombrío que a menudo parece estar en ciertas imágenes.

Sabemos por sus propias palabras que nos ama como una madre ama a sus hijos. Permítanos quedarnos cerca de él; nos encenderá con el amor de nuestro Salvador y nos protegerá de todos los peligros del cuerpo y del alma. Nadie debe temer amar a San Pablo: nuestro Señor amó tanto a San Pablo que lo convirtió en una vasija de elección. ¡Oh, cómo nos ama San Pablo! Él elegiría ser anatema por Cristo, por sus hermanos (Romanos 9: 3).*

* Anatema: Una maldición. La preocupación y el amor del apóstol por sus compatriotas los judíos era tan grande, que estaba dispuesto a sufrir incluso un anatema o maldición por su causa; o cualquier mal que pueda caer sobre él, sin que él ofenda a Dios.

Mientras estaba en la cárcel, como un criminal y sufriendo de angustia y hambre, recordó que Timoteo sufría de una dolencia estomacal y le aconsejó tomar ciertas medicinas. ¡El gran amor de San Pablo! Vamos a orar a él, y permanecer bajo su protección.

CONSIDERACIÓN

Sintámonos seguros de que San Pablo nos ama y tiene grandes poderes de intercesión. ¿Queremos disfrutar de la protección de San Pablo? Recemos y confiemos en mantengamos su imagen en nuestra casa; leamos su vida.

ORACIÓN

Oh, Apóstol San Pablo, predicador de la verdad, Doctor de los gentiles, ruega a Dios por nosotros y por todos los cursillistas.

Ora uno Padre nuestro, Avemaría, Gloria al Padre