Publicación de Manuel Parra en las redes sociales
En 1955, se da un acontecimiento crucial en la vida de Eduardo Bonnín y de todos los Cursillistas: el Dr. Hervás sale de Mallorca y para sustituirle se nombra al Obispo Dr. Enciso que mediante una carta pastoral suspende todas las actividades del Movimiento de Cursillos en Mallorca.
Quién sabe si no fue el momento de prueba más grande que ha tenido Eduardo, que por un lado lo sacudió, pero al mismo tiempo refuerza y confirma la trascendencia de sus creencias, dando un valor real y definitivo a la acción apostólica, a la cual se dedicó por elección divina y por su compromiso personal.
La historia nos recuerda que todos los grandes hombres y todas las grandes obras, siempre están sujetas a grandes pruebas, los grandes desiertos, desiertos que sólo se atraviesan por auténticos milagros, Eduardo Bonnín y el Movimiento de Cursillos son parte de estos, "sujetos" a grandes pruebas. Sin duda alguna, la mayor prueba fue la que ha quedado conocida como "la pastoral del Dr. Enciso", que el 15 de agosto de 1956, con el título "Carta Pastoral sobre el Cursillo" prohíbe cualquier actividad de Cursillos. Esta carta "sacude" a Eduardo, toda la familia cursillista y una buena parte del entorno religioso de Mallorca.
Estuvo casi diez años en el desierto, del 30 de mayo del 1955 al 21 de septiembre de 1964.
Eduardo se refiere a estos momentos con gran tristeza, pero siempre con alguna descripción:
"Al Dr. Hervás ya lo habían enviado a Ciudad Real y eran tiempos del Dr. Enciso, que hizo una pastoral que nos hizo sufrir bastante." (A.C., pág. 65).
Eduardo pidió audiencia con el Sr. Bispo, diciendo: "Era mi obligación transmitir el pesar que estaban viviendo muchos cursillistas. Y nunca había visto dar tantos golpes en la mesa." "Sólo le hice una pregunta: Si un obispo me dice que yo he estado en tal fecha en tal país, y no es verdad, mi deber como católico es ¿decir que he estado o que no? Cuando él con toda lógica respondió negativamente, yo le señalé entonces lo que dice su pastoral no es verdad, señor obispo. Dio por concluida nuestra conversación gritándome: «Esto es lo que yo quiero!» (A.C., pág. 65).
Esta respuesta marcó profundamente el futuro de los Cursillos en la isla, el Obispo Dr. Enciso no quería Cursillos en su diócesis.
En aquella tesitura preguntaron a Eduardo: ¿Y ahora qué vas a hacer? "a lo que este le contestó:
"Pues obedecer porque si el que tiene que obedecer no obedece, el que manda creerá que si las cosas van mal, no es porque él manda mal, sino porque no es obedecido."
(Testimonio de Ramón Armengol)
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