Espiritualidades hay muchas y muy diversas.
Por ejemplo podría mencionar la espiritualidad franciscana, dominicana,
jesuita, budista, islámica, etc. Pero la espiritualidad cursillista es única y
muy evangélica porque se deriva del mismo bautismo. El Señor me llamó a un
Cursillo de Cristiandad para decirme que Me Ama. En este Cursillo
tomé conciencia de mi Bautismo, por medio del cual hacía muchos años había sido
incorporado al Cuerpo Místico de Cristo. La toma de conciencia de mi bautismo
me abrió el horizonte y me hizo un hombre alegre por sentirme Hijo del Padre,
Amigo de Cristo y Templo vivo del Espíritu Santo.
El hecho de haber puesto a Cristo en el
centro de mi vida me dio una alegría tremenda. Cristo en el eje de mi vida me
ha ido permitiendo que poco a poco lo que hago, lo hago en su nombre. Trato de
que todo tenga un sabor cristiano, sin decirlo con palabras muchas veces, pero
en voz alta con mis actitudes. Con actitudes que a la larga harán un cambio en
el ambiente. En otras palabras en mi metro cuadrado. Cristianizando así mi
mundo. Es para mí como una reacción que se desprende de una acción. Cristo en
el centro lo hará todo cristiano. Por medio de mi bautismo tengo la vocación a
la santidad. Cosa que en mi caso no es fácil pero con “El ¿quién contra
mi?”. Comprendí que debo de anunciar con mi testimonio de vida que Cristo
esta vivo, cercano y es atractivo.
Mis facciones se relajaron. La sonrisa
apareció en mi vida. Recuerdo que por formación tenía prohibido sonreír y ahora
comprendo que con una sonrisa puedo decir todo lo que deseo, hasta lo menos
agradable. Con una sonrisa hago amigos. Con mi sentido del humor rompo barreras
y puedo llegar a la persona y decirle que es agradable para mí. He comprendido
también que esta sonrisa me ha dado la oportunidad de admirar a mi prójimo.
Admirarlo porque se que él es un hijo de Dios y todo lo que hace Dios yo debo
de admirarlo porque está bien hecho. Como diría alguien: “¿Qué miro que
no admiro?”.
En mi Cursillo viví los tres encuentros:
conmigo mismo, con Cristo y con los demás. Sentí que el encuentro con Cristo me
ayudó al inicio de ser un hombre libre. Libre de la esclavitud del pecado,
libre de mi oscuro pasado y libre porque me siento amado por Dios. Hoy en día
estoy seguro que nadie me puede encerrar en ninguna parte, mismo con los
mejores deseos que se tengan. La libertad es lo más preciado que tengo por ser
hijo de Dios. Claro esta que en la vida no estoy solo y mi libertad llega hasta
donde la libertad de mi prójimo comienza.
Después de haber vivido mi Cursillo lo único
que me ha preocupado es llevar la Buena Nueva que Dios nos ama a las personas
que me rodean en mi diario vivir. Para lograr este propósito he desarrollado mi
creatividad y he hecho algunos cambios en los ambientes donde he vivido, por
ejemplo en mis trabajos. Mi creatividad siempre ha ido dándose dependiendo de
las necesidades que he visto en las personas a mí alrededor. He visto que en la
sociedad donde vivo hace falta respeto a la dignidad de la persona. En todos
lados estamos considerados como un número que produce y cuando lo deja de hacer
se cambia por otro más rentable. He tratado de hacer tomar conciencia a los
demás que tenemos una dignidad como personas, que valemos la pena no solo por
lo que hacemos pero también por lo que somos.
Esta creatividad no solo ha sido puesta al
servicio en mi vida personal sino que también dentro del Movimiento de
Cursillos que tanto bien me hace. He sido observador de las necesidades que se
tienen y he presentado proyectos realizables que ayudarán a mi crecimiento
personal como también del Movimiento. Doy gracias a Dios de darme la
oportunidad de ser útil dentro de nuestro movimiento y de poder utilizar
también mis talentos en mi vida cotidiana.
Todo esto ha sido motivado por el Espíritu
Santo. Estoy consciente que la relación íntima que mantengo con Dios es lo que
me inspira e ilumina mi vida. Tengo una comunicación diaria con El por medio
del ofrecimiento de mis obras. Durante mi día de trabajo todo lo que hago
siempre pienso que lo estoy haciendo con la iluminación y protección de Dios.
Algunas veces no tengo éxito inmediato debido a circunstancias que no están en
mi control. Pero al pasar el tiempo logro buscar la solución si en caso la
tiene sino comprendo como dice la oración: “Dios concédeme la Serenidad
para aceptarlas cosas que no puedo cambiar...Valor para cambiar aquellas que
puedo y Sabiduría para reconocerla diferencia...”.
Esta relación con Dios como ya lo dije es
esencial en mi vida. Comprendo que esta enfocada por medio de mi conocimiento
de unas verdades, dogmáticamente sustentadas y cordialmente sentidas. Mi
integración a Cristo exige mi entendimiento para conocer y asimilar el don de
Dios y su proyección en todas las cosas. A pesar de ello he logrado entender que
el cristianismo no está en el mucho saber, sino en el mucho amar. Este
conocimiento irá forjando en una convicción sólida que influirá esencialmente
en mi decisión de tomar partido por Cristo como mi líder.
Mi condición personal de ser alguien
inquieto, creativo y aventurero me impulsa a tener una vida muy activa.
Progresivamente a partir de mi Cursillo estas acciones han sido como una
consecuencia de mí ser cristiano. Mis acciones son cada vez más eficaces por
que se desprenden de la conciencia de ser un bautizado cristiano. Siempre tengo
presente algo que he repetido mucho que dice: “hay algunos que hacen
por parecer, otros parecen porque hacen pero lo más importante es hacer porque
se es”. Un amigo dice lo mismo con otras palabras: “Se ha de
procurar centrar el concepto de acción en su punto preciso, para que no derive
hacia un “ser sin acción” que llega a “no ser”, a una acción sin “ser” que
llega a no ser acción”.
Para terminar quisiera decir que mi
espiritualidad cursillista se deriva de mi bautizo y confirmación donde se me
explicó que soy miembro del Cuerpo Místico de Cristo, que Dios me dio los
talentos para ponerlos al servicio de las personas que tengo a mí alrededor.
Teniendo a Cristo en el eje de mi vida soy un hombre feliz. Gracias a Dios en mi
Cursillo me dieron las herramientas para ser un cristiano equilibrado por medio
de mi trípode: Piedad, Estudio y Acción. Además como medios de perseverancia se
me sugirió tener un grupo de amigos íntimos con quienes poder compartir mi vida
cristiana periódicamente. Un grupo de amigos donde nos sentimos amados y
hacemos el camino en compañía. Una Reunión de Grupo que permite hacer nuestro
Cursillo perenne.
Pero hay algo que no podría dejar de decir,
que durante mi caminar como cursillista he tenido siempre el apoyo de mi
querida familia. Menciono especialmente a mi esposa Sonia quien ha tenido la
confianza y me ha brindado su apoyo incondicional en todos mis proyectos. Una
confianza en Cristo sabiendo que he estado siempre empeñado en sus cosas y
haciendo lo posible por engrandecer el Reino de Dios donde El me plantó.
Tampoco puedo dejar de mencionar a mis hijos quienes a pesar de extrañar a su
padre quien estaba de viaje debido a Cursillos me pudieron comprender.
Gracias Señor por permitir tener una vida…De Colores
Laval, Quebec, Canadá mayo 2019.
Carlos Muñoz
Carlos Muñoz