LOS CURSILLOS. SENTIDO COMÚN
CODIFICADO
Cuántas veces hemos recurrido a ella, cuando hemos visto
que personas -hay que suponer que con la mejor intención- complicaban y aún
complican desmedidamente las cosas, apartando el Movimiento de su finalidad, y
distorsionando su método. Esto sucede siempre que los Cursillos se hacen servir
para seguir haciendo "las cosas buenas de siempre" puede que tan sólo con un
poco de mejor espíritu, pero nada más; al hacerlo así, distancian el Movimiento
de la simplicidad con que nació y ha seguido desarrollándose en Mallorca, no
obstante los obstáculos y las dificultades con que suele tropezar siempre todo
lo que, por ser vivo y por estar conectado con el mundo como es, y con las
personas como son, tiene una radical vitalidad y una renovación constante, las
más de las veces no domesticable, pero sí cultivable, que no todos, sobre todo
los hermanos mayores de los hijos pródigos, difícilmente admiten. Es que les
cuesta mucho comprender y raras veces comprenden, que los Cursillos exigen
ineludiblemente, la actitud de "saber creer", en lugar de la de "creer saber",
porque cuando se les entiende y se les atiende -por algo pretenden ser sentido
común codificado- hacen converger los esfuerzos hacia el objetivo de ir logrando
conseguir hacer pista en lo natural, para que sobre ella y desde ella, lo
sobrenatural acontezca, pero tratando de discernir que lo que corresponde a los
organizadores es solamente comunicar el mensaje, lanzar la semilla, pero no para
que crezcan flores en nuestras macetas preferidas y adornar con ellas nuestros
balcones e inspeccionar desde ellos al personal. Tampoco se deben hacer
Cursillos para encajonar su fruto y meterlo en nuestras cámaras frigoríficas,
que sirven muy bien para conservar los frutos de la tierra, pero no los del
espíritu que, evidentemente no siguen el mismo proceso. Hay que ver los
conflictos que ha originado no percibir esta evidencia.
Extracto del libro
Colaboración en la Revista Testimonio
Eduardo Bonnín.
Colaboración en la Revista Testimonio
Eduardo Bonnín.
Ediciones 4° Día
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