Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

domingo, 7 de febrero de 2021

Eduardo Bonnín, una breve biografía



Una breve biografía
Eduardo Bonnín Aguiló nació en Palma de Mallorca ( España ) el 4 de Mayo de 1917 en la casa residencia familiar, situada en plena Plaza España, en el seno de una familia católica dedicada al comercio y exportación semi-mayorista de granos y frutos secos. .
Era el segundo de 10 hijos del matrimonio D. Fernando Bonnín Piña y Dª Mercedes Aguiló Forteza.
Sus primeros estudios fueron en la Escuela Francesa, en el colegio de La Salle y su formación intelectual se dio con los Padres Agustinos, y sobre todo con profesores que sus padres contrataban en su domicilio familiar.
Pero Eduardo decía que el primer profesor que tuvo en su vida fue su abuelo Jorge. Él fue quien le inculcó el amor por la lectura. Eduardo estaba convencido de que: “nada influyó en mí tanto como el obstinado y siempre creciente interés por la lectura”.
En el año 1936, tuvo una experiencia determinante en su vida: el servicio militar obligatorio, simultáneamente entraron en su vida dos fuentes de conocimiento contrapuestas: la realidad, a través del contacto directo con el hombre profano del batallón, y el idealismo, a través de sus libros.
Providencialmente cae en manos de Eduardo el texto de un discurso que el Papa Pío XII había dado a los párrocos y cuaresmeros en Roma. Fue el 6 de febrero de 1940. El santo padre impulsa a buscar caminos “nuevos”, diferentes a los habituales, para hacer que todos, pero muy especialmente los alejados conozcan el Amor de Dios.
De esta inquietud surge un texto-el esquema “Estudio del Ambiente”-que elaboró Eduardo
Tres principios se convierten en las directrices básicas del pensamiento de Eduardo: Cristo, La amistad y La persona, especialmente los alejados.
A pesar de no pertenecer todavía a la Acción Católica, Eduardo fue invitado al primer Cursillo de Adelantados de Peregrino, que se celebraban con la finalidad de lograr interesar a los jóvenes en el ideal de peregrinar a Santiago de Compostela. Eduardo no quiso ir ya que la forma de ser y de actuar de sus componentes no le movían a formar parte de ella.
José Ferragut convenció a Eduardo para que participara en el segundo “Cursillos de Adelantados de Peregrinos” que se celebró en 1943 en el Santuario de Lluch. Vio en aquellos jóvenes un estilo y un talante desenvuelto y alegre que le convenció. Sin embargo Eduardo pensaba que no era solamente para ir a Santiago para lo que había que preparar a los asistentes, sino para la vida.
El momento crucial de la génesis de los Cursillos de Cristiandad es la fase inmediatamente posterior a aquella Semana Santa de 1943, en que Eduardo relaciona lo vivido en el Cursillo de Peregrinos con sus inquietudes personales más profundas y con su experiencia catalizadora de los ambientes descristianizados. Llegó a la conclusión de que algo a la vez similar y diferente de aquel Cursillo de Adelantados de Peregrino, podría conseguir dinamizar en cristiano no sólo un acontecimiento determinado-como la Peregrinación a Santiago-, sino la vida normal y diaria de los ambientes reales y concretos.
Ese mismo año de 1943 Eduardo expuso en público por primera vez, en el Seminario Diocesano de Mallorca, su “Estudio del Ambiente”
En este clima, y proyectando a la realidad su esquema de Estudio del Ambiente, Eduardo pensó y elaboró-desde se experiencia del Cursillo de jefes de Peregrino- todo un método que sirviera para fermentar en cristiano las personas y ambientes “alejados”, y para revitalizar en profundidad los más próximos.
Quizás el punto de inflexión en su actitud la marcara la intervención que tuvo Eduardo por invitación del Rdo. D. Sebatián Gayá, en 1944, en la “Escuela de Propagandistas” que este último dirigía, y en la que Eduardo expuso el esquema que había preparado como tema final de “su” método, el que pasaría a integrar el rollo de “Cursillista más allá del Cursillo».
Se celebró el primer Cursillo según los esquemas de Eduardo en un “chalet” de cala Figuera de Santanyí, en Mallorca (España), entre el 19 y el 23 de agosto de 1944.
El Director Espiritual de este primer Cursillo de Cristiandad de la historia fue el Reverendo D. Juan Juliá, actuando de “rector” Eduardo Bonnín y de “profesores” Jaime Riutort y José Ferragut.
Aquel encuentro tuvo ya todos los elementos esenciales del Cursillo de Cristiandad, con la excepción del primer y el último de los temas tratados, que no se conformaran definitivamente en el método hasta la década de los 50.
Eduardo ha afirmado muchas veces que desde este cursillo de Cala Figuera, en todos los demás ha seguido utilizando físicamente los mismos esquemas, materialmente los mismos papeles, queriendo así certificar que aquel fue íntegramente un auténtico Cursillo.
El segundo Cursillo de Cristiandad tuvo lugar en el Santuario de San Salvador, en Felanitx, también en la zona sur de la isla como el anterior y se celebró en septiembre de 1946, actuando de Director Espiritual nuevamente D.Juan Juliá; de “rector”, el propio Eduardo Bonnín; y de profesores, Antonio Ruíz y Guillermo Estarellas, dos dirigentes juveniles de Acción Católica.
Al acto de clausura del Cursillo de 1946 asistió ya el Consiliario diocesano Sr. Dameto, en lo que constituyó sin duda el primer espaldarazo que la iglesia diocesana, como tal, dio al nuevo sistema
El tercer Cursillo de la historia se celebró en 1947, del 16 al 20 de abril, dirigido espiritualmente por D .José Estelrich, con Eduardo Bonnín de rector y un solo profesor, José Seguí.
En 1948 fueron dos los cursillos que se impartieron con el nuevo método, y en fechas muy próximas entre sí. El primero de ellos se dio en Semana Santa, y en él dirigió el “retiro espiritual” el Padre Amengual y asumió la dirección espiritual el Padre Bartolomé Nicolau, mientras actuó de rector José Ferragut, integrando su equipo de profesores Eduardo Bonnín, Bartolomé Riutort y Juan Mir.
El siguiente Cursillo tuvo lugar en el mes de abril, también de 1948, bajo la dirección espiritual compartida de D. José Estelrich y D. Miquel Sastre, siendo su rector nuevamente Eduardo Bonnín, y profesores Onofre Arbona y Antonio Salvá.
Los Cursillos de Cristiandad empezaron en agosto de 1944 y se oficializaron y enumeraron a partir del celebrado el 7 de enero de 1949 en la ermita de San Honorato. Dicho “cursillo nº 1” tuvo por Director Espiritual a D. Guillermo Payeras y por rector a Eduardo Bonnín.
La aceleración histórica que se produjo en 1949 obligó a Eduardo a reflexionar nuevamente en profundidad, para que la afluencia y la cantidad de cursillistas no impidiera la sedimentación de esos grupos de amistad que consideraba ya desde 1944 como lo más esencial del poscursillo. De esta reflexión surgió casi de inmediato el diseño metodológico de la “reunión de grupo”.
La asamblea anual de 1949, que tuvo lugar en noviembre, incluyó una ponencia sobre Grupos, que zanjó definitivamente la cuestión, incorporando la reunión de grupo semanal como elemento específico y esencial del método.
La semilla de cursillos se ha expandido por el mundo y Eduardo ha ido tras ella, fertilizando y fermentando los ambientes en los que está llamada a crecer. “No tengo un cuenta-kilómetros en los pies” es algo que le gustaba decir a Eduardo para no repasar el itinerario internacional de su vida y para escabullirse de la significación que le daba el haber proclamado el Evangelio por todo el mundo. Eduardo estuvo tres veces en China. En 1966 viajó a Brasil, Nueva York y Perú; en el 67 a Bolivia, Costa Rica, Miami y participó el la III Convivencia Nacional de Dirigentes en Guadalajara. El 4 de mayo de 1968 acudió a la Ultreya de Fátima…En 1998, después de una década, regresó a Chile y llegó hasta Tuvulú, Santiago, Valparaíso y Termuco. También este año viajó a Bolivia, Guatemala, México y estuvo en Rávena y Padua…
En los cinco continentes hay constancia del fermento que ha producido esta semilla. Después de toda una vida dedicada al amor a Dios y a las personas, estando siempre contento, pero no satisfecho, como decía él.
El día 6 de Febrero de 2008 fallece Eduardo, fue enterrado en la iglesia de los Capuchinos y en su tumba reza lo que él siempre dijo que era: Un Aprendiz de Cristiano.

Importante reseña para ir atando cabos sobre la verdadera historia.

Publicada por FEBA en su FaceBook.

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