¡Señor!... me convocaste al
Cursillo.
Me congregaste en el
Cursillo.
Me convertiste por el
Cursillo.
¡Señor!... me llevaste al
Cursillo.
Me diste cita en el Cursillo.
Me hiciste fi esta en el
Cursillo.
¡Señor!... me abriste el
Camino.
Me mostraste tu Amor.
Me enseñaste a Vivir.
Ahora el Cursillo... es un lugar
de mi encuentro personal conmigo
mismo; de mi encuentro tan
sorprendente contigo y mi encuentro
gozoso con mis hermanos.
Ahora el Cursillo... es el
lugar-momento de mi bautismo de fuego,
donde se me hizo clara y patente
la presencia del Espíritu Santo;
donde mi compromiso personal se
hizo consciente y tomó
forma defi nitiva.
Ahora el Cursillo... es el lugar
de mi renovación y reconciliación,
donde recibí la Palabra que
ilumina y la Gracia que recrea.
Ahora el Cursillo... es lugar
elegido por Dios para celebrar la Pascua,
donde el Señor sigue pasando en
la Pascua Permanente y donde
vivamente lo sentí y
experimenté.
Ahora el Cursillo... es el lugar donde aprendí a
comprender aquello
del Señor: "Me quedaré con
vosotros hasta el fi n".
Ahora el Cursillo... es lugar de
fi esta, donde la Iglesia entera vive,
crece y goza en Cristo, por
Cristo, con Cristo.
¡María!... presente en el
Cursillo como en Belén:
Dando a luz a tus hijos para que
tengan vida nueva.
¡María!... presente en el
Cursillo como en Nazaret:
Educando a tus hijos para que
vivan la vida nueva.
¡María!... presente en el
Cursillo como en Caná:
Haciendo felices a tus hijos para
irradiar la alegría de la vida nueva.
¡María!... presente en el
Cursillo como en el Camino a la Cruz:
Alentando a tus hijos que luchan
por superarse y avanzar en el Camino
de la Perfección.
¡María!... presente en el
Cursillo como en el Calvario:
Asumiendo el dolor de tus hijos
para que sean corredentores, unidos
a su Hijo Redentor.
¡María!... presente en el
Cursillo como en Pentecostés:
Orando con tus hijos, amando a
tus hijos, modelando a tus hijos.
Cuando se descubre a María, no se
puede vivir sin Ella.
Cuando se descubre a María, no se
puede estar sin Ella.
Cuando se descubre a María, no se
puede luchar sin Ella.
Cuando se descubre a María, se
asegura algo nuevo.
Cuando se descubre a María, se
invita a un estilo nuevo.
Cuando se descubre a María, se
adquiere una seguridad nueva.
María es presencia silenciosa y
profunda.
Toda presencia: trae algo, ofrece
algo, signifi ca algo, dice algo.
María, ubicada en el Plan
Salvador de Dios.
Tiene un valioso signifi cado que
se debe descubrir, valorar, aceptar
y vivir.
María es presencia cuando todo
parece desvanecerse y está por caer.
Los momentos más difíciles son
los que exigen una presencia
más entera, más total, más
plena.
María aparece en la Plenitud de
los Tiempos, como en las bodas
de Caná; Junto a la Cruz, como
cumplimiento de la Promesa
Salvadora; en la Iglesia naciente
de Pentecostés, inaugurando un
tiempo nuevo; aparece también en
el Apocalipsis, revestida de
sol, con la luna bajo sus pies y
coronada de estrellas, alentando
a los cristianos para el
desenlace fi nal de nuestra vida.
María es presencia cuando todo
esta penetrado de tensión, miedo, oscuridad.
Ella trae serenidad, ofrece apoyo
efi caz, contagia paz.
¡Madre!...
...que sepa esperar sin
tensiones,
...que sepa esperar sin
desesperar,
...que sepa esperar sin
rodeos,
...que sepa esperar sin
repliegues,
...que sepa esperar sin
orgullo,
...que sepa esperar sin perder
tiempo,
...que sepa esperar con
paciencia,
...que sepa esperar con
humildad,
...que sepa esperar con
apertura,
...que sepa esperar con
sencillez,
...que sepa esperar con amor.
El Cursillo me hizo esperar y
madurar.
El Cursillo me hizo esperar y
clarifi car.
El Cursillo me hizo esperar y con
felicidad.
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