Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

martes, 17 de marzo de 2020

Jesús, La Samaritana y yo

Siempre que escucho este pasaje del Evangelio me recuerda mi vida pasada antes de mi encuentro con Cristo. Este domingo fue el Evangelio del encuentro la Samaritana con Cristo en el pozo de Jacob. Por esta razón decidí escribir este pequeño comentario.

Uno de los símbolos más frecuentes en la historia de la salvación es el agua. El agua es una necesidad vital y permanente, tanto para los hombres como para los animales y las plantas. El agua limpia, purifica, es vida, aunque en ocasiones es desgracia, destrucción y muerte, en las tormentas y las inundaciones… Desde el diluvio hasta el bautismo, el agua se asocia en la Biblia a la presencia del Espíritu de Dios, que purifica, da vida y recrea, como el agua, elemento tanto más estimable en tierras cálidas y secas. En el Nuevo Testamento el evangelio insiste en esta relación entre el agua y el Espíritu Santo.

Cristo espera a la Samaritana en el pozo. El la espera contra todos los respetos humanos porque ella es una mujer y de origen samaritana que en aquel tiempo era mal visto juntarse con este tipo de personas. Él es quien da el primer paso y nos espera donde nosotros estamos para llevarnos a donde él quiere que estemos en relación al Padre. La Samaritana inconscientemente buscaba un sentido a su vida, paz y felicidad, buscaba a Dios. Cual fue su sorpresa que encontró a Cristo quien le ofrece agua de vida. De esa agua que cuando la tomamos no vuelve a dar sed sino al contrario buscamos siempre a ser mejores personas.

Ella tiene en su interior muchas insatisfacciones y busca su felicidad en lugares donde no la encuentra. Este encuentro con Cristo, por medio del diálogo ella puede reconocer su verdad y al mismo tiempo reconoce a Cristo como el Mesías y su Salvador. Ella puede reconocer sus límites, se reconoce como una mujer no muy santa, pero que a pesar éstos límites despierta en ella ser una mujer de esperanza, que al final lo logra por su conversión.

Llena de vida por este encuentro con Cristo corre a contarles e invitar a los otros a que hagan lo mismo, que se encuentren con él.

Este episodio de la Samaritana se parece mucho a mi vida y la de muchos otros que en el pozo de Jacob, “nuestro Cursillo”, nos encontramos con Cristo. En mi caso, no estando consciente que este encuentro se iba a dar pude dialogar con el Señor, pude reconocerme pecador, pude comenzar a ver mis límites y pero también saber que tengo talentos que los puedo poner al servicio de los demás.

Recuerdo que mi momento fue cuando escuché que Dios es misericordioso y que me estaba esperando con los brazos abiertos a pesar de toda mi historia de vida.

Cuando salí de mi Cursillo con el corazón lleno de fuego y la cabeza llena de ideas me dispuse a comunicar por medio de mi testimonio de vida, que Dios en Cristo nos ama. Al mismo tiempo he tratado lo mejor posible que mantener un equilibrio en mi vida cristiana a pesar que no siempre lo he logrado.

Lo que me ha motivado servir en el Movimiento de Cursillos por más de 30 años es hacer posible que otros alejados, otros samaritanos, como yo tengan la misma oportunidad de encontrarse con Dios y poder cambiar su vida, de selvática en humana y de humana en divina.

D e C o l o r e s
Carlos Muñoz

sábado, 7 de marzo de 2020

Primera Ultreya interdiocesana Montreal mayo 2020

Con mucha alegría compartimos algunos comentarios y fotos de nuestra primera Ultreya Interdiocesana vivida anoche en la Diócesis de Montreal. Visitados por los amigos de Longueuil. Fue animada por Mario González. El rollo a cargo de Irma Pily Murillo, muchos participaron compartiendo sus vivencias, entre otros Paola Lara, Dora Nelly Flores, Jorge González, Elkin Polo, René Flores de Montreal y Claudia Vilo, Jennifer Vilo, Manuel Vilo de Longueuil. La resonancia por el P. Edgar Sis, y finalmente la oración y bendición por el P. Carlos Cana. Estuvo animada por nuestro coro dirigido por Esteban Gómez, acompañado de René Flores, Amando Gómez, Eduardo Juárez y otros. Qué gozo sentimos todos que uno de nuestros futuros cursillistas, Juan Esteban Arias, estuvo presente y compartió su vivencia, agradeciendo el cariño con el que siempre lo hemos recibido. Contamos con la esperanza de la juventud dentro de nuestros cursillistas, lo que significa que tenemos Movimiento de Cursillos para muuuuuucho tiempo. Dios es grande y seguimos comunicando la Buena Nueva, que Dios en Cristo nos ama en nuestro ambientes.
Gracias a las dos comunidades por su participación y el compartir la felicidad que sentimos los amigos cuando nos reunimos. Agradecemos a nuestro queridos sacerdotes que siempre nos acompañan, P. Carlos Cana y P. Edgar Sis. En nuestros movimientos siempre ha existido esa participación del binomio, sacerdote - laico. Somos amigos y siempre mantenemos esos lazos de amistad y fraternidad, y por qué no decirlo, familiaridad.
Todo fue realizado en un ambiente de Amistad donde se compartió la vida llena De Colores.

viernes, 6 de marzo de 2020

XVII. La intimidad y sus niveles





La amistad es la cota más alta a que ha llegado el hombre. Cuando la amistad es químicamente pura, extensión de pura gratuidad, magnetiza y fascina. Aunque casi todo el mundo se mueve por interés, sin saberlo, lo que le interesa de los otros, en el fondo, es el desinterés.

Alguien ha dicho que la quinta esencia de la amistad podría resumirse en la doble afirmación de «estoy contento de que existas; el mundo es más bello porque existes tú».

La amistad es procurar y hacer posible la libertad del otro.

Aceptar al otro como es, en toda su globalidad, sin sectorizar el concepto que tengamos de él, ni pormenorizarlo, inventariando sus carencias, sus cualidades concretas o su posición. Y ello precisamente porque la amistad exige un respeto profundo del campo de lucha del otro, del escenario interior donde se producen las concretas batallas en que uno tiene que luchas solo. La ayuda que se puede prestar al amigo no puede ser a base de dar soluciones y respuestas a preguntas que no se formulan o empujones que fuercen su decisión, ni reprimendas «cariñosas» —pero al fin y al cabo «reprimendas»— que, aún más si se saben fruto de una auténtica amistad, pueden llegar a aturdirle.

La confidencia tiene que ser recibida con respeto, como un gran regalo, y por tanto con sincero y asombrado reconocimiento, con unción atenta y desvelada atención, con ilusión.

Ahora bien, la amistad supone la clara noción de que existen distintos niveles de intimidad:

de un tú a otro tú
de un tú a un nosotros
de un nosotros a un nosotros
de un nosotros a un vosotros

En todos estos niveles, y muy especialmente en el nivel del tú a tú —que es el más importante y genuino, y cuya existencia es lo que da sentido y razón a los demás niveles— la amistad cristaliza mediante un proceso.

Este proceso, si bien tiene en todos los casos unas características comunes, en cada ocasión sigue estadios y ritmos diferentes, ya que todos ellos, en la ruta hacia su finalidad, manifiestan la radical originalidad de lo nuevo, así como la novedosa creatividad de lo que se estrena, y una visión abierta al futuro de lo que pueda ser.

La primera característica común a estos procesos de amistad es abrir brechas en la muralla de los mutuos prejuicios, «roles» y estereotipos, con los que —casi siempre inconscientemente— se ha etiquetado al otro. Las circunstancias acumuladas que siempre recubren y encubren la estructura vital del hombre, seguirán, aunque cada vez en menor medida, influyendo negativamente en la relación, hasta que ésta reciba al verdadero sentido del otro, que es su capacidad activa de amar y de ser amado.

Otra nota característica de los procesos de amistad es la importancia del impacto que produce en ambos el primer encuentro. Si en ese primer encuentro se produce una corriente de mutua admiración, la progresividad de esta corriente acelera todo el proceso. En cambio, si no se produce esta «chispa» inicial, el proceso suele ser más lento, y sólo suelen remontarlo cuando al menos uno de ellos se encuentra en disposición de conectar con la zona admirable que siempre tiene la genuinidad del otro. Pero toda relación auténtica de amistad acaba basándose y vitalizándose en una convergencia de admiraciones.

Otra característica muy frecuente en los procesos de amistad, es que unas veces al iniciarse y otras más tarde, tiende a centrarse la comunicación con el otro en «lo suyo» y «los suyos», más que en él mismo, lo que se agrava si coincide con que «el otro», a su vez, está pendiente de «lo mío» y «los míos», y no centrado en un eje integrador y dinámico. Singularmente cuando a uno le ha sucedido algo destacable, que seguro vale la pena contar, es frecuente que lo cuente y recuente tantas veces que tome el sesgo de una presunción, en lugar de ser una comunicación.

Finalmente destacaríamos como nota característica común a los diversos procesos de amistad, que en algún momento siempre suele interferir o intentar interferir en la relación amistosa alguna tercera persona que, de más o menos buena fe, desequilibra el ritmo del proceso quitando brillo a la admiración, unas veces por envidia, otras por celos y otras simplemente por paternalismo.

Aún superadas todas estas etapas, la amistad siempre es cultivo delicado, como una planta, que no puede hacerse crecer tirando de sus hojas; como una rosa, que sólo se abre a la luz y al calor que produce la dinámica del mismo proceso. La amistad es como una hucha que no debe romperse para ir a comprar una caja de cerillas.

La persona, para ejercer de tal, tiene que tener convicción y decisión. La convicción sola, produce teóricos. La sola decisión, imprudentes.

El hombre, la persona, se da siempre circunstanciada, si bien hay una corriente continua mutua y recíproca, de la circunstancia al hombre, y del hombre a la circunstancia. Los hombres se influencian siempre unos a otros recíprocamente. Cuando entre dos personas se produce una corriente de amistad y de simpatía, la influencia es mucho mayor. La influencia de amigo a amigo puede encaminarse hacia el logro de ir consiguiendo esclarecer su convicción, con el fin de que sea más lúcida. Pero, en cambio, nunca es bueno que la influencia del amigo sea empleada para empujarle a una decisión, porque las consecuencias que se derivan de una decisión errada, van a caer todas sobre el que ha tomado la decisión, no sobre el que le forzó a tomarla.

Fragmento de: Eduardo Bonnín y Francisco Forteza. “Evidencias Olvidadas”. Apple Books.

martes, 3 de marzo de 2020

NADIE EN CURSILLOS DE CRISTIANDAD PUEDE PRESCINDIR DEL CARISMA FUNDACIONAL

Editorial De Colores 

Ni el OMCC, ni el Secretariado Nacional, ni los Secretariados ni Escuela Diocesanas, ni ningún dirigente tendría que dejar de lado el Carisma Fundacional del MCC. Lo que sucede es que justamente ha ocurrido y continua sucediendo lo contrario, y aquí, con este documento deseamos exponer a reflexión lo que está pasando, lo que se intentó trabar y se continua intentando durante años y actualmente desde Secretariados Nacionales negando (dentro de lo que pueden) la posibilidad que tiene la diócesis con el apoyo de su Obispo en cuanto a que más dirigentes conozcan mejor el Carisma del MCC. 

• Tan así ha ocurrido, que la acción desplegada desde muchos años por Eduardo asumiendo él solo el esfuerzo de un Cursillo de Cursillos, fue en su momento acompañada en vida de él por algunos dirigentes que más luego continuaron con estos Cursillos de Cursillos acompañados ellos por otros que adhirieron. A veces esos Cursillos de Cursillos tuvieron que ir con otros nombres por la presión ejercida por Secretariados Nacionales que creyeron ser los únicos que los podían realizar eran ellos. Otros que creían lo contrario, fueron realizando en muchos países Cursillos de Cursillos con autorización diocesana.  Por ejemplo en este sentido tenemos el que se llevó adelante por primera vez en una Diócesis de Cuba, reverdeciendo de este modo en este país las ideas fundacionales. Esta fue una labor de dirigentes de distintos lugares unidos a los de Cuba. Ello fue obra del sentido de amistad. 
• Ahora esto de realizar eventos de esta índole lo ha decidido el GLCC (sede en Chile) practicando desde ellos mismos Cursillos de Cursillos en Latinoamérica. Solo para dar un ejemplo, desconocemos si en estos encuentros se reconoce el primer Cursillo de la historia - 1944 - (el OMCC actual lo desconoce) o si allí se expresa que Eduardo es la persona que tuvo el papel predominante entre todos los iniciadores, (IFMCC 3ra. ed). Esto es interesante sea asumido y compartido para evitar más diferencias, ya que la misma IFMCC 3ra. ed. dice que el Carisma de un Movimiento Eclesial él Espíritu Santo se lo da a una persona concreta y de ella en el compartir va a otras.  A buena estima, hemos notado al menos en el Cursillo de Cursillos realizado en estos días por el GLCC en Argentina, una interesante y buena mentalidad, expuesta ya anteriormente y que refiere a la unidad, en la no disputa entre hermanos.
• Desde puntos de vista opuestos, las apreciaciones de que se continúen por otros caminos es factible. La realidad vuelve a presentar en la actualidad, algo que habíamos empezado a creer que habíamos superado. Mientras no se esclarezcan algunas versiones provenientes desde la Presidencia del GLCC y desde el Secretariado Nacional de Chile que cuenta con la misma presidencia en la que han manifestado su fuerte disidencia con quienes pretenden compartir el pensamiento de Eduardo Bonnín, y en cuanto al propósito de hacer conocer su persona (amigos de Feba, que es una fundación civil), parecería que todo continuara por donde se dejó de ir por algunos en tiempos recientes. 
• Dice Eduardo en relación aplicable a estas posturas, “A las cosas humanas hay que comprenderlas para amarlas; a las divinas hay que amarlas para comprenderlas”.

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