Acerca de nosotros

Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.

Eduardo define así:

"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".

miércoles, 6 de febrero de 2013

Diez reflexiones sobre lo Fundamental del Cristianismo


Diez reflexiones sobre lo Fundamental del Cristianismo

1 Dificultad de Definirlo

Lo Fundamental Cristiano, por su radical simplicidad, es muy difícil, por no decir imposible, de definir y de describir, pero tal vez resulte mucho más difícil actualizarlo, pues desde que Cristo se hizo hombre lo explicitó con su vida, lo afirmó con su muerte y lo rubricó con su resurrección, nos dejó muy claro el mensaje de Dios Padre haciéndonos saber a los hombres -a todos los hombres, de todos los tiempos- que Él en Cristo, nos ama a todos. Esta es la realidad que las funda- menta todas.

2 Se da a conocer testimoniándolo

Al lado de lo que esta realidad supone, cuando es creída y vivida por el hombre, las demás realidades palidecen y se vuelven relativas. Y si esta realidad es llevada al vivir cotidiano y lo preside y orienta, las demás realidades no tan sólo palidecen, sino que se ponen en orden de prelación y en perspectiva de preferencia.
Entonces los valores que el hombre valora, valorándolos desde una perspectiva siempre nueva -la Evangélica- cobran sentido, y al ir cobrándolo, se llega a tener una visión siempre fresca, que da a la vida un talante y un vigor como de estreno, que hace ver las cosas como podemos suponer las ve Dios.
Entonces se aprende a calcular y valorar los éxitos y los fracasos que va encontrando uno en su vivir, al cambio que no cambia, esto es al cambio que va a regir el día del Juicio Final.

Extracto del libro

Colaboración en la Revista Testimonio
Eduardo Bonnín.
Ediciones 4° Día
www.cuartodia.org

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