Os rogamos nos tengáis presente en vuestras oraciones durante estos días.
El Señor y Eduardo han querido que estemos en los siguientes eventos:
18-21 de febrero Cursillo de Cursillos en Budapest (Hungría) . Correo para enviar intendencia vardai.judit@ybl.szie.hu
24 Febrero Rollo Carisma, en Escuela Dirigentes de Torres Vedrá (Portugal). Correo para mandar intendencia preoeste@preoeste.pt
25-28 Febrero Cursillo de Cursillos en Terceira, isla de Las azores. Correo para intendencias faustodamaso@sapo.pt
La Virgen del Detalle os lo premiará.
Juan Ruiz y Arsenio Pachón
Eduardo, ruega al Padre por nosotros.
Acerca de nosotros
Somos un grupo de cursillistas que vivimos en Canadá y queremos ser fieles al Carisma Fundacional del Movimiento. Carisma recibido por Eduardo Bonnín, fundador del mismo. Nuestro deseo es propagar el Carisma del Movimiento. De esta manera se podrá continuar con lo que Eduardo fundó. Evitando así las desviaciones, modificaciones o agregados que con buena intensión se hacen pero que se alejan de lo que son verdaderamente los Cursillos de Cristiandad.
Páginas del blog
Eduardo define así:
"El Cursillo de Cristiandad es un movimiento que, mediante un método propio, intenta, y por la gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario".
martes, 16 de febrero de 2010
Solicitud de oraciones e intendencia
domingo, 14 de febrero de 2010
Juegos Olímpicos de Invierno: una promesa de amistad y paz entre los pueblos
Mensaje del presidente de la Conferencia Episcopal de Canadá
VANCOUVER, viernes 12 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- En vísperas de los Juegos Olímpicos de Invierno en Canadá, monseñor Pierre Morissette, obispo de Saint-Jérôme y presidente de la Conferencia Episcopal de Canadá, ha expresado el deseo de que “el deporte” pueda “ser una promesa de amistad y paz entre los pueblos”.
Los Juegos tendrán lugar del 12 al 28 de febrero en Vancouver. Es la tercera vez que Canadá acoge este evento: Montreal acogió los Juegos Olímpicos de verano en 1976, y Calgary los de invierno en 1988.
En un carta de 4 de febrero dirigida a los visitantes y a los atletas, el presidente de la Conferencia Episcopal ha recordado los valores expresados en la divisa de los Juegos Olímpicos: Citius, Altius, Fortius (Más rápido, más alto, más fuerte).
“Estas tres palabras fueron escogidas en 1894 como divisa oficial de los Juegos Olímpicos”, explica. Una idea lanzada por un padre dominico, Henri Didon, “que quería con ella motivar a sus estudiantes en gimnasia para permitirles llegar a la excelencia personal”, señala.
Desde entonces, “esta divisa ha inspirado a los atletas a nivel mundial”. “Que podamos, los católicos o miembros de otras confesiones religiosas, aplicar este mismo principio a nuestras propias vidas, de manera que juntos seamos capaces de convertirnos en seres humanos reconocidos a escala internacional”, desea monseñor Morissette.
Lejos de “la excitación de estas actividades deportivas”, el prelado invita también a los jugadores y visitantes a “reflexionar en el objetivo del movimiento olímpico” que es de “contribuir a edificar un mundo pacífico y mejor, educando a los jóvenes a través de la práctica deportiva sin discriminación de ningún tipo, en un espíritu de amistad, de solidaridad y deportividad”.
Los católicos comparten la esperanza, expresada por Benedicto XVI ante los juegos de verano de 2008, de que los Juegos Olímpicos “ofrezcan a la comunidad internacional un verdadero ejemplo de coexistencia entre personas de proveniencias de lo más diverso, en el respeto de su dignidad común”. “Para retomar las palabras del Papa, ¡pueda el deporte, una vez más, ser una promesa de amistad y de paz entre los pueblos!”.
Además de los “numerosos pueblos y culturas que componen las comunidades variadas y plenas de vida del Oeste de Canadá”, monseñor Morisette les ha deseado que descubran “algunas de las riquezas de la Iglesia Católica en Canadá”. “Pueden igualmente estar seguros de la acogida de las parroquias y comunidades católicas, antes, durante y después de los Juegos”, concluye.
VANCOUVER, viernes 12 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- En vísperas de los Juegos Olímpicos de Invierno en Canadá, monseñor Pierre Morissette, obispo de Saint-Jérôme y presidente de la Conferencia Episcopal de Canadá, ha expresado el deseo de que “el deporte” pueda “ser una promesa de amistad y paz entre los pueblos”.
Los Juegos tendrán lugar del 12 al 28 de febrero en Vancouver. Es la tercera vez que Canadá acoge este evento: Montreal acogió los Juegos Olímpicos de verano en 1976, y Calgary los de invierno en 1988.
En un carta de 4 de febrero dirigida a los visitantes y a los atletas, el presidente de la Conferencia Episcopal ha recordado los valores expresados en la divisa de los Juegos Olímpicos: Citius, Altius, Fortius (Más rápido, más alto, más fuerte).
“Estas tres palabras fueron escogidas en 1894 como divisa oficial de los Juegos Olímpicos”, explica. Una idea lanzada por un padre dominico, Henri Didon, “que quería con ella motivar a sus estudiantes en gimnasia para permitirles llegar a la excelencia personal”, señala.
Desde entonces, “esta divisa ha inspirado a los atletas a nivel mundial”. “Que podamos, los católicos o miembros de otras confesiones religiosas, aplicar este mismo principio a nuestras propias vidas, de manera que juntos seamos capaces de convertirnos en seres humanos reconocidos a escala internacional”, desea monseñor Morissette.
Lejos de “la excitación de estas actividades deportivas”, el prelado invita también a los jugadores y visitantes a “reflexionar en el objetivo del movimiento olímpico” que es de “contribuir a edificar un mundo pacífico y mejor, educando a los jóvenes a través de la práctica deportiva sin discriminación de ningún tipo, en un espíritu de amistad, de solidaridad y deportividad”.
Los católicos comparten la esperanza, expresada por Benedicto XVI ante los juegos de verano de 2008, de que los Juegos Olímpicos “ofrezcan a la comunidad internacional un verdadero ejemplo de coexistencia entre personas de proveniencias de lo más diverso, en el respeto de su dignidad común”. “Para retomar las palabras del Papa, ¡pueda el deporte, una vez más, ser una promesa de amistad y de paz entre los pueblos!”.
Además de los “numerosos pueblos y culturas que componen las comunidades variadas y plenas de vida del Oeste de Canadá”, monseñor Morisette les ha deseado que descubran “algunas de las riquezas de la Iglesia Católica en Canadá”. “Pueden igualmente estar seguros de la acogida de las parroquias y comunidades católicas, antes, durante y después de los Juegos”, concluye.
domingo, 7 de febrero de 2010
2º Aniversario de Eduardo
AMIGOS
Celebramos hoy 6 de febrero la FIESTA del 2º Aniversario de la llegada de Eduardo ante la presencia de Dios en el Reino de los Cielos.
Eduardo sigue entre nosotros.
Nos unimos todos en la Eucaristía de Capuchinos a las 19:00h.
Y en cada Eucaristía de todos
Que el regalo que le hagamos por su II Aniversario de estar gozando de la presencia del Señor en el Cielo sea:
mantener encendida la vela del Amor de Dios
en medio del metro cuadrado en el que cada uno nos movemos,
para que, por nuestro testimonio,
todos sepan Dios nos ama.
¡ Que todos lo sepan !
De Colores
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