Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

domingo, 26 de enero de 2014

Para los hijos

1º.- Amaréis a vuestros padres sobre todas las cosas.


2º.- No pronunciaréis con rabia o con despecho el nombre de vuestros padres, ni les llamaréis o insultaréis con apelativos despectivos.


3º.- Santificaréis las fiestas como os han enseñado, dedicando al Señor lo que es del Señor. Y tampoco hace falta que vuestra música perturbe a los vecinos o que vuestras fiestas y reuniones saquen de casa al resto de la familia.

 

4º.- Honraréis a vuestros padres respetando su modo de ser y respetando sus ideas sin burlaros de sus gustos, de sus vestidos, de sus peinados, de sus chistes y de sus recuerdos sentimentales.

 

5º.- No mataréis las esperanzas que vuestros padres tienen puestas en vosotros, ni desearéis que se mueran para quedaros libres de su tutela y de su vigilancia.

 

6º.- No cometeréis actos impuros de deslealtad, de desconfianza, de hipocresía con vuestros padres; ni pretenderéis que ellos comprendan vuestros trapicheos, vuestras promiscuidades y acaso vuestras cochinadas.

 

7º.- No hurtaréis su dinero, su tabaco, su licor, sus corbatas, sus zapatos, sus vestidos o sus pulseras, ni robaréis zalameramente el cariño del uno indisponiéndole con el otro.

 

8º.- No mentiréis jamás a vuestros padres aunque el decir la verdad os cueste otro sermón, otro castigo u otra pérdida de vuestra asignación semanal.

 

9º.- No desearéis padres extraños, débiles o idiotas que traguen impávidos vuestros embustes, que reciban indiferentes vuestras turbias explicaciones, que permitan insensibles y ausentes vuestras borracheras de libertad.

 

10º.- No codiciaréis los padres ajenos por ricos que sean, por automóviles que compren, por tontos que parezcan y por calzonazos que puedan ser.

 

Por extraño que os parezca, todos estos mandamientos también se reducen solamente a dos: amaréis a Dios sobre todas las cosas, y amaréis a vuestros padres como a vosotros mismos.

Valentín Galindo

 

Valentin Galindo
Comentarios al autor
Valentín Galindo
olgagalindo@ub.edu

No hay comentarios:

Publicar un comentario