Ramon Lllull Rosselló Forteza
10 DE NOVIEMBRE DE 2022
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, cursillistas todos,
La cercanía de las fechas del VIII Encuentro Mundial de Dirigentes de Cursillos de Cristiandad a celebrar en diciembre del año en curso en Mar de Plata (Argentina) me interpela a escribir mis pensamientos, inquietudes y reflexiones sobre el movimiento de cursillos de cristiandad, las diferentes propuestas o visiones que se postulan en dicho encuentro y su situación actual, donde las frías y numéricas votaciones no nos aseguran una cálida y profunda reflexión sobre la vivencia del carisma propio del movimiento, aun siendo realista al saber la amistad siempre crea cercanía pero que la cercanía no siempre crea amistad y es precisamente la búsqueda sincera de amistad, canal de Gracia esencial, y la caridad las que se han notado en falta en la actitud de no pocos dirigentes.
¿El creer saber está ganando al saber creer?
Lo que más identifica a un cristiano es en el tener confianza plena, agradecida y gozosa en la acción del Espíritu Santo y el intentar hacer vida el Evangelio en la persona en su plenitud y en la vida ordinaria siempre ha de ser la firme apuesta ilusionada y renovadora, nacida de la convicción de que el Reino de Dios puede vivir y empezar en cada persona que desde su libertad va descubriendo y asombrándose cada día que Dios en Cristo le ama. Un amor que es de un Padre que nos ama profundamente a todos y todas y cada cual, y que nos interpela a comunicarlo desde el contagio personal alegre y normal, a que lo sepan, lo descubran, lo conozcan, lo gocen y lo vivan en alegría los más próximos, especialmente los alejados, los que no conocen el amor de Dios, el del Cristo Vivo, normal y cercano del Evangelio.
Dirigido a los que proponen las diferentes opciones a votar en el VIII Encuentro Mundial de Dirigentes:
¿Necesitamos líderes o amigos con los que caminar juntos en la Fe?
A lo largo de estos años desde que hice mi cursillo allá en febrero de 1988 en el monasterio de Santa Lucía he presenciado en Mallorca escenas en las que cursillistas se ofrecían públicamente para ir de rector/a o ir de dirigente, sin saber que paradójicamente ellos mismos en ese mismo instante se habían autoexcluido para tal pretensión. Sé también que en el pasado alguno hizo campaña y promesas particulares bajo mano para postularse como Presidente del Secretariado. Parece ser que eso viste, aunque él o ella no se den cuenta que normalmente su falta de altruismo salta a la vista. Solamente el Señor sabe lo que puntúa, y que tal vez no es más que el testimonio personal de la vivencia desde la alegría, la cercanía y la amistad de cada cursillista y que refleja la presencia de Cristo resucitado en cada uno. ¿Hay algo más importante y más ilusionante? Parece ser que para algunos sí.
¿Tanto ha cambiado la Persona desde la década de 1940 que hay que cambiar la finalidad germinal del movimiento de Cursillos de Cristiandad?
Como ya nos decía Eduardo Bonnín, cursillos de cristiandad es una realidad aún no realizada, como el Evangelio, y que éstos están por estrenar, … como el Evangelio. Con ello quiero decir que no hay que ofenderse en absoluto, ni ponerme a la defensiva y responder a una crítica, que veo constructiva, al momento actual del movimiento ya que no creo que nadie opine que todo en cursillos sea algo ya completado.
Es de agradecer a Dios que todos los cursillistas aporten y compartan su visión con la intención de mejorar el movimiento siendo fieles a su finalidad verdadera.
Es incuestionable que los Cursillos se gestaron y nacieron en Mallorca en la década de los cuarenta, y no fueron obra del azar o de la improvisación. Nacieron con su esencia y finalidad; comunicar el gozo de la fe principalmente, aunque no en exclusiva, a los alejados. Todo fruto de la inquietud y la insatisfacción personal y anterior a ella la acción del Espíritu Santo. Por tanto, esa finalidad no puede sino coincidir totalmente con la solicitud de nuestro querido Papa Francisco cuando desde hace años nos invita a los cristianos a ir a las periferias, periferias físicas (el ambiente en el que se vive, y convive y se relaciona el seglar) y periferias humanas, personas que sufren, personas carentes de sentido en sus vidas y vacías de alegría. Los seglares somos ovejas entre ovejas. ¿cómo no hacer olor de oveja? ¿Quiénes son los alejados sino los que están en las periferias, periferias del alma? ¿o el orden es al revés? Son evidentemente las mismas personas, necesitadas sin saberlo de la gran noticia, que nos permite un cambio de perspectiva, un cambio de visión de nosotros mismos, de las personas y del mundo.
Para conocerlos mejor y poder así saber cómo hacerles llegar de la manera más eficaz la gran noticia que Dios nos ama a cada uno, Eduardo realizó un Estudio del Ambiente, detectando actitudes diferentes y dispares ante la fe, pero no para juzgarlos, sino para conocerlos. Conocer al hombre, lo que le preocupa, lo que le ocupa, lo que ansía en el fondo del corazón y que sólo Cristo y su amor puede llenar. La necesidad del hombre de hoy no ha cambiado, sigue siendo la misma. La sociedad cambia, las necesidades y las ansias del hombre no.
Por otro lado, leyó los principales autores y teólogos más adelantados para discernir qué era lo más importante, lo nuclear, lo esencial del mensaje de Cristo y de su Evangelio. ¿por qué? Porque Eduardo estaba convencido que es Cristo mismo en su esencia el capaz de dar vida y sentido a todo lo demás, a la vida toda, a todo y a todos. Para presentar a Cristo mismo, para no distraer de lo esencial había que quitar lo accesorio del cristianismo, que, aunque fuese bueno y auténtico, restaba potencia evangélica para posibilitar que la libertad del hombre se encuentre con el Espíritu de Dios.
¿Vamos todos hacia esa dirección de presentar al alejado de manera simple y posible lo nuclear cristiano, aquello que conlleva toda la fuerza del mensaje del Evangelio o tal vez con el tiempo vamos añadiendo cosas que aun siendo importantes y buenas para el cristiano no son lo esencial y sin tener eso en cuenta podemos pensar que falta completar el método pensando ingenuamente que tal vez a los iniciadores se les pasó por alto añadir?
Se trataba entonces y sigue tratándose hoy de huir del cumplimiento chato y sin nervio de los actos píos independientes y estancos de otros actos de la vida, para apuntar hacia el sentido iluminador y dinamizador de la vida entera y plena de la persona.
Pero a Cristo tenía que presentarse al alejado de manera accesible, sencilla, posible, creyendo y confiando en Dios y creyendo y confiando en la persona. Se entiende que el cristiano confíe en Dios, pero ¿y en la persona? Hay riesgos sí, pero en verdad vale la pena correrlos y algunas veces sufrirlos. El otro camino es la norma, el carril, el orden… bueno y estético al principio, para finalmente domesticar y apagar al Espíritu que en realidad siempre debería ser fuente de originalidad apostólica.
Lo esencial es captar esta idea germinal, motivada para acercarnos a las personas sin juzgarlas, conducirlas, reconducirlas, emplearlas ni manipularlas, no buscar que las personas asuman nuevos compromisos por muy buenos que sepamos que son, sino que acepten ellos mismos dar sentido al propio compromiso, al que ya tienen en la realidad, en su vida.
El método para irlo logrando es la amistad, no un compromiso de adhesión, no la asistencia a un acto u otro, no la norma, ni el orden; es el testimonio personal del Cristo Vivo en la normalidad de las relaciones personales, cada uno siendo uno mismo, y es que caminar juntos NO es acompañar, que siempre lleva una carga paternalista.
¿Cursillos debe posibilitar y fomentar el encuentro entre personas o posibilitar y fomentar los actos de la vida de la Gracia?
Por ello todo en cursillos está pensado para posibilitar el encuentro entre personas, que a través de la Gracia también es encuentro con Cristo. Que nos vayamos descubriendo como personas, posibilitado en un clima de alegría por sabernos hijos de Dios y hermanos de Cristo, es la fiesta que nos lanza a la vida, a la vida de cada uno, allá donde el Señor nos ha plantado para ser fermento y transparentar el amor de Dios donde estemos. Mas que predicar el evangelio es ser evangelio, ofrecido en amistad a los demás.
Vamos comprendiendo y descubriendo y comprobando por la misma vida que el trípode de Piedad-Estudio-Acción va asociado al carisma de cursillos Cristo-Persona-Amistad.
El alejado cuando vive un Cursillo y se asombra del gran Ideal de ser persona, persona cristiana en el mundo, descubierta por la Gracia hecho vida en los Dirigentes, no le otorga un carnet de cristiano. El Cursillo posibilita que el encuentro entre personas que viven, intentan vivir o les duele no vivir en cristiano nos sitúa toda el cuarto día en la Santa tensión de ser más y mejor, de conversión permanente.
Es algo tan sencillo, que es fácil y humano que pensemos, siempre supuesta la buena voluntad, que lo debemos mejorar y completar añadiendo a la dinámica cursillista una agenda de actos píos intercalados en la dinámica de la Ultreya y la Reunión de Grupo, pero solamente poniéndonos todos en actitud de servicio y amistad es cuando nos damos cuenta de que su sencillez es garante al ser camino de encuentro y de Verdad.
Somos conscientes que las palabras del trípode Cristo, persona y amistad no pueden captarse en su plena dimensión sin haberlas vivido en vivo y en directo, asombrarse del camino y de sus frutos que nacen de una convicción personal y no de un seguimiento a unas normas, normalmente estériles en la persona y en la vida propia y de los demás.
Volver al Origen, Volver a la Fuentes, Recobrar la vitalidad primigenia, Vivir el Carisma. ¿hay dos Carismas?
Todos los cursillistas están en comunión con el Papa Francisco cuando nos pide a todos los movimientos de la Iglesia que preservemos la frescura del carisma y como dice textualmente “Siempre se debe volver a las fuentes de los carismas y encontrar el empuje misionero para afrontar los desafíos de hoy”, “… abiertos a las sorpresas de Dios que vienen en sintonía con la primera llamada del movimiento, el carisma fundamental”. El desencuentro no viene solamente en afirmar quien o quienes recibieron el carisma de los Cursillos de Cristiandad si no que sobre todo viene de las dos visiones del Carisma del movimiento, dos definiciones, dos puntos de partida distintos y por tanto dos horizontes diferentes y dos actuaciones diferentes.
¿La comunión dentro del movimiento de Cursillos de Cristiandad se nos presenta ya como una Utopía? ¿Es el cristianismo una utopía?
Estamos plena, alegre y fuertemente convencidos de que es una utopía realizable. A nosotros nos toca sembrar y a otros recoger. Es algo grandioso, maravilloso, vale la pena que toda la vida de uno está orientada y nortada por Cristo y por el amor hacia los demás. El seguimiento y la búsqueda de la verdad no para afirmarse a uno mismo sino para ser uno mismo más verdad será el único camino.
¿Padecemos Eduardismo en Mallorca?
Eduardo nos lleva a Cristo, Cristo es el centro del cursillo. Eduardo nos invita a sabernos persona y no individuo, nos invita a pasar de la norma al criterio, de la obediencia a la convicción, del compromiso a la posibilidad, partiendo todo del saber que Dios me ama, que es anterior al saber que hay que amar a Dios. Eduardo nos invita a experimentar que la forma de convivencia más humana y por tanto más cristiana es la amistad.
Es sencillo y por tanto fácil de querer mejorar, completar, añadir.
Tal vez más importante que el mejorarlo es primero el vivirlo.
El Evangelio no se debe actualizar ni renovar, sino que es el Evangelio el que nos actualiza y nos renueva a nosotros. De la misma manera, lo esencial de cursillos, que es el Evangelio de Cristo, su esencia, su finalidad no tiene que renovarse, votarse cada ciertos años, sino conocerse, estudiarse y sobre todo vivirse. ¿Debe actualizarse el carisma a la luz de los acontecimientos o es el carisma el que alumbra y orienta la persona ante los acontecimientos?
Cursillos pretende ser puro Evangelio hecho vida en la vida de las personas, y por ello vivir desde lo que se podría llamar Evangelio “químicamente puro”. El cursillo se mueve en lo llamado fundamental cristiano y evita el recargarlo innecesariamente que lo único que haría seria despistar de lo mejor, de lo vital, hacia eso siempre ha apuntado Eduardo Bonnín. ¡Qué regalo de Dios el haberlo conocido! Su fidelidad al Espíritu y a la amistad con todos es algo que ha marcado a miles de personas.
Desde la Iglesia
Es curioso, a veces las palabras diferentes parecen decir los mismo, pero no es así y otras parecidas que matizan un aspecto, parece que dicen lo contrario y que atacan su sentido cuando en realidad son simplemente aclaratorias. En la Iglesia hay cosas extraordinarias y que no son para la iglesia ni para su servicio, sino para posibilitar desde ella misma lo que pretende la Iglesia que es seguir a Cristo y posibilitar, caminar hacia el Reino de Dios. Cursillos son Iglesia, los cursillistas son Iglesia, por eso cursillos actúa desde la iglesia, pero debido a que siempre se ha pretendido emplear la vitalidad del nuevo cursillista (nuevo cristiano) para reconducirlo a diferentes actividades, siempre se ha tenido que aclarar que no son para la Iglesia sino para el mundo, para la vida. Cursillos apunta a una iglesia de personas, personas convencidas de su fe y con vocación de santidad. No se le dice a nadie que tenga ni deba hacer nada concreto, sino que, para ser cristiano, para ser de Cristo, no es necesario apuntarse a nada que no estuviera ya haciendo en su vida antes de ir a un cursillo y descubrir al Cristo amigo, normal y cercano. Seguir haciendo lo mismo que hacías antes de ir al cursillo, pero en cristiano. Los Cursillos no quieren crear nuevos compromisos a las personas, sino que cada uno pueda dar sentido cristiano a los compromisos que uno ya tiene en su vida.
Saber que todo cristiano más que estar al servicio de la iglesia está en realidad al servicio de las personas en actitud de entrega y amistad desde la fe en Cristo, no debería escandalizarnos si sabemos el sentido de las palabras.
Los cursillos de cristiandad no nacieron para dar vitalidad a las estructuras y las organizaciones ya existentes en la iglesia sino para llevar a los más posibles la buena noticia del Evangelio. Nada más y nada menos.
Los Cursillos pretenden constantemente provocar el hambre de Dios en las personas, en lugar de procurar u ofrecer medios para saciarla. En el cursillo el hambre de Dios no surge para ser saciada sino para ser aumentada y fomentada, dándonos cuenta a cada momento de un aumento constante de nuevos horizontes y posibilidades vitales y apostólicos. El Cursillo es de carácter universal, es decir propone vivir en constante y asombrada conversión a cada momento con unos medios al alcance de cualquier y toda persona que quiera seguir a Cristo, ser su amigo. Si alguna propuesta no es posible para algunos por falta de tiempo, conocimiento, dinero, etc., no acierta en lo que propone el movimiento de cursillos cuando es fiel a su idea primera que apunta a la persona y no a su circunstancia, a su posibilidad personal o a su preferencia.
Los cursillistas más que una comunidad cristiana, más que un apostolado organizado, somos una cristiandad en acción, sabiendo que en cristiano toda vivencia es convivencia, para mantener siempre renovada la actitud de hacer camino en compañía. Queremos estar en el mundo, no ser un núcleo de cristianos bien organizados, evitándose de paso así un “cursillismo” ridículo sintiéndonos unos elegidos, ni promover el servilismo interno en la Iglesia, ni un peligroso proselitismo.
El Espíritu Santo, la Vida de Gracia, el camino hacia la santidad como vocación seglar, forman parte del ADN del cursillista, nos ayuda a “momentalizar” la acción de Dios en innumerables momentos de cada día, en la vida. Vemos su acción en uno mismo, en las demás personas, en las circunstancias…
Evidencias olvidadas
Parece una evidencia que todos sabemos que tras un buen precursillo, durante los tres días de cursillo los dirigentes y sacerdotes nos desvivimos y nos ponemos al servicio de los cursillistas, y de igual manera en el poscursillo y en amistad sincera, los cursillistas nos tienen que encontrar con la misma disposición, entrega y espíritu de caridad con la que nos conocieron en el cursillo. Parece también una evidencia que todos sabemos que el secretariado de cada diócesis se pone a disposición y al servicio de los cursillistas para escuchar y canalizar las inquietudes apostólicas de todos y cada uno, entregando al Señor su tiempo, su esfuerzo y su aportación personal. Parece también una evidencia que todos sabemos que un secretariado nacional y un Grupo Internacional se desvive por atender en clima de amistad las inquietudes de cada diócesis promoviendo encuentros entre personas y facilitando a todos la reflexión y profundización en la mentalidad y el carisma del movimiento.
¿Tal vez sean unas evidencias olvidadas?
El hombre y la mujer de hoy, más que respuestas para todo, lo que quiere es poder hacer preguntas, que haya clima donde poderlas hacer, con esperanza y posibilidad de encontrar por sí mismo la respuesta. Se siente más persona cuando pregunta y descubre por ella misma, que cuando acepta una respuesta ya masticada por otros.
El estudio y la formación
Por eso a veces es más importante contagiar la necesidad de estudio cuando es algo que surge de la inquietud personal de querer saber, de no conformarse, de apuntalar la propia convicción, y no conformarse con el mero deber cristiano de saber una doctrina.
El papel del sacerdote en cursillos y en las estructuras del Movimiento
Nunca podremos agradecer lo que han aportado todos los sacerdotes que han compartido y siguen compartiendo con todos su ilusión, su entrega y su espíritu de caridad. No es algo secundario ni accesorio en el cursillo, es vital. Todos somos y nos sentimos Iglesia, pero de igual forma es el sacerdote parte integrante del cursillo, de la ultreya y su misma esencia exige su continua, alerta y caritativa presencia, no para mandar, sino para compartir en amistad, orientar y ofrecer la certera Dirección Espiritual
Como dice Eduardo:
“Los sacerdotes velarán, avivarán y orientarán a los cursillistas.
En la ultreya, el primer tiempo, que es el destinado a las Reuniones de Grupo, podrán aprovecharlo los Padres para aquellas direcciones espirituales que difícilmente podrían tener lugar en otra parte y a otra hora.
También será éste el momento oportuno para concretar el lugar y la hora en que podrán entrevistarse con quienes, por su talla, conviene que la hagan con mayor detención.
Los cursillistas, a su vez, con la presencia de los sacerdotes en la Ultreya, tienen una espléndida ocasión para poderse beneficiar ampliamente del criterio que siempre ha tenido la Iglesia respecto a la libre elección del Director Espiritual.”
Todos, con nuestra simple presencia, siendo uno mismo, en las ultreyas y actos del movimiento, aportamos mucho más de lo que creemos y pienso que esto se multiplica en al caso del sacerdote.
Clericalismo y laicismo
El asignar alegremente etiquetas de buenos y malos, en función de estar en cursillos en una línea llamada “seglar” o en una línea llamada “oficial” o “clerical” no hace más que ahondar innecesariamente el imaginario abismo con que intentamos separar a unos de los otros, privándonos del bien mutuo y recíproco que un contacto humano y sincero, nos reportaría sin duda a todos, sin embargo ello no nos libera de nuestra decisión firme de mantener nuestra fidelidad al Espíritu Santo, quien en un momento dado de la historia quiso regalar un carisma concreto a Eduardo Bonnín para el bien de la Iglesia y del mundo.
Querer decidir o incluso desviar el rumbo de navegación de los cursillos sin haber profundizado unos y otros, de manera seria, en el carisma que regaló el Espíritu Santo me parece algo más que irresponsable. No profundizar, difundir e incluso borrar a Eduardo Bonnín, su pensamiento, sus escritos, sus rollos, sus libros y su persona testimoniando el amor de Dios, es borrar la intención del Espíritu. Desconocer la aportación de cada iniciador y valorarlo como Gracia del Espíritu Santo tampoco ayuda en nada. Esto sí que es serio y la fidelidad al Espíritu no debe ser interpretado como un anquilosamiento ni una lucha de protagonistas.
¿Quién va a negar que el Espíritu sigue y seguirá soplando en la iglesia, y en encuentros de cursillos, complementándola, enriqueciéndola y vitalizándola? pero lo que no va a hacer es contradecirse a sí mismo.
Siempre he pensado que las formas son importantes, pero más importante son las intenciones verdaderas. Si en realidad queremos acercarnos todos y mantener encuentros y construir puentes, evitemos ataques o reproches, ni demostrar autoridad unos y quedar bien ante otros. Dejemos de tratarnos como bandos para realmente comunicarnos como cristianos. La verdad no se posee, pero el que no tenga una actitud de búsqueda de esa verdad, automáticamente ya se queda en fuera de juego.
Empecemos por encontrarnos como cristianos, como cursillistas todos, evitando los personajes para que se encuentren las personas, para dar espacio a la actuación del Espíritu.
La persona, ser perdona
No dudo en absoluto de la buena voluntad de ambas líneas o propuestas, todos queremos el bien, no hay duda.
No sé si es realmente así, pero a mi humilde entender sucede que un punto de partida diferente te hace fijar unas coordenadas diferentes:
Podríamos decir que la línea llamada “seglar” nos presenta un horizonte Cristo-Persona. Para la línea “seglar” el encuentro real consigo mismo es la estructura que hace posible el encuentro con los demás y con el Evangelio, con el Cristo vivo, viviente. Todo en el primer día del cursillo, las meditaciones, los rollos, etc. van en la línea más introspectiva, para que cada uno se vaya descubriendo como persona, dándose cuenta de que dentro tiene un maravilloso mundo interior por descubrir, aceptando sus limitaciones y comprender por consecuencia que puede ser mejor. Ese es el punto de partida necesario para que cuando tenga su encuentro con Cristo lo haga desde su libertad interior.
Para la línea diríamos “oficial” nos presenta un horizonte Cristo-Iglesia. La Iglesia es salvaguarda del verdadero mensaje de Cristo. Su orientación y vigilancia aseguran evitar posibles desviaciones y errores en la transmisión del mensaje del Evangelio. La fidelidad al método y su transmisión debe ser asegurada y unificada desde una estructura organizada y vertical.
Tal vez el centrarse en presentar a Cristo al alejado, sin haber pasado antes por el proceso personal de entrar en uno mismo, sin descubrir que se tiene que partir de la realidad real de uno mismo, muchas veces es perder la oportunidad a que ese encuentro con Cristo no sea del calado total que el cursillo pretende.
El cursillo no tiene que vivirse como un bonito acontecimiento de la vida, sino que a partir de la vivencia del cursillo se viva la vida como un continuo y gozoso acontecimiento, para que por la Gracia vaya siendo todo Verdad, así la vida es bonita, la gente es importante y siempre vale la pena vivir.
La unidad en la diversidad debería ser posible y es posible.
Siendo así el órgano mundial de los Cursillos de Cristiandad debería ser de servicio, plural, rotatorio, abierto a la amistad y al encuentro personal. Debería posibilitar profundizar en el estudio ofreciendo bibliografía y otras publicaciones, organizando y ser puente de encuentros de reflexión para redescubrir y vivir el carisma del movimiento. Ser garante de libertad y apoyo de iniciativas diocesanas.
Sirva esta carta abierta como expresión de simple reflexión personal con la única finalidad de compartir en oración, mejorar desde mi mismo y así poder aportar un granito de arena a que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad sean lo que el mismo Espíritu de Dios pensó para el bien de la humanidad a quien tanto ama.
Un fuerte abrazo en Cristo y …¡De Colores!
Ramon Lllull Rosselló Forteza
Mallorca - España
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