“EMPEZANDO
EL 4º DÍA”
Bartolomé Arrom Gual
Tras el aplauso al Señor y el canto De Colores en las clausuras de los
Cursillos, empieza el 4º día de Cursillos.
Desde siempre, o desde casi siempre, así han llamado al postcursillo.
Así lo hemos llamado, desde que yo conozco el postcursillo.
El 4º día es tan enorme … que abarca toda la vida de un
cursillista
El 4º día es tan necesario ... que, si no se vive, los tres
primeros días del Cursillo habrán sido extraordinarios, pero, en el mejor de los casos, el cursillo quedará
como un recuerdo.
Tomeu Arrom, cursillista del 49, sintió la necesidad de decirlo. Y lo
escribió.
Tomeu, cursillista de “pro”, pensó en la mayoría de cursillistas y lo
escribió en el lenguaje de la sabiduría popular, en el lenguaje del hombre de
la calle, en el lenguaje que entendemos todos, en el lenguaje de la sencillez.
Tomeu Arrom, doctor en amistad,
compuso un diálogo en clave de amor.
Así sale “EMPEZANDO EL 4º DÍA”, … como una cosa pequeña.
Lo de las cosas pequeñas no es una ingenuidad de niños.
Cosas pequeñas son el grano de mostaza, la levadura, la hostia del
Sagrario.
Las cosas pequeñas son algo así
como … “detalles” que mueven voluntades.
“EMPEZANDO EL 4º DÍA” es una cosa pequeña, un detalle, que sale … de
un poco de Fe y un poco de sentido común, como la mentalidad de Cursillos, como
lo Fundamental Cristiano.
… aunque, en el caso de Tomeu, sale de mucha Fe y de mucho sentido
común.
Yo encuentro la finalidad de “EMPEZANDO EL 4º DÍA” … en la portada.
La portada es una foto con vida.
Ha salido … demasiado clara, por culpa de la técnica, pero
tiene vida.
El hijo de Tomeu Arrom está indicando que el lugar en el que los
cursillistas han de dar testimonio del Amor del Señor Jesús es …
… en el mundo en donde se vive: ya
sea en tierra, mar o aire….
… en ese metro cuadrado en el que el cada uno se mueve.
“EMPEZANDO EL 4º DÍA” es una cosa pequeña…para llevarla en el
bolsillo.
“EMPEZANDO EL 4º DÍA” es una cosa pequeña…para leerla cien
veces.
“EMPEZANDO EL 4º DÍA” es una cosa pequeña…para regalarla siempre.
PRESENTACIÓN
Arsenio Pachón Gómez
Salón de Capuchinos
14 Julio 2010.
PRÓLOGO
La Fundación CURSILLO DE COLORES me pide unas palabras
de presentación para "Empezando el 4° día".
Mi presentación, en primer lugar, será un tributo de
agradecimiento al Señor Jesús, en la persona de Eduardo Bonnin, fundador de los
Cursillos de Cristiandad, y en el autor de este "cuarto día", en el
argot de los Cursillos, mi gran amigo y de largo recorrido, Bartolomé Arrom,
(del cursillo n° 13, celebrado en Montesión de Porreres, en septiembre de
1949).
El autor ha sabido condensar en un sabroso diálogo, el
que introduce a la persona recién salida del cursillo en el inmenso e
inconmensurable "cuarto día", que abarca hasta el final de nuestra
aventura humana, ese camino apasionante que es nuestra vida en el seguimiento
de Jesucristo acompañados por los hermanos.
También quiero ofrecerlo como testimonio de gratitud
por esta Reunión de Grupo que Bartolomé Arrom, Pedro Riera y el que firma mantuvimos
con Eduardo Bonnín durante más de 45 años ininterrumpidamente y de la que vamos
recogiendo abundantes frutos, ya en
nuestra tercera juventud.
Por lo que invito al lector a disfrutar con la lectura
de este diálogo pausadamente y con la ilusión que con gran acierto nos conduce
el autor.
Creo que con nombrar a Bartolomé Arrom Gual queda
total y exhaustivamente hecha la presentación.
Jaime Galmés Tous
Cursillo n° 68 -Diciembre de 1952
Santa Lucía. Mancor del Valle
INTRODUCCIÓN
Después de los tres días durante, los que se
desarrolla un Cursillo de Cristiandad, empieza el cuarto día, que va a durar
toda la vida si los cursillistas han captado y hecho suyo el mensaje recibido.
Miguel es un cursillista del último Cursillo de
Cristiandad y Jaime lleva ya muchos años viviendo esta experiencia. Por esta
razón el primero ha pedido al segundo que le informe sobre algunas cuestiones
que juzga fundamentales sobre las que tiene algunas dudas. El diálogo que se
establece entre ellos tiene esta finalidad y supone que Miguel tiene la
experiencia de los tres días del Cursillo y que, por lo tanto, no se parte de
cero. No se trata, pues, de ofrecer unos conocimientos básicos sobre Cursillo
de Cristiandad a quienes no los han experimentado, sino de esclarecer y
remarcar ideas y principios ya conocidos.
DIÁLOGOS
EN EL CUARTO DIA
- ¿Cómo has empezado el cuarto día?- preguntó Jaime a
Miguel mientras se saludaban efusivamente como sólo lo hacen los que se alegran
realmente de verse.
- Muy bien, aunque no siempre las realidades de la
vida transcurren como uno desea y nos encontramos con pequeños inconvenientes
que nos desequilibran demasiado.
- Esto es normal, amigo Miguel, nada ha cambiado
durante los tres días del cursillo. Tú has cambiado pero el mundo sigue igual.
- Pienso que tendré que cambiar más todavía porque
sospecho que esto no ha hecho más que empezar. Quisiera que me ayudaras porque
me siento un poco novato en este "negocio".
-Todos somos novatos cuando intentamos ser cristianos.
Mi amigo Eduardo, de quien seguramente has oído hablar, se definía como un
"aprendiz de cristiano". Quien toma aires de "veterano" es
que no ha entendido nada
-No obstante, me gustaría que me explicaras algunas
cosas que no veo del todo claras. Acepto en mí el hecho de la fe. Esto es tan
nuevo en mi vida que me siento, en ciertos momentos, como sobrecogido. No estoy
seguro de si antes la tuve o no, ahora es distinto, sé que la tengo porque la
quiero tener.
- Ya sabes, "La fe es tanto creer en lo que no se
ve, como dar un nuevo sentido a lo que se ve". La fe impregna toda la
vida.
- Pero, Jaime, seguramente tú has tenido dudas alguna
vez.
- Naturalmente que sí. Uno debe ser sincero consigo
mismo y no dar por buenas explicaciones que no satisfagan; pero te voy a decir
una cosa: cuando se tienen dudas por razones intelectuales o se está
escandalizado por el comportamiento de ciertos cristianos más o menos
significativos, no debemos preocuparnos demasiado, porque sus dudas pueden ser
nuestras dudas y sus escándalos nuestros escándalos. Los que realmente deben
preocuparnos son los que han echado a Dios de su corazón. A la fe hay que
merecerla porque no supone ausencia de lucha y esfuerzo; pero, si la aceptas, te
vas dando cuenta de que, al crecer en ti, ella misma se justifica con
insospechadas evidencias. El milagro existe. Los milagros físicos suceden
raramente y siempre los hay que niegan lo que para otros son evidencia, pero
los milagros morales, la conversión de los hombres por la gracia de Dios, son
hechos frecuentes en las comunidades cristianas realmente vivas.
-Quisiera que fuera así- dijo Miguel- Continúo
sintiéndome muy contento, pero a veces tengo dudas sobre el futuro.
- No te preocupes; si se toman las medidas adecuadas
no hay por qué tenerlas. Ya sabes: Reunión de Grupo y Ultreya.
- He observado, Jaime, que algunos, desde el primer
momento, parece que tienen una actitud vacilante y no se acaban de decidir.
- Todos son libres y pueden hacer lo que quieran. Los dirigentes
de su cursillo tienen la obligación, durante algún tiempo, de reiterar su
invitación, porque, si no lo hicieran así, convertirían el cursillo en un hecho
esporádico en nuestras vidas sin que éstas se vieran transformadas. No se trata
de un deseo de ingerencia en su intimidad, sino sólo de ayudar a las expectativas
que cada uno se haya formado. Yo creo que los dirigentes, no sólo pueden, sino
que deben insistir durante el tiempo que la prudencia aconseje, porque, si no,
los Cursillos habrían sido un castillo de fuegos artificiales y un fraude, haciendo
promesas sin aportar los medios necesarios para cumplirlas. Eduardo decía que
los tres días del Cursillo sin Ultreya y Reunión de Grupo era como si uno
montara un collar de perlas y, después de tenerlas engarzadas, se olvidara de
hacer el nudo que las sujeta a todas. Otra cosa sucede cuando el nuevo
cursillista manifiesta con toda claridad que no está para la labor y quiere
mantenerse al margen. Entonces hay que respetar su decisión, permaneciendo
íntegro, no obstante, el valor de una amistad dispuesta a recordar con su
presencia una experiencia difícil de olvidar. Siempre queda tiempo para una
libre decisión que, desde luego, se va a respetar.
- Observo que el respeto a la libertad es algo
fundamental en el Movimiento de Cursillo- dijo Miguel
- Es que sin libertad- contestó Jaime- el hombre deja
de ser hombre. La conversión tiene lugar precisamente en el punto en que la
gracia de Dios y la libertad del hombre se encuentran. La gracia, se decía al
principio del Cursillo, debe ser consciente y creciente, pero, en todo caso,
debe provenir de una libre decisión. Siempre debe ser así y los fracasos ya
están previstos en la parábola del sembrador: la escasez de tierra, las malas
hierbas, los pájaros que se comen la semilla y la tierra buena y profunda
juegan su papel junto a la libertad.
- Me ha gustado este conversación- dijo Miguel a Jaime
mientras se despedían-. Me gustaría repetirla.
- Cuando tú quieras- contestó Jaime-. Me llamas y
quedaremos de acuerdo.
LA
REUNION DE GRUPO
Jaime y Miguel se vieron por segunda vez en un bar del
centro de la ciudad. Miguel, después de dar un sorbo a su humeante café, dijo:
- Me gustaría que hoy hablásemos un poco de la Reunión
de Grupo. A pesar de lo que nos dijeron en el Cursillo y en la primera Ultreya,
me quedan varias dudas. ¿Existen dos clases de Reunión de Grupo, verdad?
Jaime hizo un gesto un poco dubitativo antes de contestar.
- Yo diría, para que queden las cosas más claras, que
existen no sólo dos, sino tres clases de Reunión de Grupo. En el fondo, sólo
existe una manera de hacerla, sólo cambian las circunstancias.
- ¿Son igualmente importantes las tres?
- Yo diría que no- contestó Jaime- La primera, la que
nunca debe faltar, es la que haces "con quien quieres". Debe montarse,
a ser posible "en caliente" después del Cursillo, con los que más te
ilusione hacerla. Quizá, por las circunstancias personales de cada uno, debas
hacer algunos tanteos hasta conseguir tus propósitos.
- ¿Cuántos deben formar una Reunión de Grupo?
- La experiencia enseña que un mínimo de tres y un
máximo de cinco es lo mejor. Con menos de tres falta ambiente y con más de
cinco se pierde la intimidad en la comunicación.
- Esto parece casi de sentido común.
- Y lo es- contestó Jaime- Todo cristiano debe
compartir de alguna forma el cristianismo que vive. A esto, que es tan viejo
como la Iglesia, los Cursillos sólo han añadido que la forma más profunda de
convivencia es la amistad. La Reunión de Grupo sólo proporciona un cauce apto y
garantizado para hacer posible este "convivir el cristianismo". Es
tan importante esta convivencia que Eduardo decía que no se hacen Reuniones de
Grupo para enviar gente a Cursillos, sino que se hacen Cursillos para que se
formen Reuniones de Grupo. Si los Cursillos pretenden dar la mejor noticia, la
de que Dios nos ama, transmitida de persona a persona por el mejor medio, que
es la amistad, la Reunión de Grupo constituye la mejor manera de hacerlo.
- Tú, claro, debes tener una Reunión de Grupo de esta
clase.
- Sí, y desde hace más de cuarenta años.
- ¡Cuarenta años ...! le interrumpió Miguel entre
sorprendido y admirado.
- Si, cuarenta años, y te puedo asegurar que cada
semana espero con ilusión el momento de hacerla.
- Desearía encontrar una Reunión de Grupo así
- Lo conseguirás, no lo dudes, si realmente te lo
propones.
Los dos callaron por un momento mientras tomaban
algunos sorbos de café. El que rompió el silencio fue Miguel.
- Me has dicho que existen otras dos clases de Reunión
de Grupo
- Realmente la segunda no es diferente de la primera.
Lo único que cambia es que en vez de ser tú el que busca a alguien para
hacerla, eres tú el buscado y encontrado por alguien que tiene ilusión de
hacerla contigo. Por esto se llama Reunión de Grupo "con quien
debes". Si tú crees que tu tiempo disponible te lo permite y puedes
aportar tu ilusión, es natural que aceptes la propuesta, sin olvidar nunca que
tu deber de cristiano seglar es el de atender debidamente a las áreas de amor,
trabajo y diversión que te debes a tí mismo y a los tuyos, sin convertirte en
un "profesional" del Cursillo. Otra vez debo citar a Eduardo, que decía
que las "quijotadas" que hacemos no deben estropear nuestra
normalidad, pero que debemos hacer el suficiente número de
"quijotadas" para que nuestra normalidad sea posible. Por lo demás,
estas Reuniones de Grupo "con quien debes" son exactamente iguales en
su formación, funcionamiento y finalidad a las que se hace "con quien
quieres"
- Estoy intrigado por saber cual es la tercera clase
de Reuniones de Grupo. No consigo imaginar como puede ser.
- Antes de continuar creo que conviene resaltar que
esto de diferentes clases de Reunión de Grupo es sólo una manera de hablar.
Como has visto, la primera y segunda manera de hacerla son exactamente iguales,
sólo cambia el papel que ha desempeñado una persona al iniciarla. En cuanto a
la tercera clase de Reunión de Grupo, tú ya la has hecho varias veces: es la
que se hace al principio de las Ultreyas.
- ¡Ah, claro, tienes razón!
- En este caso las circunstancias cambian la finalidad
de la Reunión. Lo que se busca, sobre todo, es conocer al mayor número posible
de personas que asisten a la Ultreya. La mecánica de la Reunión es la misma,
pero, naturalmente, no es necesario llegar al grado de intimidad a la que se
llega con los amigos con los que te reúnes habitualmente. Por esta razón
carecen de la condición de estabilidad que caracteriza a la Reunión propia y
personal de cada uno. En este caso lo conveniente es hacerla con personas
diferentes cada semana.
- Supongo que podrías decirme muchas más cosas sobre
la Reunión de Grupo.
- Si, pero, de momento, creo que, aunque ya lo sepas, basta
añadir que el esquema de la Reunión de Grupo lo forman “la invocación”, "la
hoja de servicios", "el momento más cerca de Cristo", "el
éxito", "el fracaso", el "plan" y la “acción de
gracias”. La experiencia te irá enseñando el significado de cada una de estas
partes. Quizá sea conveniente aclarar que la "hoja de servicios"
sirve para que nos demos cuenta de las veces que, pudiendo hacerlo, no hemos
"repintado" el alma de acuerdo con el propósito que voluntariamente
decidimos en el Cursillo, y de ningún modo es ocasión para publicar pecados o
algo parecido, que sólo en la confesión se deben manifestar; o sea, sirve para
decir cuando no hemos "repintado" el alma, pero nunca cuando nos la
hemos "despintado". Para todas las dudas que tengas, no olvides que
el Evangelio y el sentido común juntos son capaces de resolver muchos
problemas. Podría añadir, por ejemplo, que la Reunión de Grupo debe reunir las
condiciones de seriedad, sinceridad, regularidad y sigilo, cuyo significado
creo es más que evidente. Si se hace así y nadie se constituye en jefe o cabeza
del Grupo y nadie pretende dar lecciones ni sermonear a los demás, te aseguro
que la amistad irá creciendo y la ilusión de encontrarse irá en aumento con los
años y así nuestro encuentro con Dios a través del Señor Jesús y la cotidiana
aventura de ser cristianos serán los temas permanentes de esta reunión de
amigos que constituye la Reunión de Grupo.
- Como si estas cuestiones que has mencionado – añadió
Miguel – fueran las aficiones comunes que nos mueven a reunirnos para hablar de
ellas, del mismo modo que otros lo hacen para hablar de fútbol o de pesca.
- Esto es, Miguel. Te aseguro que no hay temas más
apasionantes que los que te he mencionado; aunque nadie nos impide –añadió
Jaime alegremente – comentar también el partido del domingo o exagerar un poco
el tamaño del último pescado que hayamos cogido.
Los dos amigos se despidieron con la promesa de un
próximo encuentro, no sin que antes Jaime recordara a Miguel que la próxima
Ultreya sería en martes y no en lunes, como era costumbre, por ser el lunes
festivo.
ULTREYA.
Miguel estaba enfermo de gripe, de modo que esta vez
Jaime fue a su casa para hablar un rato de algunos de las cuestiones que tenían
pendientes. Jaime pudo conocer a la mujer de Miguel y sus dos hijitas. Después
se instalaron cómodamente en la salita.
- ¿Crees que podemos dejar el tema de las Reuniones de
Grupo por finalizado?- preguntó Miguel.
- Después de hacerla algunas semanas se te habrán
terminado las dudas que te puedan quedar - contestó Jaime-. Más que saber sobre
ellas hay que vivirlas, y te puedo asegurar que con ilusión, entrega y espíritu
de caridad es la cosa más sencilla del mundo, porque están en la zona de lo
vital y la amistad, donde todo es simple. Igualmente sucede con la Ultreya.
- He asistido a las dos que ha habido después de mi
Cursillo y me ha gustado participar en ellas. No es frecuente un lugar en donde
un hombre corriente y normal cuente a un grupo de personas cómo vive su propia
vida y sea escuchado con la atención y el interés con que se le escucha allí.
- Es que en la Ultreya prevalece el valor de la
persona y no el de los roles o personajes. Cualquiera que quisiera hacer valer
en ella sus títulos o posesiones se autodescalificaría por sí mismo; se sentiría
incómodo sin saber por qué. Algunos dejan de asistir arguyendo diversos
motivos, pero en el fondo lo que sucede es que no se sienten suficientemente
valorados por aspectos que pertenecen al personaje y no al valor de la persona.
Te pondré un ejemplo: una vez hice Reunión de Grupo con dos jóvenes; uno tenía
un título universitario y el otro era maletero. Te aseguro que fue el segundo y
no el primero el que mejor había comprendido lo que se pretende en la Reunión
de Grupo y el que despertó la admiración de los demás, universitario incluido.
- Voy entendiendo la actitud que se requiere para
vivir la Ultreya y como uno puede pasárselo bien en ella, pero ¿cómo la
definirías, si es que una cosa tan vital tiene definición?
- La definición que pides está hecha desde hace muchos
años y es muy sencilla: "La Ultreya es la reunión de Reuniones de
Grupo". Y si quieres una definición más funcional, tienes esta otra: "la
Ultreya es el lugar donde se vive lo que se dijo en el Cursillo y donde todos
pueden ver desviviéndose a los que lo dijeron"
- Según voy entendiendo, la Ultreya no es un lugar
donde prevalezca la pasividad, el ir a remolque.
- Lo has entendido muy bien; al menos no debería
serlo. Además de la alegría de encontrarnos, cada uno puede sentirse tan
protagonista como quiera, aunque sin olvidar nunca el buen sentido; nadie debe
erigirse en maestro ni empezar a dar consejos que no se le piden. Allí somos
amigos, nunca maestros. Estamos para ayudar, escuchar y comprender, no para
enseñar, aunque sí para aprender de los testimonios que nos ofrecen las vidas
de los demás. Si se tiene la debida sensibilidad siempre hay motivos para
admirar. Eduardo decía:"¿Dónde miras que no admiras ?"
-Vamos a ver, cuando llego a la Ultreya, ¿qué debo
hacer?
-Creo que lo primero es hacer lo que se hace cuando
varios amigos se encuentran: celebrar el encuentro y hacer aquellos comentarios
totalmente espontáneos que siempre se hacen. Después, lo mejor es buscar una
Reunión de Grupo que se esté empezando para incorporarse a ella o empezar otra.
Ya sabemos que estas Reuniones, que se hacen en la Ultreya, son ocasionales en
cuanto a sus componentes, cada semana con personas diferentes, a fin de que se
vayan conociendo el mayor número posible de los participantes de la Ultreya,
aunque no pasa nada si se repite alguno o algunos de la Reunión de la semana
anterior. Después pasamos a la sala de rollos.
- A mí me asustaría un poco hablar delante de tanta
gente.
- Estamos entre amigos y un rollo no es una
conferencia ni un discurso.
- ¿Y cuál es la diferencia?
-El discurso suele tener una intención estética, la conferencia
la tiene intelectual y el rollo, vital; el primero pretende deleitar, la
segunda instruir y el último comprometer. Si uno habla de lo que vive, lo que
dice siempre interesa. Ni el tono retórico, ni la exposición magistral, ni la
lectura de una redacción ayudan a la finalidad del rollo. Además, éste debe ser
breve. Salvo casos excepcionales, no debe pasar de veinte minutos. Y si sólo
dura quince, mejor. He escuchado rollos maravillosos que sólo han durado cinco
o diez minutos.
- Después del rollo siguen las intervenciones de los asistentes,
¿no es así?
- Efectivamente, pero todo el mundo puede estar
tranquilo porque siempre se avisa anticipadamente. No se trata de hacer otro
rollo, sólo un breve comentario sobre algún aspecto que más haya llamado la
atención, destacando las posibles coincidencias con el rollista y evitando que
nuestra admiración se convierta en retahíla de alabanzas que suenan a “jaboneo”.
Después de las intervenciones, el que dirige la Ultreya, u otro, comunica las
noticias, tales como fechas de los cursillos en preparación, "eventos",
ultreyas en los pueblos, etc. etc. Para finalizar las intervenciones, un
sacerdote pone el punto final recalcando los aspectos que le han parecido más
importantes de todo lo dicho. Finalmente, pasamos a la capilla.
- Me he fijado- dijo Miguel- que mientras hacemos este
traslado se forman verdaderas tertulias.
- Con frecuencia, antes de abandonar la sala de
rollos, se advierte que se pase rápidamente a la capilla con objeto de no
retrasar el final. No hay que olvidar que muchos desean llegar lo más pronto
posible a su casa, porque allí les esperan obligaciones urgentes e ineludibles;
pero, al mismo tiempo, también es verdad que en este preciso momento algunos se
ven por primera vez y hay muchas ganas de saludarse y hacer los comentarios que
no pudieron hacerse antes del rollo. Ante este dilema, lo mejor es guiarse por
la caridad y el buen sentido y dejar para otro momento algunos comentarios.
Miguel vaciló un poco, pero al fin se decidió a
preguntar:
- Me gustaría que me dijeras cual es el criterio más
importante para no perder de vista este “buen sentido”, que has mencionado.
- Debes tener en cuenta, Miguel, que la verdadera
esencia de la Ultreya es encontrarnos con los demás. Este encuentro hace que se
abra en el interior de cada uno la caja de resonancia de la vivencia del
Cursillo, que pretende recuperar la emoción y el vuelco interior que se produjo
entonces, de modo que, aunque su brillo se haya difuminado y se haya perdido su
“letra”, se recupere la “música” de la vivencia por la que Cristo se manifiesta
en él.
- Me gusta esto de la letra y la música. Creo que
tienes razón, lo que no hay que perder nunca es la música.
Jaime asintió y siguió explicando el desarrollo de la
Ultreya, diciendo:
-Ya estamos todos sentados en la capilla. Entonces el
que dirige la Ultreya empieza su oración rogando por las necesidades que le han
comunicado antes: enfermedades, exámenes, momentos difíciles por los que
algunos pasan, próximos cursillos en Mallorca u otras partes del Mundo etc.
- ¿No sería mejor celebrar una misa por todas estas
intenciones?- interrumpió de pronto Miguel.
- La comunidad cursillista asiste a misa en muchas
ocasiones, por ejemplo, todos los miércoles por la mañana estamos invitados
para asistir juntos a esa misa en la iglesia de los Capuchinos de Palma, pero
no creemos que la Ultreya sea el momento apropiado. Estamos allí para otra
cosa. Si queremos asistir a misa tenemos muchas otras ocasiones, pero ahora
estamos en la Ultreya con un tiempo limitado para celebrar la alegría de
encontrarnos.
- Ahora lo comprendo mejor. Te confesaré que de algún
modo presentía la explicación que me has dado.
- Es el buen sentido, del que te he hablado ya, el que
nos hace ver a veces la oportunidad de las cosas anticipándose a las razones.
- Y al final ... -preguntó Miguel.
- Lo sabes tan bien como yo: rezamos un padrenuestro,
generalmente cantado, y, finalmente, se canta el "De colores"
-Algún día tendrás que explicarme de donde sale esta
canción.
-¿Por qué no se lo preguntas al que la descubrió para
los Cursillos?. Se llama Guillermo Estarellas y viene siempre a la Ultreya. A partir de entonces se tuvo la
feliz ocurrencia de simbolizar la gracia de Dios con los colores que nos
alegran la vida.
- El próximo día me gustaría que me lo presentaras.
Ahora quisiera hacerte una última pregunta: ¿la Ultreya y la Reunión de Grupo,
crees que son indispensables?
- Todo depende de cual sea tu propósito. El Cursillo,
los tres días, son sólo el principio de un camino. Si tú quieres recorrerlo
necesitas de la amistad y la compañía de otros que también quieren recorrerlo.
Esta amistad y compañía se concretan en la Ultreya y Reunión de Grupo
semanales. Dios está contigo cuando concretas tus propósitos y, en cambio, el
diablo nos tienta siempre con abstracciones y divagaciones teóricas. Si quieres
saber cómo lo veo personalmente, te diré que la experiencia de mi amistad con
el Señor Jesús y con los hermanos sostienen el núcleo de la fe que da sentido a
mi vida.
- ¿Y qué pasa si uno no hace reunión de grupo ni
asiste a la Ultreya?
- En Cursillos decimos que no hacer algo que
deberíamos hacer sólo se puede suplir por la pena de no poder hacerlo. Quiero
decir con esto que, si hay circunstancias personales, laborables o familiares que
imposibilitan la asistencia, el ingenio de cada uno encontrará la manera de
suplir estas ausencias con la ayuda de los amigos del Cursillo o la Ultreya.
- ¿Y si no se asiste porque no hay suficiente interés?
- En este caso, si los tres días del Cursillo se
consideran un objetivo en sí mismos y se olvida el cuarto día, lo más probable
es que su recuerdo se vaya diluyendo con el tiempo y se conserve sólo como un
grato momento de amistad y compañerismo que ha tenido escasa influencia en la vida.
Ten en cuenta, como ya te dije, que el Cursillo se hace primordialmente para
que haya personas dispuestas a hacer Reunión de Grupo y convivir en las
Ultreyas, y no se hacen Reuniones de Grupo y se celebran Ultreyas para enviar
personas a Cursillo. Para muchos, el Cursillo es un empujón decisivo para
emprender el camino que nos lleva a sentirnos amados por Dios, pero sería
presuntuoso y falso decir que es el único camino posible.
- O sea, que el Cursillo reducido a tres días es sólo
un principio.
- Exactamente. Lo has dicho muy bien. Como decía
Fernando Bonnín, el hermano de Eduardo, los hay que del Cursillo sólo se llevan
un recuerdo, algo que ha llamado su atención, como si fuera un florero o un
cuadro, (una amistad, una idea) Al principio lo colocan en un lugar destacado
de su casa, pero después, a medida que se va recubriendo de polvo, lo van
olvidando, hasta que un día termina en el baúl de los recuerdos, a no ser que
una circunstancia que sacuda su ser le haga recobrar actualidad y se acuda a él
como un recurso para dar sentido a una situación imprevista. Siempre es posible
que estos cursillistas inicien en cualquier momento de su vida la conversión
que dejaron de hacer cuando tuvieron la oportunidad del Cursillo, como una
resonancia del mismo; aunque yo creo que este es un camino ocasional y que
siempre será mejor empezar seriamente a partir del Cursillo.
- También me lo parece a mí – contestó Miguel con una
sonrisa de asentimiento mientras se despedían.
ESENCIA,
FINALIDAD,
MENTALIDAD
Y ESTILO
Esta vez Jaime y Miguel se vieron de nuevo en el bar
de siempre, que estaba casi a igual distancia del domicilio de los dos. Se
sentaron y, como siempre, pidieron un café.
- Vistos la Reunión de Grupo y la Ultreya, supongo que
no debe quedar mucho por conocer de los Cursillos .
- ¡Hombre!- contestó Jaime- realmente la Reunión de
Grupo y la Ultreya son los dos pilares fundamentales que se necesitan para que
un cursillista empiece a funcionar, pero existen otros temas cuyo conocimiento
ayuda mucho a seguir en el camino emprendido.
- ¿Por ejemplo...?- preguntó Miguel
- Hoy me gustaría que hablásemos un poco de cuatro
cuestiones que pueden ir juntas: esencia, finalidad, mentalidad y estilo de los
Cursillos de Cristiandad.
- ¿Y esto no es un poco "elevado"?- preguntó
Miguel remarcando esta última palabra
- Ya verás como no es así. El único peligro podría ser
que el que lo explica quisiera dárselas de intelectual y empezara a emplear
palabras raras. Si esto me ocurriera a mí, me avisas.
- Descuida, que lo haré - contestó Miguel sonriendo.
- Vayamos por orden, pues. Empecemos por la esencia.
Yo diría que la esencia es el contenido más vivo y vital de los Cursillos. Tú,
que ya empiezas a conocerlos, entenderás la siguiente definición: los
Cursillos constituyen un método encaminado a la comunicación jubilosa de ser
cristiano. Hemos de demostrar al mundo que el Cristianismo es alegría,
confianza y una continua acción de gracias. Ten en cuenta que la mejor manera
de hacer candidatos para ir a un Cursillo es que alguien te diga: "Estoy
sorprendido por verte siempre tan feliz. Algo te ha sucedido. Dime lo que tengo
que hacer para que me pase lo mismo que a tí".
- Te comprendo, Jaime. Esto vale más que todos los
sermones.
- En el fondo no se trata más que de pasar de la
doctrina del Cuerpo Místico de Cristo a vivirla, a pasarla a la vida en vivo y
en directo.
- En cuanto a la finalidad, casi me parece que la
adivino.
- Claro. Lo primero que debemos preguntarnos es qué
problemas queremos resolver. Los hombres parecen muy diferentes si comparamos
diversas culturas y tiempos, pero, en el fondo, todos huyen de sus miedos y se
dirigen hacia sus aspiraciones; y nosotros debemos ofrecerles un ideal capaz de
satisfacerles. Nuestra finalidad es ofrecer al hombre un cauce para su
transformación para que él pueda después transformar al mundo. El mundo se
transforma si cada uno de nosotros transforma el metro cuadrado donde le ha tocado
vivir.
- Me imagino que se puede decir mucho más sobre la
finalidad, pero ya tendremos otras ocasiones. Pasamos a…
- La mentalidad- dijo Jaime.
Lo primero que quisiera decirte es que no hay que confundirla con una
ideología.
- No veo muy bien la diferencia.
- Las ideologías están cerradas sobre sí mismas y
aplican a un todo lo que sólo es aplicable a una parte. Se ofrecen como el
remedio universal de todos los males. Absolutizan una verdad que sólo es
relativa. Como sería el caso de un partidario de la medicina natural que
quisiera curarlo todo con infusiones y cataplasmas de hierbas.
- Lo entiendo. La mentalidad no es una ideología, pero
entonces ¿qué es la mentalidad?
- Entendemos por mentalidad la plataforma de ideas,
valores y creencias desde la que se piensa. Es propio de una persona, de un
grupo o de una cultura determinada. Nosotros, los cursillistas tenemos
nuestra mentalidad.
- Y que es ...
- Te voy a decir sus rasgos más importantes. En primer
lugar la seglaridad. El cursillista busca la realización de su fe a
través de su quehacer en el mundo: la profesión, el amor, la familia, la
amistad y la diversión. Otro aspecto es la universalidad. Los Cursillos
pretenden que su mensaje se dirija a lo esencial del hombre y, por lo tanto,
interese a todos. Por esto hemos huido siempre de la especialización. No hay
Cursillos para empleados, para universitarios etc.
- Lo que dices ayuda a comprender por qué en Cursillos
no valen los roles ni los personajes.
- Exactamente. Otro rasgo es la normalidad, o
sea, que nunca se pretende sacar a alguien de su propio ambiente, sino que dé
testimonio de su fe donde siempre ha vivido. Después está el interés por el
hombre concreto. En Cursillo no se habla nunca del hombre como algo abstracto,
sino del hombre y la mujer con nombres y apellidos. Finalmente, los Cursillos
pretenden atender a las necesidades más fundamentales del hombre, por lo
que se busca que la persona se encuentre consigo misma, con Dios y con los
demás, para que este triple encuentro le sirva para encontrar un nuevo sentido
a su vida.
- ¿Se termina aquí la mentalidad?
- No, falta lo que podríamos llamar el centro mismo de
la mentalidad, sus raíces más profundas, que parten de lo fundamental cristiano,
que es una sola idea y una sola realidad: Dios nos ama. Se identifica
con la gracia de Dios o con nuestra adhesión personal a Cristo. En el fondo de
nosotros mismos es donde nos encontramos con Dios como una experiencia personal
y tenemos plena conciencia de nuestra libertad. Cristo es Dios en la Historia,
es Dios con rostro humano; es Dios vivo, amigo y cercano. La historia de mi fe
es la historia de una amistad; mi amistad con Cristo Jesús.
- Lo entiendo. El Cristianismo no es una doctrina, ni
una moral, es, sobre todo, un Dios hecho hombre: Jesucristo.
- Eso es. Esta visión simplifica muchas dudas y da a
nuestra fe un sentido único que no se encuentra en ninguna otra religión
- Ahora sólo nos falta el estilo.
- Podríamos decir que el estilo es una manera de
expresarnos normalmente, nuestro acento particular. D. Antonio Pérez, a quien
tú conoces, dice que a los cursillistas se nos conoce por nuestro acento galileo,
haciendo alusión a lo que dijo la criada a Pedro al oírle hablar en el patio de
Caifás.
- Llevo poco tiempo, pero creo que ya conocería a un
cursillista en cualquier lugar por su forma de expresarse.
- Es así. Nuestro estilo se manifiesta en nuestros
rollos, en nuestras Ultreyas, en nuestras preferencias y en nuestro
vocabulario; es una nota sintomática y reveladora de que un determinado
contenido vital ha encontrado su expresión adecuada en un momento determinado.
Como dice Eduardo en “Historia de un Carisma”: “Estilo es la manera de vivirlo.
Es la gracia de Dios hecha gesto, detalle, expresión de lo que se vive con
espontaneidad, alegría y entusiasmo”
- ¿Ha cambiado el estilo a través de los años?
- No sé qué decirte. Si te refieres únicamente al
estilo, es natural que ciertas expresiones y maneras de decir las cosas de
siempre hayan cambiado en el transcurso del tiempo; pero hay que ser precavido
en esta cuestión, porque alguna vez nos encontramos con alguno que, llevado por
deseos de originalidad, quiere hacer cambios sin haber averiguado antes por qué
las cosas están como están. Con esta actitud se puede estropear, además del
estilo, muchas otras cosas.
- Una vez – dijo Miguel – leí una frase que me gustó.
Decía que, para modificar una cosa, lo primero que hay que hacer es conocerla y
amarla.
- Creo que la frase vale muy bien para el caso –
contestó Jaime -. Aplicada a los Cursillos – continuó diciendo – significaría
que debemos conocerlos y vivirlos sin olvidar nunca el espíritu seglar que está
tanto en los orígenes como en las raíces más profundas de su esencia y
mentalidad.
- Supongo que esta cuestión se podría alargar mucho.
- Desde luego, pero como se trata de algo que no nos
afecta directamente para nuestro propósito de ir progresando en el cuarto día,
si te parece, podemos darla por zanjada.
Como los dos amigos estuvieron de acuerdo, se
despidieron hasta un próximo encuentro.
UN POCO
DE HISTORIA: EDUARDO
Hacía un día espléndido, de modo que Miguel y Jaime
decidieron hablar mientras daban un largo paseo. Apenas habían empezado a
caminar cuando Miguel dijo a Jaime:
- Me gustaría, Jaime, que me contaras como empezaron
los Cursillos de Cristiandad. Tengo curiosidad por saber como surgió la primera
idea y, a grandes rasgos, cómo se desarrolló después.
- Comprendo tu curiosidad. Yo no fui testigo de los
primeros momentos, pero sí de los que inmediatamente les siguieron, de modo que
tengo la suerte de haber conocido a sus protagonistas.
- ¿Cómo fue que empezó todo?
- Verás, Miguel - siguió diciendo Jaime,- creo que,
como ha sucedido en otras ocasiones, concurrieron en un mismo momento unas determinadas
circunstancias históricas y un hombre que tuvo la feliz intuición de ver en
ellas unas posibilidades que otros no fueron capaces de ver.
- Supongo que este hombre a que te refieres es Eduardo.
- Exactamente. Casi todos los descubrimientos han
tenido un origen parecido: muchos han visto lo mismo, pero sólo uno ha sabido
aprovechar la ocasión. Tanto es así que me gusta contar esta historia como el
encuentro de un devenir histórico y un hombre. Esta circunstancia histórica que
acontece al principio de los Cursillos es la “Peregrinación Nacional de Jóvenes
a Santiago de Compostela". A partir de ahora seguiré el libro "Historia
y Memoria de Cursillos" del que fue autor mi amigo Francisco Forteza, que
fue un extraordinario cursillista que murió siendo joven todavía. Lo haré sin
mencionar en cada caso el origen de las citas porque me parece que en nuestra
conversación esto está fuera de lugar. Veamos pues lo que nos dice
"Xisco", como le llamábamos nosotros.
"Ya durante la etapa republicana de España, la
juventud de Acción Católica preparó una peregrinación nacional a Santiago de
Compostela, que quería ser sin duda una demostración, frente a las
organizaciones de masas laicizantes y anticlericales dominantes en este periodo
de nuestra historia, de que la Iglesia también tenia capacidad de movilizar
masas juveniles masculinas. Por inseguridad pública, primero, y por el estallido
militar después, la peregrinación fue repetidamente aplazada.
Lo cierto es que el objetivo cuasi político, que sin
duda tenía la Peregrinación Nacional a Santiago, se convirtió en algo más
trascendental gracias a la singularidad personal y a la profunda fe de Manolo
Aparici (que fue el Presidente Nacional de la Juventud de A.C. y después
sacerdote y consiliario de la misma).
Aparici y sus más directos colaboradores diseñaron
unos cursillos que primero llamaron "de Jefes de Peregrinos" y
después de "Adelantados de Peregrinos", que pretendían reorientar la
peregrinación hacia un contenido real de fe, con el objetivo de conseguir
"100.000 jóvenes a Santiago, en Gracia". Junto a esta labor, desde la
revista "Signo"- órgano del Consejo Nacional de los Jóvenes de Acción
Católica de España- se completaba la estrategia preparatoria de la
peregrinación, que exigía de los líderes diocesanos "de provincias"
un profundo cambio de mentalidad y de método."
Hasta aquí, Miguel, he seguido casi literalmente lo
que nos dice Xisco en su libro para describir el ambiente que se respiraba en
aquel momento. Yo no pude ir a la peregrinación por razones familiares, pero
viví intensamente este clima de preparación, y te puedo asegurar que las
razones políticas, si en algún momento las hubo, fueron olvidadas y superadas
por motivaciones de una fe entusiasta que todo lo invadía.
Estas eran las circunstancias en un momento
determinado. Ahora nos falta el otro elemento, el hombre capaz de aprovecharlas
para llevar a cabo un proyecto personal y singular: Eduardo.
Eduardo Bonnín Aguiló nació el 4 de mayo de 1917 en el
seno de una familia católica dedicada al comercio. Tuvo nueve hermanos. De
ellos recuerdo muy especialmente a dos: Fernando que fue sacerdote obrero,
misionero en América y párroco de Binissalem y que terminó trabajando con
entusiasmo en los Cursillos después de haber estado cierto tiempo algo alejado
de ellos y Jorge, el hermano que me gustaría llamar "el hermano ignorado"
o el "hermano callado". Era un hombre de una gran bondad y
comprensión, dispuesto siempre a suplir, en los quehaceres del negocio
familiar, a su hermano Eduardo cuando éste atendía las frecuentes visitas de
cursillistas que iban a verle en el almacén que la familia tenía en la calle
del Sindicato. Más tarde, cuando los Cursillos se expandieron por el mundo,
Jorge continuó con su sempiterna colilla en los labios, haciendo él solo el
trabajo de dos durante los viajes de Eduardo. Los viejos cursillistas estamos muy
agradecidos a Jorge por lo que hizo y dejó hacer.
"Eduardo cursó estudios con los PP. Agustinos y
en el colegio La Salle de Palma, y sobre todo con profesores que sus padres contrataban
al efecto para que impartieran a sus hijos los programas escolares vigentes en
su propio domicilio. Por tanto, Eduardo se educó en un ambiente de fe católica
profunda, y de una forma aislada, en contacto prácticamente tan sólo con los
ambientes afines a su familia y con los ambientes rurales de la Isla que correspondían
a la actividad del comercio familiar y que, siendo menos religiosos, no eran
menos tradicionales que el familiar. Quienes le trataban por entonces le
recuerdan como un joven adolescente de gran inquietud cultural y religiosa,
brillante en su comunicación con los demás a pesar de su aparente timidez, y
dotado de un gran sentido del humor". Muchos años después conocí, como
compañero de trabajo, a un amigo suyo de aquellos tiempos, Antonio Jaume Salvá.
Al comentar con Eduardo que trabajaba con su antiguo amigo, me dijo: "Con
Antonio siempre se nos ocurría hacer cosas que no eran habituales para la mayor
parte de la gente”.
Debido a la guerra civil, “Eduardo iniciará una
experiencia que entiendo (dice Xisco) resultó esencial en su vida: la
prestación del servicio militar obligatorio, que, aunque se inició en plena guerra
civil española, no le exigió combatir en el frente, gracias a prestarlo en
oficinas". “Su vida de soldado se prolongará anormalmente durante nueve
años, por razón del papel preponderante del ejército en la inmediata postguerra
y por la proximidad de la II Gran Guerra, en Europa. A través del ejército,
Eduardo Bonnín pasó bruscamente de vivir en unos ambientes tradicionales y
cerrados a relacionarse con todas las clases sociales y con la realidad más
auténtica de la juventud masculina de esa época.
En resumen, Bonnín llegó en esos años a la conclusión-
que resultaría trascendental- de que el hombre "normal" que le
rodeaba en el cuartel, pese a vivir en unos ambientes no solamente descristianizados,
sino clara, aunque calladamente, hostiles a la religión católica, conservaba
sin embargo intactos una serie de valores y comportamientos netamente
evangélicos, más cristianos, a su parecer, que los imperantes en los ambientes
"píos" que tan bien conocía".
Como ves, amigo Miguel, ya tenemos los dos elementos
que nos faltaban para que se produjera la chispa que encendiera la hoguera: un
determinado ambiente y un hombre. Ten en cuenta que, hasta este momento,
Eduardo no pertenecía a la juventud de Acción Católica. ¿ que pasó entonces ?
Así lo sigue contando nuestro amigo Xisco:
"En este ambiente, el entonces presidente de los
Jóvenes de A.C. de Mallorca, el arquitecto José Ferragut, necesitaba encontrar
personas con capacidad de liderazgo, cuando "descubrió" al inquieto
Eduardo Bonnín, que no pertenecía a A.C., y con el que consiguió una importante
sintonía de inquietudes desde sus primeras entrevistas. El Bonnín de su período
militar, según me indicó años más tarde un testigo de primera mano,
"estaba siempre leyendo un libro y estaba siempre de buen humor", dos
cosas que chocaban evidentemente en el ambiente de indolencia de nuestros
cuarteles de postguerra. Estos rasgos -autodidacta, y por tanto poco
convencional, y optimista- parecían a Ferragut los más indicados para
protagonizar en Mallorca el nuevo estilo "peregrino" que Manolo
Aparici impulsaba y casi exigía desde Madrid. Porfiando, Ferragut venció la
resistencia de Bonnín, y le convenció a que asistiera al segundo de los
"Cursillos de Jefes de Peregrinos" que el Consejo Nacional de Jóvenes
de A.C. impartió en Mallorca en el Santuario de Lluch, en la Semana Santa de 1943” . Allí Eduardo encontró un
posible cauce para desarrollar lo que serían los Cursillos de Cristiandad.
- Como irás viendo, amigo Miguel, Eduardo aprovecha el
formato de los Cursillos de Peregrinos, pero les da un contenido y una
finalidad muy distintos.
"Bonnín relaciona lo vivido en el Cursillo de Peregrinos
con sus inquietudes personales más profundas y con su experiencia catalizadora
de los ambientes descristianizados. Llegó a la conclusión de que algo a la vez
similar y diferente de aquel Cursillo de Peregrinos, podría conseguir dinamizar
en cristiano no sólo un acontecimiento determinado- como la peregrinación a Santiago-
, sino la vida normal y diaria de los ambientes reales y concretos."
Eduardo recogió esta idea y la incorporó al texto que
estaba elaborando, que había titulado "Estudio del ambiente", y que terminó
en este mismo año de 1943.
Eduardo, de un modo casi insensible, ingresó en las
filas de la A.C. en donde encontró una gran acogida y un excelente clima para
proyectar a la realidad su esquema del "Estudio del Ambientes"
mediante un método que sirviera para fermentar en cristiano las personas y
ambientes "alejados" y para revitalizar en profundidad los más
próximos.
Como vas viendo, aunque los cursillos de Eduardo
aprovecharon unas formas de los anteriores, existían grandes diferencias. En
primar lugar, "Eduardo llegará a la conclusión de que en la vida normal
casi nadie dispone de una semana entera para interrumpir sus actividades, por
lo que debía comprimir el método en un máximo de tres días y medio. Rehizo
todos y cada uno de los temas que impartían los seglares, aun aquellos cuyo
título era coincidente (Piedad, etc.) para adaptarlos a la mentalidad del no
creyente e imbuirlos de los principios expuestos en el "Estudio del
Ambiente". En cuanto a la conducción del ambiente, alteró sustancialmente
los cometidos del equipo de profesores, cuidando de que aparecieran al servicio
de los asistentes y no segregados de ellos. Para mí, sigue diciendo Xisco, no
cabe ninguna duda de que el Cursillo de Cristiandad nació de este trabajo de
Bonnín de repensar de arriba a abajo el Cursillo de Jefes y Adelantados para
adaptarlos a un fin radicalmente distinto y a una mentalidad que juzgó también
radicalmente innovadora."
Las primeras dificultades de Bonnín para que le
dejasen poner en práctica su novedoso método, se centraron en su pretensión de
que un mismo sistema hubiera de servir para personas de diferentes niveles
culturales y sociales y para gentes descreídas y gentes con fe". Esta fue
la primera piedra de escándalo que Eduardo tuvo que vencer. En la Historia de
los Cursillos hubo otras que ahora nos parecen completamente superadas, pero
que en su momento costaron esfuerzos y oraciones. Por ejemplo: la misma reunión
de grupo, cursillos de mujeres, etc.
“Todos estos esfuerzos condujeron a la celebración del
primer Cursillo que tuvo lugar en un chalet de Cala Figuera de Santanyí, en
Mallorca, entre el 20 y el 23 de agosto de 1944, actuando de rector Eduardo Bonnín
y de profesores Jaime Riutort y José Ferragut."
- Creo, amigo Miguel, que es hora de finalizar este
capítulo que quizá se ha alargado demasiado. Sólo falta decir que los Cursillo
dieron su salto a la Península en 1953 con un Cursillo en la diócesis de
Valencia; poco después a Terrasa y Tarragona. De la mano de Bernardo Vadell
pasaron a los E.E U.U. Más tarde, y sin entrar en detalles, se expandieron por
todo el mundo. En la Ultreya he visto cursillistas ingleses, alemanes, portugueses,
coreanos, australianos, sudamericanos de diferentes nacionalidades, canadienses
etc. etc.
- Jaime, te quería hacer una pregunta. Según tu
historia, no me cabe duda de que los Cursillos nacieron gracias al esfuerzo y
constancia de Eduardo y, por lo tanto, si alguien puede llamarse fundador es
él, ¿no te parece?
- A tu pregunta contesto con las mismas palabras con
que he contestado a otras parecidas: Existe una profunda y evidente conexión entre
Eduardo y los Cursillos de Cristiandad. Creo sinceramente que quien lo niegue,
o es que no conoce bien los Cursillos, o es que no conoció a Eduardo. Siempre
he pensado que tuvo y tiene colaboradores, pero ninguno de ellos fue
estrictamente necesario. Con otros habría obtenido fundamentalmente los mismos
resultados. pero los demás sin él no habrían conseguido los Cursillos que
conocemos. Podría citar muchos de estos colaboradores, tanto de la primera hora
como posteriores. Ten en cuenta que, a través de los años, somos muchos los
cursillistas que hemos aportado algo que permanece en el patrimonio común de
los Cursillos, Si quieres conocer los nombres de los que acompañaron a Eduardo
al principio, te aconsejo el libro de Xisco, que te he mencionado, en el que
describe muy bien el papel que cada uno desempeñó.
-¿Se terminan aquí nuestras entrevistas, amigo Jaime?
- No me gusta terminar nada cuando hablo de Cursillos de Cristiandad. Todo lo que te he dicho
pertenece a mi historia personal, a algo que de un modo u otro he vivido.
Cuando nos volvamos a ver podremos seguir contándonos cosas porque la historia
sigue mientras estemos nosotros para ir escribiendo nuevos capítulos.
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