Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

jueves, 30 de enero de 2014

Tu motor


   Cristianos en rodaje

Tu temperamento está formado por un conjunto de elementos hereditarios y constitucionales. Estos elementos son instintivos, espontáneos y difícilmente dominables. Y determinaran en gran manera tu modo de obrar.

Tu constitución orgánica, por ejemplo, es uno de estos elementos fundamentales. Según tengas montado tu cuerpo serrano, tu temperamento se verá influido en una u otra forma. Si eres gordo o delgado, mantecoso o momificado, puedes ser optimista o pesimista, apasionado o tranquilo.

Influyen también en ti tus glándulas, principalmente unas que se llaman endocrinas. Y tu sistema nervioso, sobre todo en tu vitalidad y en tu excitabilidad.

Siendo un hombre normal, habrás observado en ti variaciones y cambios síquicos a lo largo de un día cualquiera, en que te levantas eufórico, después te entristeces, luego te alegras, a media tarde te vuelves melancólico y te acuestas gruñendo como un lechón. La temperatura, la presión atmosférica, el estado electromagnético del aire, las variaciones de su grado de humedad y otros factores pueden suscitar en ti determinadas maneras de obrar o de sentir. También las estaciones del año y las mismas fases de la luna influyen en muchos fenómenos vitales.

Suma a esto tu nutrición y tu ambiente vital, añade unos trocitos de hielo y una aceituna, mézclalo y a ese cóctel ponle tu nombre.

Es muy difícil clasificar los temperamentos. Hay tal diversidad que uno se vuelve loco. No obstante, se han realizado bastantes clasificaciones basadas en distintos criterios.

La que está mas en uso dice que hay cuatro temperamentos fundamentales: sanguíneo, nervioso, colérico y flemático.

Estos nombres son convencionales. Tienen poco que ver con la sangre, con los nervios o con las flemas. Es una manera de hablar para que podamos entendernos.

A manera de aperitivo, mientras te compras los libros esos vamos a echar un vistazo somero a estas cuatro clases de personas.

Extracto del libro
Cristianos en Rodaje
Valentín Galindo
Ediciones 4° Día

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