Septiembre-Octubre
Esta santa imágen fue el estandarte con que proclamó la Independencia, en el año de 1810, el señor cura Hidalgo, reza la leyenda detrás del estandarte.
Al llegar los insurgentes al pueblo de Atotonilco, el cura Miguel Hidalgo tomó la imagen de la Virgen de Guadalupe que se hallaba en la sacristía del santuario y la puso en manos de sus improvisados soldados, para que la llevaran como estandarte e insignia de su movimiento.
Símbolo inconfundible de la identidad mexicana, la misma presencia mariana que enciende el comienzo del esplendoroso mestizaje colonial, que es reconocida como la cohesionadora de las multitudes en la lucha de la Independencia, de una España gobernada no precisamente por amigos de la Iglesia, representa ahora la verdadera esperanza para formar un carácter mexicano capaz de afrontar las guerras internas contra los poderes de la corrupción y descomposición social que muestran violentamente su rostro en el país.
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