1944 es un año muy especial para la comunidad cursillista internacional.
Es cuando en la sencillez de un pequeño chalet de Cala Figuera en Santanyí, Mallorca España, se conjugan, el entusiasmo y visión de un joven mallorquín llamado Eduardo y el Benefactor Espíritu Santo.
Este agosto del 2020 se conmemora el 76o. Aniversario de este evento que dio inicio a un movimiento que ha marcado la vida de miles de Cristianos alrededor del mundo entero.
El grupo coordinador de Cursillos y Cursillistas quiere recordar este acontecimiento con la publicación de unas cápsulas que relatan los inicios de cursillos plasmados de la pluma de Francisco “Xisco” Forteza y Pujol y que están contenidas en el Libro “Historia y Memoria de los cursillos de cristiandad” libro indispensable en la biblioteca de quienes abanderan el carisma original.
Esperamos sea de su agrado.
El nacimiento del método
Entiendo que el momento crucial de la génesis de los cursillos de cristiandad es la fase inmediatamente posterior a aquella Semana Santa de 1943, en que Bonnín relaciona lo vivido en el Cursillo de Peregrinos con sus inquietudes personales más profundas y con su experiencia catalizadora de los ambientes descristianizados. Llegó a la conclusión de que algo a la vez similar y diferente de aquel Cursillo de Jefes de Peregrino, podría conseguir dinamizar en cristiano no sólo un acontecimiento determinado –como la Peregrinación a Santiago–, sino la vida normal y diaria de los ambientes reales y concretos.
De esta inquietud surge un texto –el esquema «Estudio del Ambiente»– que elaboró Eduardo en ese mismo año de 1943, y que expuso en público por vez primera en el Seminario Diocesano de Mallorca, durante la celebración de la fiesta de la Inmaculada Concepción de aquel año, acogiéndose a la invitación que para ello le hizo el rector de dicho Seminario, D. José Rossell.
Poco después, en el siguiente Cursillo de Jefes de Peregrino dado en Mallorca, los dirigentes nacionales de Acción Católica que lo dirigían, recibieron la propuesta de Ferragut y Bonnín de que ese esquema, «Estudio del Ambiente», se incorporara como una de las charlas a impartir. Conocedores de su contenido, aceptaron complacidos, y Bonnín, con ese texto, intervino como «profesor», comprobando que sus ideas básicas eran bien captadas en el positivo y distendido ambiente de aquel Cursillo.
Quienes hemos trabajado en Cursillos con una cierta mentalidad de análisis e investigación, hemos constatado sin posibilidad de duda que en aquel esquema de «Estudio del Ambiente» –el mismo que ha venido a constituir el primer tema del tercer día del cursillo de Cristiandad–, se contiene ya en síntesis cuanto habrían de ser, para su iniciador, los Cursillos de Cristiandad.
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