A MANERA DE PREÁMBULO
Un interesantísimo tema que recientemente el buen amigo Carlos Muñoz sacó a relucir, y que me ha incentivado a reflexionar sobre el particular, es el relativo al POR QUÉ de las "TERNAS" (así las llama Carlos) que suele emplear Eduardo para transmitir algunas de sus ideas. Carlos conjetura si en ello tiene "algo" que ver algún cabalístico número (“3”) considerado simbólicamente “emblemático” en algunas culturas, y si hace alusión o referencia a la Trinidad. No anda muy lejos de la verdad…
Eduardo, como sobresaliente pensador autodidacta que es y amplio conocedor y estudioso de las corrientes del pensamiento más avanzadas de su tiempo (los autores que han estado y van estando en la "cresta de la ola"), conoce la dialéctica, y más concretamente la dialéctica con raíces remotas en Heráclito de Éfeso, “El Oscuro” (544 – 484 a.C.), pasando por el idealismo de Platón (427-347 a. C.), primero en utilizar el término “dialéctica”, hasta llegar a Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1830).
Todo esto, valga decir de paso, en dirección opuesta a la dialéctica que sigue el materialismo histórico y la dialéctica materialista de Marx y Engels, que niegan la existencia de Dios.
Pruebas de la presencia de la dialéctica hegeliana en el pensamiento de Eduardo, las tenemos muchas, baste mencionar por ahora que habla de Cursillos como “Movimiento”, no como “organización”, rígida y estática: “Nunca nos bañamos dos veces en las mismas aguas”, “El ser es y no es” (Heráclito).
Más aún, baste el hecho de que las tres piezas del Método de Cursillos están inspiradas precisamente en los tres principios básicos (tríada) de la dialéctica:
– TESIS: PRECURSILLO
– ANTÍTESIS: CURSILLO
– SÍNTESIS: POSCURSILLO.
Quienes nos hemos dado la oportunidad de ahondar en el pensamiento de nuestro querido y admirado fundador con cierto espíritu de investigación, y tenido el privilegio de charlar con él largo y tendido de manera personal y directa acerca de estos y otros tópicos, podemos afirmar que Eduardo es proclive a presentar sus ideas en “algunos casos específicos” (no siempre) empleando ésta singular fórmula de decir las cosas a base de “TERNAS”, como las llama Carlos, si bien, hemos de hacer y marcar algunas diferencia; precisar, por ejemplo, que dicha inclinación responde a motivaciones y propósitos específicos, no siempre los mismos, por lo tanto, son según el contexto e intencionalidad en que se mueven sus ideas con relación al Método.
Atendiendo a ésta diferenciación básica de intenciones, podemos decir se trata de al menos TRES casuísticas figuras, si bien distintas, esencial y estrechamente conectadas, articuladas y concatenadas entre sí, en el contexto global del pensamiento fundacional.
A SABER:
- TERNARIOS O TERNOS;
- TERNAS O TRILEMAS; y
- TRÍADAS
Sin olvidar, valga aclarar, que dichos “vocablos” (ternas, tríadas, trilemas, etc., etc.) no son ni propios ni exclusivos de Cursillos, como tampoco de la dialéctica, se aplican según su propia y respectiva connotación a diversos campos del conocimiento humano: las matemáticas, pintura, música, química, los toros, etc., etc.
PRIMERO.- TERNARIOS O TERNOS:
En primer término, tenemos lo que para efectos prácticos denominaremos “TERNARIOS”, como expresión retórica compuesta de “tres elementos”, siguiendo la definición del diccionario de la RLE, o bien “TERNOS”, si tenemos como referencia alegórica a tres elementos de la misma o similar naturaleza, en este caso, alusivos al argot taurino, siguiendo los típicos tópicos símiles que Eduardo estila sacar y entresacar de los usos y costumbres propios del día a día, de la cotidianidad.
En este caso, la finalidad de los “ternarios” o “ternos” es puntualizar, subrayar, destacar, poner de relieve la importancia o valor de una idea a través de tres categorías distintas, de orden y valor común, con fines didácticos, a fin de facilitar la comprensión y conocimiento de una idea, que en otras circunstancias sería complicado captar y entender. De lo cual se desprende que, éste tipo de fórmulas, cualesquiera sean, nunca se dan de manera frívola e inocua, siempre hay una intencionalidad en fondo y forma.
POR EJEMPLO:
─ “El Evangelio ni pasa, ni pesa, ni pisa.”
─ “El hombre es un equilibrio de equilibrios equilibrándose.”
─ “EL hombre es un proceso de procesos procesándose.”
─ “Cada uno es cada uno y sus cadaunadas.”
─ “Ser así, querer ser así, o dolerse de no ser así.”
─ “El Evangelio y su poderos eficacia: fluye, influye y
confluye.”
─ “Que a los alejados por mal informados, por desinformados
o no informados, les llegue la noticia de que Dios les ama,”
SEGUNDO.- TERNAS O TRILEMAS:
En otros casos, se trata de lo que podríamos llamar “TERNAS” o “TRILEMAS”, en el sentido de que la idea, así inquisitivamente expuesta, coloca al cursillista ante la ineludible necesidad vital de optar.
Las TERNAS O TRILEMAS empleados por Eduardo invariablemente invitan a descubrir, elegir y decidir entre tres opciones, una de las cuales, la mejor, es más que evidente.
POR EJEMPLO:
─ “El Evangelio, como la Ultreya, no se viven ni a ratos, ni a
ritos, a retos.”
─ “El todo vale más que la suma, pero este todo vale, porque
valen todos.”
─ “A la gente de hoy, podríamos dividirla en tres grupos: unos
que presumen, otros que consumen y otros que asumen.”
─ “No suponer ningún supuesto, porque los supuestos raras
veces están en su puesto.”
PRIMERO.- TERNARIOS, TERNOS O TRIPLETAS:
En primer término, tenemos lo que para efectos prácticos denominaremos “TERNARIOS”, como expresión retórica compuesta de “tres elementos”, siguiendo la definición del diccionario de la RLE; o bien “TERNOS”, si tenemos como referencia alegórica a tres elementos de la misma o similar naturaleza, en este caso, alusivos al argot taurino, siguiendo los típicos tópicos símiles que Eduardo estila sacar y entresacar de los usos y costumbres propios del día a día, de la cotidianidad; o en todo caso "TRIPLETAS", como conjunto de tres ideas o conceptos.
En este caso, la finalidad de los “ternarios” o “ternos” o "tripletas" no es otro que puntualizar, subrayar, destacar, poner de relieve la importancia o valor de una idea o concepto a través de tres categorías distintas de orden y valor común, con fines didácticos, a fin de facilitar la comprensión y conocimiento de esa idea o concepto, que en otras circunstancias sería complicado captar y entender.
De lo cual se desprende que, éste tipo de fórmulas, cualesquiera sea, nunca se dan de manera frívola e inocua, siempre hay una intencionalidad de fondo y forma.
POR EJEMPLO:
─ “El Evangelio ni pasa, ni pesa, ni pisa.”
─ “El hombre es un equilibrio de equilibrios equilibrándose.”
─ “EL hombre es un proceso de procesos procesándose.”
─ “Cada uno es cada uno y sus cadaunadas.”
─ “Ser así, querer ser así, o dolerse de no ser así.”
─ “El Evangelio y su poderosa eficacia: fluye, influye y confluye.”
─ “Que a los alejados por mal informados, por desinformados o no informados, les llegue la noticia de que Dios les ama,”
SEGUNDO.- TERNAS O TRILEMAS:
En otros casos, se trata de lo que podríamos llamar “TERNAS” o “TRILEMAS”, en el sentido de que la idea, así inquisitivamente expuesta, coloca al cursillista ante la ineludible necesidad vital de optar.
Las TERNAS O TRILEMAS empleados por Eduardo invariablemente invitan a descubrir, elegir y decidir entre tres opciones, una de las cuales, la mejor, es más que evidente.
POR EJEMPLO:
─ “El Evangelio, como la Ultreya, no se viven ni a ratos, ni a ritos, a retos.”
─ “El todo vale más que la suma, pero este todo vale, porque valen todos.”
─ “A la gente de hoy, podríamos dividirla en tres grupos: unos que presumen, otros que consumen y otros que asumen.”
─ “No suponer ningún supuesto, porque los supuestos raras veces están en su puesto.”
TERCERO.- TRÍADAS:
Por último, tenemos lo que podemos denominar “TRÍADAS”, en expresa aplicación y referencia a los tres principios básicos en que se fundamenta y mueve el método dialéctico.
Aquí se trata no sólo de subrayar la importancia de una idea, ni de sólo optar por una de ellas, sino de interiorizar ideas y conceptos más profundos a los que se llega a través de un concatenado proceso de procesos procesándose, de un articulado equilibrio de equilibrios equilibrándose, es decir: de los principios básicos en que se mueve el método dialéctico, la dialéctica hegeliana, conocidos como "tríada":
– TESIS: Proposición de una idea o creencia;
– ANTÍTESIS: Proposición de una idea o creencia opuesta a la tesis;
– SÍNTESIS: Nueva idea en que queda contenida la tesis y la antítesis.
POR EJEMPLO:
─ Dios Padre – Dios Hijo – Dios Espíritu Santo (tríada perfecta: inmutable, eterna)
─ Precursillo – Cursillo – Poscursillo…
─ Piedad – Estudio – Acción
─ Convicción – Decisión – Constancia…
─ Singularidad – Originalidad – Creatividad
─ Ilusión – Entrega – Espíritu de caridad…
─ Tres días – Cuarto día – Quinto día...
─ Mañana – Noche – Día…
─ Vida – Muerte – Resurrección…
─ Blanco – Negro – Gris…
─ Padre – Madre – Hijo…
─ Dios – Hombre – Historia…
─ Cabeza – Corazón – Voluntad…
─ “La vida es bella, la gente es importante, vale la pena vivir.”
─ “Una acción a punto, en punta, apunta.”
─ “Valorar la vida con los valores que Dios valora, la vida cobra valor, tiene sentido y tiene sabor.
─ “Cristo es la verdad, Cristo dice la verdad y fundamenta toda la restante verdad. Él es la verdad por la que todas las cosas son verdaderas.”
A MANERA DE COLOFÓN:
Finalmente y ya para terminar ésta serie, nos gustaría hacer algunas acotaciones a manera de colofón, que bien pueden servir para puntualizar algunas ideas que consideramos necesario tener presentes,en el propósito de vivir, convivir y vivenciar el Método de Cursillos a la luz de su Carisma Fundacional: :
1. Eduardo gusta de utilizar éste tipo de recursos, siguiendo fórmulas similares que al paso del tiempo fue descubriendo, recogiendo, afinando, afilando y perfilando a través de su propia experiencia y visión de vida, que lo motivo a pensar, estudiar y rezar, a volver a pensar, estudiar y rezar, y finalmente concebir, el Método de Cursillos, siempre supuesta la gracia de Dios.
2. En todas las motivaciones que Eduardo ha tenido para seguir ésta singular fórmula de presentar las ideas, prima una intencionalidad didáctica y un expreso e inquisitivo propósito de invitar al lector a descubrir y decidir por sí mismo la respuesta y opción a seguir.
3. Es de la mayor importancia saber diferenciar entre leer frases breves, concretas y articuladas en la forma que ha quedado expuesta, y otra muy otra y distinta captar el pensamiento fundacional en toda su plenitud y globalidad, en su justa dimensión y proporción, sin despistarse y sin salirse de contexto, que es lo que de ordinario sucede cuando se olvida o pierde vista la importancia no sólo de ahondar (de ir a fondo perdido) en el conocimiento, experiencia, vivencia y convivencia del Método, sino también, lo que es sumamente importante: mantenerse fieles a la idea original, es decir: al Carisma Fundacional.
4. Circunscribirse al sólo hecho de repetir de memoria este tipo de frases, nos hace “fraseros”, cuando no “rolleros”, lo cual denota una absoluta falta de seriedad, amén de evidenciar una muy cuestionable pereza.
5. Contra lo que algunos equivocadamente creen o piensan, las fórmulas aquí expuestas, no son, ni se trata de un ingenioso juego de palabras sin sentido, con el banal e inocuo propósito de hacerse el gracioso, o impresionar, o caer bien al respetable.
6. En realidad se trata de nuevas, renovadas, revolucionarias y esperanzadoras pistas presentadas en clave de ideas fuerza, a partir de las que el cursillista puede detonar todo un proceso de procesos procesándose, hasta donde, dicho sea dialécticamente: su capacidad de convicción, determinación y constancia; su singularidad, originalidad y creatividad; su ilusión, entrega y espíritu de caridad le impulsen, en su peregrinar.
7. Una equivocada impresión en que suelen caer quienes se limitan a tan sólo un conocimiento parcial y superficial del Método de Cursillos, es suponer que éste “estilo” de presentar las ideas, se limita a tan sólo una expresión retórica superficial y simpática de las ideas, “ocurrencias” al fin.
Cuando en realidad se trata de un complicado ejercicio de discernimiento que, al decir del propio Eduardo, tiene entre su bagaje un abundante, exquisito y riquísimo contenido conceptual (“mucha miga”).
8. Pensar o creer que se conoce y se vive Cursillos con solo repetir mecánicamente una que otra “ingeniosa” frase de Eduardo, o con poner en práctica parcialidades inconexas, fragmentadas y descontextualizadas del Método, al margen de su nervio ideológico y teológico (de sus esencias, de su Carisma Fundacional), es la causa, motivo y explicación al por qué de tantos despistes y sonoros fracasos.
9. En base a todas estas consideraciones, podemos decir que el Método de Cursillos es por naturaleza y definición, un método dialéctico. Ahora bien, esto no significa que el Método de Cursillos esté regido única y exclusivamente por los principios básicos de la dialéctica hegeliana; lo es, sí, en algunos fondos y formas, no en todos y todas.
10. Y no, porque en realidad el pensamiento de Eduardo se nutre de una gran cantidad de ideas y conceptos provenientes de las más diversas corrientes del pensamiento humano, tanto de la vertiente de los hombres, como de la vertiente de Dios, lo que hace del Método de Cursillos un método “ecléctico”, en tanto que resultado de la elección y selección que Eduardo hace de diferentes elementos provenientes de ejes de pensamiento distintos, para dar paso a crear algo completamente nuevo: EL MÉTODO DE CURSILLOS, que no se adapta ni es exclusivo de ninguna realidad única preexistente; y si lo es, lo es a la universalidad del EVANGELIO.
11. Lo cual, por otra parte, tampoco quiere decir que Cursillos sea una especie de monstruo de mil cabezas, toda vez que Eduardo los concibe en forma unitaria y armónica, con notas características y signos de identidad propia; con esencia, mentalidad, finalidad y sistemática fiel al Evangelio. Todo lo cual configura y constituye lo que bien se ha definido y conceptualizado como Carisma Fundacional. .
NOTA COMPLEMENTARIA.- Otros vocablos o conceptos relacionados con el tema: tricotomía, gradación triple, triplicidad.
¡DE COLORES!...